Cuenta la leyenda que Dédalo, famoso ingeniero griego, recibió de Minos, rey de Creta, un encargo: debía construir un laberinto, el laberinto más complejo del mundo. En el centro, habitaría el Minotauro, príncipe y monstruo, hasta que el tiempo o la enfermedad acabaran con él. El plan no salió como esperaban. Teseo, con la ayuda de Ariadna, hija de Minos y hermana del Minotauro, consiguió llegar al centro del laberinto. Allí le dio muerte a su excepcional inquilino. Lo que es peor, mediante el ingenioso truco de un hilo, que lo siguió en las dobleces de todas las esquinas, logró escapar. Como castigo, Minos encerró a Dédalo dentro de su propia creación, de la que sólo pudo escapar volando. Hace falta decirlo: ni Dédalo ni Teseo encontrarían la salida a este edificio monstruoso. Para peor, los pobladores de este lugar son mucho más hostiles que los del famoso laberinto cretense: son burócratas, especie carente de piedad que disfruta sádicamente con el deambular desesperanzado de los visitantes. Yendo a mi primera clase de teatro, me encontré con todas las formas de lo siniestro, desde angostos pasillos de metro ochenta de altura, a ancianos náufragos que decían sobrevivir de las cucarachas y las fibras de las inmensas facturas papel. Todos y cada uno de los pisos están en obra, pero nadie sabe con qué objeto; los obreros de los distintos pisos no se conocen entre sí y se disputan violentamente el uso de los ascensores, cargados de ladrillos vagabundos. De cualquier forma, no importa qué botón se oprima, el ascensor va siempre al segundo piso, donde uno se encuentra con escaleras clausuradas, más obra, y unas veinte puertas sin señales. Dentro de una de esas puertas ocurre una clase de teatro. Está...
Read moreEs hostil para el visitante porque es difícil de recorrer. Sus salas están distribuidas en distintos pisos del edificio y para llegar a una muestra específica o a determinado espectáculo o actividad, no te queda otra que preguntar en el mostrador de entrada para que te orienten para donde ir (lo mismo pasa con los baños). Creo que este inconveniente se debe a que originalmente el edificio fue pensado para albergar el conservatorio de arte dramático, pero en ese ibterin le cambiaron su uso.
Le falta verde, más esculturas, relieves y murales. A la plaza seca, tanto en la parte cubierta como la que está a la intemperie. Si bien con la última reforma, se incorporaron más espacios en los subsuelos, ese sector semi público que dialogaba con la calle, perdió su encanto (se extraña el árbol que había en donde hoy está la pirámide de cristal). Como se nota que el arquitecto a cargo de la ampliación quiso copiar las reformas que se hicieron hace más de 30 años en el Louvre de París...
La plaza seca descubierta quedó horrible, es un espacio desaprovechando. Estaría bueno que la conviertan en una plaza cubierta de cristal con mucha luz natural y que sirva para exposiciones de arte lumínico, cinético e instalaciones, sería muy atractivo verlo desde la calle e invitaría a los...
Read moreBuenos Aires excels first and foremost in it's extensive cultural offerings, not in the least at the many cultural centers throughout the city. San Martin may not be the most exciting center of them all (be sure to check out the Kirchner center, for example), but their event agenda is interesting nonetheless, especially for the various film...
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