Un local muy minimalista pero precioso con pocas mesas. Los hermanos, el chef y la metre, traen una nueva propuesta de menú degustación de 7 o de 9 platos con la única explicación de que el de 9 trae carne, y aunque no lo dicen crees que el de 7 va a tener pescado, pues no, no es vegetariano por los pelos (había huevo en las alubias). Todo producto local, vasco y navarro, pero una ejecución que no me convenció para nada.
En los 7 platos están incluidos el aperitivo y los dos postres por lo que en realidad son 4 platos, y todos ellos tiene algo en común, que te los comes de una cucharada, y no es que sea nueva cocina minimalista sino que es minúscula y si dices que en cada cucharada (repito cuatro en toda la comida) recibes un efecto wow de saber pues tiene un pase, pero no, el sabor es bueno sin más.
La ensalada con micro-melón y Micro pepinillo, luego judía verde hervidlas con patatas (formato micro por supuesto), tercero una rodaja de tomate asada y templada con un poquito de queso de cabra y pimiento verde creo que confitado, para acabar con unas pochas (de verdad, dos cucharadas) frías con setas y creo que algunos tenían algo de tocino, en el mío no. Primer postre, tira de queso azul con una compota de manzana y el segundo un postre especial por ser fiestas. A partir del tercer plato trajeron el pan, muy bueno de trigo rojo local, que gracias a que se podía repetir salí justito sin hambre pero lejos de estar lleno.
Buenos precios de vinos aunque muchos desconocidos. Menú de 7 platos a 40€ que con vino y cafés acabas en 46€. Servicio muy lento, estuvimos 3 horas y esperando bastante entre platos al principio y quitando los hermanos el resto de servicio no está a la altura, ni servir el vino, ni que cafés puedes pedir, y para un restaurante de este precio y pretensiones hay que subir el nivel.
Claramente les falta mucho recorrido y un replanteamiento de la carta. En este formato no...
Read moreFuimos a KARMINE con toda la ilusión de probar un sitio diferente y nada más lejos de la realidad… entramos de la calle a 40 grados y o no tenían puesto el aire, o no se molestaron en ajustarlo. Los tiempos de los pases fueron un desastre… 2 horas para 4 pases, y cuando se dieron cuenta de que estábamos molestos, nos invitaron a una copa y aceleraron poniendo los otros 6 pases en apenas 1 hora. Claramente querían alinear los pases de todas las mesas…. Comenzamos el menú con unos aperitivos bastante intensos y sorprendentes, todo sea dicho. Pero empezaron los entrantes… Escasas ideas y sabores planos. Platos con sabores repetidos como el arroz o las vainas. La ensalada con tomate y bonito estaba muy buena y la trucha también. Platos simples pero con buen sabor. Decir también que se notaba a leguas las preferencias entre las mesas. A nosotros nos llegó el arroz con la trufa ya rallada, pero a la mesa de al lado, que eran amigos del chef, se la rallaron un situ. Pequeños detalles feos que molestan sin más… En el plato principal, la costilla insípida, las piparras aportaban todo el sabor del plato. Por último, de postre una macedonia tal cual y un pastel Gasteiz, sin florituras ni sorpresas. El remate de todo fue cuando terminamos la parte salada y nos quitan el pan pero no tienen la decencia ni de recoger las migas de la mesa, para posteriormente si hacerlo a la mesa de al lado que eran amigos del chef. Tratos preferentes y feos que nunca entenderé… Y por supuesto, no tuvieron la decencia ni de preguntarnos que tal la comida. Nos plantaron la cuenta y adiós muy buenas. En fin, un...
Read moreIntentaré trabajar esta reseña como ellos han trabajado la comida que nos sirvieron. Hacía tiempo que no me sorprendían tanto. Como la simpleza pero a la vez el trabajo que tenían los platos, el buscar la complejidad en la tradición.
Me resulta cómico el sitio donde está el restaurante; en frente del instituto donde pase 4 años estudiando, el barrio donde convivo desde hace 9 años, y donde “Karmine” se ha asentado en el lugar, el tiempo y en mi. Tienen un gran camino que recorrer, solo hay que ver la dedicación que ponen a su comida.
Publicaré las fotos de los platos pero no diré nada sobre ellos, porque es parte de la experiencia, no saber que vas a comer cuando vas. Esa incertidumbre es la que nos hace disfrutar aún más de la experiencia, el no esperar una idea preconcebida por las reseñas o las recomendaciones, el llegar y no saber que te espera, desconectar del destino y disfrutar el viaje, cosas que cuesta cada vez más hacer en la época en la que vivimos.
Muchas gracias a todo el equipo que hace esto posible, sin duda, nos...
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