El Windsor — Restaurant in Zaragoza

I found this delightful restaurant whilst hunting for Natural Wine in the city. Turns out, at the time of my visit, this is very likely THE only spot in Zaragoza with a large selection of natural wines. Pascual, the smiling server asked just the right questions and suggested a bottle that was perfectly aligned with our taste. The food is interested to say the least. The Peruvien chef offers a menu filled with flavours from around the world, cooked just right ! Everything was good but special mention for the croquetas .... We enjoyed it so much we were back the next day and warmly welcomed. ...

Tengo que reconocer que tengo debilidad por este sitio, pero no es para cualquiera. Me gusta viajar, y el Windsor practica una cocina mestiza Asia - España - America que a mí particularmente me gusta. Los platos están bien elaborados y presentados. No son raciones muy grandes, abstenerse si solo quieres llenar el estomago. Casi todo lo que he comido allí es un poco picante, no sé si habría opción de no picante pero creo que no porque forma parte del plato, no es un añadido.En cualquier caso es un picante soportable por cualquiera, nada exagerado.

El ambiente y decoración también es peculiar, es como un café antiguo un puntito decadente con mueble moderno casi industrial y toques asiáticos... rarito. En resumen, algunos saldréis encantados y otros defraudados, no creo que haya termino medio. Si eres muy clásico no vallas, si te gusta probar comidas de otras culturas pásate y prueba las croquetas de kimchi o el guaobao de calamar bravo o de panceta confitada,...

Si no el mejor, uno de los mejores sitios donde hemos comido. Ayudó que fuera entresemana, que no hubiera nadie más cenando y que el personal de sala(Pascual, encantador, atento y profesional) y de cocina estuvieran exclusivamente para nosotros. Un menú degustación exquisito, una carne, lagarto ibèrico y chuleta de vaca con un sabor extraordinario. El arroz salteado al wok inmejorable, croqueta de kimchi, gua bao de calamar muy sabroso, todo con un toque picante que le daba a la comida una agradable sorpresa para el paladar. De postre tarta de queso y tiramisú que cerrabas los ojos en cada cucharada. Y para terminar, y cortesía de la casa, chupito de limoncello. Nada que objetar. En definitiva, una fusión de sabores intensos y exóticos, una experiencia perfecta para una noche especial. Por supuesto que volveremos y por supuesto que...