Els Bessons — Restaurant in Vilanova i la Geltrú

Ojo celiacos!!!! Fui ayer a cenar siendo Celiaca porque sabía que hay platos sin gluten y ya había ido varias veces pero desde luego no volveré a ir mas. Pedí unos Spaghetti carbonara SIN GLUTEN y el camarero más joven trajo un plato de Spaghetti carbonara, a lo que preguntamos si eran sin gluten y el chico respondió que si. Justo cuando acabé de comerme todo el plato apareció un camarero más mayor con un único plato de Spaghetti carbonara recalcando SIN GLUTEN. Ahí vimos que habían tenido la gran confusión de ponerme el plato con gluten, ya que vieron que ya había comido pero dijeron que los sin gluten todavía no habían salido porque siempre los sacan aparte y que ademas a la hora de servirlos RECALCAN que son sin gluten. A lo que vino la camarera y lo confirmó. Además también nos dimos cuenta que un amigo mio que estaba en la otra punta de la mesa había pedido Spaghetti carbonara normales y que él aún no había cenado. Visto el error los camareros intentaron “encubrirse” entre ellos diciendo que mi plato si era sin gluten, que si la mesa de al lado también habían unos iguales, etc. Solamente buscando excusas o explicaciones pero nada de disculpas. A todo esto al rato apareció el camarero joven que me sirvió y con un tono chulesco durante toda la conversación admitió que se había equivocado, pero siguió sin pedir ni disculpas. Obviamente dijimos que ese plato no se iba a pagar. Finalmente apareció el jefe y se disculpó en nombre de todos y no tuve que pagar la cena. Pero lo primero que dijo fue que de aquí nadie se iba sin pagar, que invitaba el a mi plato y bebida, y que antes de comer tenía que preguntar si eran sin gluten, cosa que SI LO HICIMOS, pero no le habían comentando. De todas formas no me gustó nada el trato que tuvieron conmigo, creo que no fueron conscientes del gran error que sucedió y de lo que puede conllevar, sólo hacía falta ver las actitudes que tuvieron. Por suerte “solo” he pasado una noche mala, con la barriga hinchada y...

Fuimos a celebrar un cumpleaños un sábado por la noche. Nos tomaron nota a las 23h, aunque lo entendimos dado el volumen de trabajo que había, además de ya estar advertidos por el restaurante que al ser un grupo grande, podría pasar.

El problema vino cuando empezaron a traer la comida. Ya con los primeros platos que acercaron a la mesa, el camarero nos gritó de malas maneras que no podía estar esperando a que la gente le dijera de quien era el plato, que los pondría en cualquier sitio y ya nos apañaríamos nosotros en repartirlos. Increíble la mala educación al hablar así a unos clientes de buenas a primeras. Repito, sucedió en los tres primeros platos que nos sirvió.

Cuando todo el mundo tenía la bebida y la comida, a mi aún no me habían servido el agua y la pizza que pedí. Tuve que insistir varias veces, a varios camareros, que faltaba mi comida, y aún así seguían sin traérmela. No fue hasta las 00h, y cuando ya me estaba levantando para cancelar el pedido (ya que a estas horas, y con todos los demás comensales habiendo cenado, ni me apetecía) que me trajeron la pizza. La bebida tardó un poco más. Supongo que estaría lejos el manantial de donde la extraen, porque no me explico la dificultad de traer un botellín de agua, tardar más de 1h en servirlo.

Ademas, todo lo que el resto de comensales pedía (queso, más bebida, alioli…) lo tuvieron que pedir infinidad de veces, ya que los camareros se limitaban a decir “vale vale” pero no traían nada.

Entiendo que es verano, sábado por la noche, y éramos un grupo grande. Pero si no puedes asumir esta carga de trabajo, simplemente no aceptes este tipo de reservas. Hay muchos más restaurantes donde poder reservar, y hemos sido...

Anoche fuimos un grupo de 30 personas a cenar para celebrar un cumpleaños y, sinceramente, la experiencia fue muy decepcionante. Todos habíamos elegido el menú con antelación, ya que nos enviaron la carta previamente. Sin embargo, al llegar nos informaron de que había errores: por ejemplo, quienes pidieron secreto ibérico recibieron solomillo, sin opción a cambio.

Uno de los momentos más sorprendentes fue cuando preguntamos si la salsa del solomillo llevaba lactosa, y la respuesta del camarero fue un escueto "no lo sé", sin preocuparse por averiguarlo.

Además, a la hora del cierre, los camareros comenzaron a hacer comentarios como "es hora de dormir" y, sin más, empezaron a desmontar las mesas, dejándonos sentados en las sillas como si nos estuvieran echando.

La calidad de la comida tampoco estuvo a la altura: el entrecot estaba seco y el "sorbete" no era más que una tarrina de helado de tamaño pequeño. Para colmo, a las dos personas que eligieron cenar a la carta les indicaron dónde debían sentarse, separándolas del grupo, algo que no aceptamos, ya que como clientes consideramos tener derecho a compartir mesa con quien queramos. A todo esto paganos 25€ por unas bravas, croquetas, torrada de jamon para 4 personas y cada uno su entrecot, solomillo o lubina y el mini sorbete.

En resumen, una experiencia muy negativa. La atención fue pésima, la organización deficiente y la calidad de la comida decepcionante. Todos salimos muy...