Teníamos reserva para comer a las 14.30 y nos sirvieron la comida a las 16.00. Sin pedirla, nos trajeron la cuenta a las 16.35. Reservamos porque queríamos disfrutar del menú Gastro week del Pilar de 35 euros ( del 8 al 15 de Octubre )Al pedir la carta/menú nos dijeron que esperasemos, que se acababa de sentar otra mesa. Indicar que en la planta de arriba había 3 mesas con 8 personas y en la del sótano 3 mesas más, además de nosotros con 14 personas y con lo que era un menú cerrado. Cuando finalmente nos trajo la carta, dijo que el menú Gastro week era hasta el 12 de Octubre (día que lógicamente estaba excluido de todos los restaurantes). Al decirles que no es la información que leímos en la web, el camarero nos dijo que la web de Gastro week no tenía la información correcta, que la correcta era la de la web del restaurante. Le dijimos que nos diese la carta para pedir otros platos y nos indicó que no tenían gamba roja ni pulpo, por lo que había un montón de platos de la carta que tampoco podíamos pedir. En la siguiente visita del camarero, le insistimos en el menú que nos llevó a reservar y en ese momento nos dijo que teníamos que haberlo indicado al hacer la reserva ( lo que tampoco se indicaba en web). Al insistir en el sinsentido de sus justificaciones, nos dijo que iba a consultar a su jefe. Volvió al rato diciendo que "les iba a meter caña en cocina" para que nos sirvieron el menú. Llevábamos mucho rato esperando, y lo que era un momento de alegre celebración familiar, terminó en unos momentos bastante desagradables, en los que el camarero puso en duda en todo momento lo que le estamos indicando, Al final resolvimos comer algo porque ya estábamos perdiendo hasta el apetito , y no entrar en más polémicas con el camarero. Nos trajo unas croquetas, invitación de la casa, que ciertamente estaban muy ricas, pero también delató la mala calidad del servicio, ya que siendo 5 personas, trajo 4 croquetas. Ya no le dijimos nada, por no hacer más desagradable la comida. Nos sirvieron agua de grifo filtrada, 3 botellas de 0,70 litros y nos cobraron 2,50 por una de ellas. En su página web hacen ofertan su servicio de cocteleria, como algo distintivo y diferencial. En ningún momento nos ofrecieron la posibilidad de pedir un cóctel. Reseñar también que comimos en un sótano con escasa iluminación, en el que tuvimos que leer el menú con linterna. Decoración poco acorde con los...
Read moreI decided to go there because of the name. Boulevardier isn't such a common cocktail in Europe.
And from start to end, they've been awesome. I asked them for a cocktail around Campari, they designed one with local ingredients. It was great :) SinceI like Negronis in general, they made me taste a local version with black olive oil. The taste was present, not overwhelming. Overall a very nice twist that was perfectly executed. Loved it.
I had the octopus which was incredibly well cooked. Texture was perfect, and the taste pairing of the sauce as well. Finally, their cheesecake actually had taste. It wasn't just blank-tasting cheese, and they paired it with piparra and speculoos. Inventive, a very nice ending.
A++, will come back If I ever come back...
Read moreBoulevardier, creatividad con alma y servicio de altura
Visitamos Boulevardier anoche, dos parejas con ganas de disfrutar de una buena cena, y desde el primer minuto supimos que estábamos en buenas manos. El servicio fue impecable: cercano, atento y con un ritmo de sala perfectamente medido. Da gusto cuando el equipo transmite pasión y conocimiento sin resultar invasivo.
En cuanto a la propuesta gastronómica, Boulevardier brilla por su originalidad. Nos encantó descubrir un cachopo de rodaballo, sugerencia fuera de carta que nos sorprendió por su ingenio y equilibrio: una reinterpretación marina de un clásico asturiano que, contra todo pronóstico, funciona de maravilla.
Los puerros con vieira mostraban buena técnica y sabor, aunque echamos en falta algo más de vieira para equilibrar el plato. El micuy de foie, en cambio, fue rotundo: sedoso, intenso y con un punto de dulzor perfectamente calibrado. Sin duda, el favorito de la mesa.
Entre los entrantes, los brioches se movieron en registros distintos; en general faltó un poco más de “chicha”, pero el llamado Guardia Civil sí destacó por su equilibrio y sabor redondo.
El postre fue otro momento alto: una tarta de queso con aceite de piparro, tan inesperada como deliciosa. Esa nota picante y aromática rompía el molde y nos dejó hablando del plato mucho después de terminarlo.
Para cerrar, Marcos, con un trato excelente, nos invitó a unos cócteles de la casa, una reinterpretación personal del daiquiri clásico, equilibrada y refrescante. Después, las copas —gin-tonic, whisky y ron— mantuvieron el nivel, servidas con mimo y precisión.
En resumen, Boulevardier ofrece una experiencia que combina creatividad, buen producto y un servicio ejemplar. Algunos platos podrían afinarse en proporciones, pero el conjunto convence y deja con ganas de volver.
Una propuesta fresca, cuidada y con personalidad. Sin duda, un restaurante que merece...
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