Non Solo Pizza — Restaurant in Torrent

Viajamos de Alicante a Valencia y fuimos a cenar el sábado pasado 8 personas (3 adultos y 5 niños). La intención además de cenar era ver el partido de fútbol de la jornada, que le hacía mucha ilusión a los peques. Al llegar íbamos sin reserva y el sitio estaba lleno, con mesas y sillas en el exterior (abarcando incluso mucho más espacio del que corresponde a la terraza del lugar). Preguntamos si había posibilidad de cenar un de los chicos que sirven nos señaló una mesa en el interior en la cual solo habían 3 sillas, indicándonos que el problema era las sillas que no habían. Nos acercamos a una persona que estaba en la caja, una mujer de muy mal semblante y le explicó que no teníamos reserva que no teníamos problema de cenar dentro y que si pensaba que era posible conseguir algunas sillas. De muy mala forma me dice que el sitio estaba lleno, que no tenía sillas y que ellos funcionan por reserva, que si nos quedábamos cenaríamos los últimos porque tenía que darle servicio primero a las reservas. Le indico que lo entiendo perfectamente, y que al ir con 5 niños pequeños era complicado marcharnos, que prefería esperar y que no tenía problema de cenar más tarde. Al rato de haberse sentado 3 de los niños, un señor que estaba en el establecimiento también viendo el partido, me señala 4 sillas altas que estaban fuera del lugar en unas mesas exterior y que estaban disponibles. Acerque a menos de un metro las sillas para que los otros 2 niños y una persona mayor se sentara y de nuevo, de muy mala forma esta mujer, con la mínima empatía posible, sin considerar en lo más mínimo los niños o la persona mayor se acerca chillando que ella era la dueña, que esas sillas eran de fuera y que ella no había dicho nada de moverlas. Viendo el enfado desproporcionado y evitando mayor enfrentamiento me disculpo y le explico que pensaba que no pasaba nada por acercarlas para que se sentaran los niños. Las coloco de nuevo en su sitio y permanecemos de pie, al igual que una par de personas más. A los pocos minutos esta mujer que se ve que ese día no tenía un buen día y que a pesar de tener el sitio lleno su único interés era amargarnos el rato viene nuevamente y nos dice que debemos movernos porque debe cerrar la terraza, nuevamente con un tono de voz bastante violento. Procedemos a marcharnos y por supuesto antes de partir le hicimos saber que no era la forma de tratar a nadie por muy lleno que estuviese el local ese día, y menos tratándose de una familia con niños y personas mayores. Ya fuera terminamos de ver el partido en los televisores del exterior porque los pequeños no querían marchar y al rato se desocupa una mesa. Los niños preguntan dentro si se pueden sentar ahora que hay una mesa libre y de nuevo está horrorosa persona, esta mujer que parece que no hubiese tenido hijos y si los ha tenido ya podemos suponer como los ha criado, les dice que no. Terminamos cenando en un sitio, muy cerca, donde fueron absolutamente amables y diligentes. Por fortuna no tengo posiblemente que volver a este sitio, pero desde luego ni en sueños lo haría y mi consejo es que habiendo muchos sitios alrededor vayáis a otro lugar y no apoyéis a una persona que se ve el dinero le ha borrado la poca consideración...

El local tiene amplia terraza situado en el C.C. Américas, el mobiliario está bien conservado y el local se presenta limpió. Los entrantes están buenos y la cantidad de las raciones son ligeramente grandes. Me gustaron las croquetas, son de elaboración propia, aunque creo que con ayuda de algún robot de cocina. Las pizzas tienen un tamaño correcto, presentan buena cantidad de ingredientes y tanto la masa como la cocción es buena. También la masa es de elaboración propia. Los precios son adecuados a la calidad, una cena entre 10 y 15 euros, dependiendo de la bebida y la cantidad de comida. Por qué está valoración tiene la mínima puntuación? El trato por parte del persona, en concreto de quién creo que era el jefe o encargado de turno fue nefasto. En diversas ocasiones intervino de forma chulesca en la cena haciendo referencia a su producto era casero. Para remate final tuve que abandonar la mesa antes de tiempo y formuló a mis compañeros el comentario de "Donde se ha ido el Chicote". Me parece una falta de respeto total, una mofa a mí persona y concluyó que nunca volveré a este lugar, por el mal...

Hemos venido a cenar esta noche, y como siempre, cada vez que vamos nos ponen malas caras cuando decimos que si podemos cenar. El camarero con barbita moreno, nos ha dicho que depende de la hora que fuese nos ponía mesa o no, (eran las 21:20), yo creo que es una hora más que buena para cenar, pero bueno, todas las veces que he ido se me han quejado. Por otro lado el camarero Pablo, gracias que ha sido amable y comprensible con nosotros. Hemos preguntado su nombre a propósito, porque al menos una persona de este local nos ha atendido como merecemos. Hemos pedido 2 pizza como siempre que venimos, una carbonara y otra al gusto. La carbonara buenísima, y la que hemos pedido al gusto era de longaniza, pimiento, champiñón y tomate natural, y la pizza era TODA únicamente de tomate natural, porque los demás ingredientes brillaban por su ausencia. En fin. No digo que sea mal local, ni nada por el estilo, ya que siempre está limpio, y el servicio por lo general es “bueno”, pero aún así, les falta mucho...