Restaurante La Torre — Restaurant in Teruel

Espectacular el restaurante La Torre. Ubicación céntrica e histórica, con unas vistas preciosas desde la cristalera del techo del segundo piso a la torre mudejar de El Salvador. El local es acogedor y recogido, lo que hace que te sientas cómodo y relajado. La atención del personal de 10, amables profesionales y resolutivos. Surgió un pequeño problema con nuestra reserva, llegamos al restaurante a la hora indicada, habíamos reservado una mesa para comer para 2 personas y al subir al segundo piso no teníamos mesa pero resolvieron el problema en menos de 5’ y fueron súper amables en todo momento. Respecto a la carta no es muy extensa pero ofrece una buena representación de la gastronomía turolense con platos deliciosos elaborados con productos locales, lo que hace que conozcas y disfrutes al 100% la gastronomía de la zona. Pedimos y mientras nos servían los platos nos trajeron un aperitivo de cortesía para ir abriendo boca, hummus con unas galletitas de pizza. Pedimos jamón DOP Teruel, cortado a mano, este detalle es importante para apreciar más si cabe el sabor de este rico jamón, que nos sirvieron con rebanadas de pan tostado y tomate natural servido aparte. Decidimos probar el Huevo poche a baja temperatura con trufa y fue todo un acierto, brutal porque le rallan en el momento de servirlo la trufa y el aroma y sabor es espectacular. Y finalmente Bocado " LA TORRE " de cerdo Blanco de Teruel en dos cociones con su jugo trufado y brocheta de patata de Cella. La carne está súper tierna, se deshacía y la camita sobre la que reposaba de patata le iba de maravilla. Las raciones son abundantes así que compartimos los tres platos. Café, infusión y chupito de cortesía de la casa, todo por alrededor de 57€ es un precio al que no se le puede poner ninguna pega. Sin duda volveremos y os recomendáremos. Teruel enamora 😉súper...

Ayer, viernes, comimos en el Restaurante Torre El Salvador (Teruel) La recepción fue atenta y SIN esperas. El local (comedor), sin tener una gran capacidad resulta cómodo, acogedor y transmite unas buenas sensaciones (Los cuadros de la decoración son todo un acierto) La climatización perfecta y la música de fondo correcta ofrecen un ambiente confortable. La carta y el menú de Temporada son apropiados en su oferta, interesantes, sugestivos y muy apetecibles. Tanto es así que el único "problema" es elegir sólo uno... ¡Hay que repetir! Los platos se sirven en su tiempo, con una buena presentación, en su punto (de temperatura y de cocinado), cantidad adecuada y con un sabor delicioso. Aperitivo de bienvenida, como Entrantes Fríos: Entrada de pulpo con salmón marinado, aritos de cebolla, pimentón y aceite de oliva virgen ¡Soberbio! Como Principal: Paletilla de ternasco de Aragón (con excelente guarnición) ¡Magnífica!¡Exquisita!. Todo ello, acompañado de un buen vino - bien elegido. Y de postre: Almojabana rellena de nata casera y chocolate caliente ¡Un colofón sublime! El trato muy atento y agradable (Calificaría la Atención de formidable). Muy buena cocina (comida muy sabrosa) y muy buen servicio de comedor - Miguel (¿Encargado/gerente?) se esmero en todo momento ofreciendo un servicio profesional y afable, despidiendosecon amabilidad. ¡Un 10! 100%...

Comida espectacular, servicio exquisito y precios ajustados.

He cenado con mi mujer, carta. Hemos pedido tres platos a compartir, dos copas de buen vino, un postre cada uno y un litro de agua y hemos salido por 60€ (30€ por cabeza para un lugar de estas características se me antoja barato)

La carta no es muy extensa pero si que está bastante bien equilibrada. Todos los platos tienen un toque creativo pero no peca de extravagante. Los postres están increíbles.

El ambiente es tranquilo y elegante pero no cae en la pomposidad en ningún momento. Encajas tanto con un vestido de fiesta como con vaqueros y una camiseta bonita. Una de las paredes es parte de una de las torres mudéjares de Teruel y hay una parte del techo que está acristalada para poder verla.

Recomiendo probar el gin-tonic de postre.

LUGAR MUY RECOMENDABLE.

High quality food, high quality staff but not high prices. The menú is not extensive but it is a quite balanced one: there you find some veggies, meat, fish and other seafood. The desserts are delicious and rather creative. The dishes are somehow original but never weird.

The atmosphere there is elegant but not posh.One of the walls is shared with a medieval mudéjar tower and part of the ceiling is made by glass for customers to see the tower from inside the restaurant.

I suggest you to try the gin-tonic dessert.

THIS PLACE...