Las Tablas — Restaurant in Vigo

We were two at Las Tablas and had a genuinely lovely experience. The space is comfortable — perfect for sitting back and enjoying your meal without any rush. There was a nice buzz throughout the place.

We ordered the pulpo a la feira, which, while always a pricier dish, was absolutely worth every euro here — the preparation was truly delicious. The gambas al ajillo were another highlight: packed with flavour and clearly fresh, peeled by hand — definitely not the frozen, pre-packed kind.

Overall, the food showed real care in both quality and flavour. You can tell when there’s intention behind a dish, and here, you really feel it.

Service was friendly and attentive without being overbearing — something that’s increasingly rare and very welcome.

We spent about €23 each, including two glasses of wine and a nicely chilled caña. The value for money felt more than fair.

All in all, a place that leaves you satisfied and wanting to come back to explore more...

It is one of those places where the locals gathered. The place was almost full when we got there. They are not really attentive or hospitable to foreigners. First they bought the wrong beer, which we just accepted. We ordered the salad with tuna, the garlic shrimp and the picana. We tried to order the fish of the day and they are sold out. First they bring out a dish of pulpo which we did not order, which should be the dish below, the garlic shrimp. Then we waited for over 45 minutes for the picana, which is already over an hour after we ordered. We decided to ask for the bill, and they said the picana is coming, we just asked them to make it to go as we have waited for too long. The waitress yelled in frustration and left. The picana is just three piece of beef steak put together with a fried pineapple, does not taste good. We would not recommend this place, as there are way better service and...

Llegamos sobre las 10 p.m. y tenían mucho público. Tardaron mucho en atendernos y sobre todo en hacer contacto visual para saber que al menos nos habían visto. Nos sirvieron la comida sin cubiertos y sin platos por lo que tuvimos que esperar otro tanto. Al pedirlos amablemente en la barra el metre Antonio nos trató fatal, con una arrogancia no típica de una atención al público armónica y totalmente fuera de tono. "Vaya, vaya, que ya se lo llevo yo, venga " (a la vez que empujaba con la mano). Nos pusieron tenedor pero no cuchillo, y pan para tres cuando éramos cuatro. Aunque lo solicitamos nunca llegó. La tortilla estaba bastante cruda, con las patatas algo duras y las croquetas variadas, de 3 tipos sólo nos pusieron de boletus y jamón, ahorrándose las de morcilla. Al ir a cobrarnos nos acercamos para decirle al metre Antonio que ajustara la cuenta del pan ya que finalmente nunca nos pusieron el cuarto servicio. Ahí ya el hombre estalló y comenzó a hablar como si estuviese hablando en la calle con un extraño que le estuviera impidiendo el paso "venga, venga, que ya yo sé lo que tengo que hacer, hasta que no vean la cuenta se callan" Le digo que esas no son formas de hablar a los clientes y le hago ver que la primera vez tampoco. Ya el metre Antonio entra en cólera y comienza a insultarme abiertamente delante de mis familiares y demás comensales, con una soberbia y arrogancia que jamás he visto antes en mi vida en un lugar público. Le pedimos la hoja de reclamaciones y me hace burlas, y chanzas, sigue arremetiendo contra mí y va dentro. Al volver a salir, el metre Antonio, trae muchos papeles y se justifica diciendo que no tiene hojas de reclamación porque no se las han traido. Le señalo que son obligatorias a lo que me hace burla de nuevo, riéndose de forma exagerada y como si yo tuviera problemas de entendimiento me dice "ya sé que son obligatorias. Tendrás que venir mañana ". Ante éste trato deleznable le decimos que llamamos a la policía y a Antonio le da igual y sigue con su burla. Hemos llamado a las tres oficinas de policía de Vigo que aparecen en google y nadie contestó, les escribimos un email y tampoco. La verdad es que una persona así debiera estar alejada del trato al público y no hace justicia a la noble profesión de camareros. Jamás volveremos, así como tampoco nuestros amigos de Vigo....