Catedral de Ávila

La catedral de Ávila es, sin duda, una de las más hermosas de España. Está considerada como la catedral gótica más antigua, aunque su construcción se inicia en estilo románico y no finaliza hasta pasados tres siglos, por lo que posee elementos arquitectónicos muy diversos predominando el gótico. Fue, probablemente, erigida sobre una antigua iglesia mozárabe del siglo X. En el siglo XI la reina Urraca I ordena la construcción de una catedral, la cual se realiza en estilo románico. A finales del siglo XII, el rey Alfonso VIII dispone el derribo de la antigua iglesia y ordena la construcción de una nueva catedral más grande, en estilo gótico. Se trata de un templo-fortaleza ya que el ábside, que es conocido como el Cimorro, está encajado en la muralla y es ésta parte la más ancha y fuerte de toda la muralla abulense. La portada principal está flanqueada por dos robustas torres, una de ellas inacabada. Está compuesta por un arco de medio punto y sobre éste aparecen las arquivoltas en forma de arco ojival que se apoyan sobre varias columnas. Pero lo más curioso de esta portada son las dos enormes figuras peludas que representan a dos salvajes, Gog y Magog, que se encargan de custodiar la entrada al templo, para que todo aquel que entre sea respetuoso y mantenga la compostura adecuada. Hay, además, dos leones de piedra que también protegen la entrada a la catedral. La otra portada de la catedral, la de los Apóstoles, está compuesta por un arco ojival en cuyo tímpano destaca la figura de un Pantócrator, y sobre él una imagen de la Virgen coronada. Las arquivoltas descansan sobre doce columnas en las que se encuentran las figuras de los doce apóstoles. Toda la catedral está flanqueada por catorce leones de piedra que, sumados a los dos leones de la portada principal, la custodian y defienden. La catedral tiene planta de cruz latina con una gran nave central y dos laterales más estrechas y bajas, así como una cabecera semicircular de doble girola con pequeñas capillas radiales. La girola está realizada en granito caleño, una piedra extraída de las canteras del cercano pueblo de La Colilla, lo que le da esos tonos de vetas rojizas tan característicos. En el interior destaca el retablo del altar mayor, obra de Pedro Berruguete en estilo renacentista. También hay que resaltar el Coro y, especialmente, el Trascoro con unos magníficos bajorrelieves platerescos representado diversas escenas bíblicas. Y en la girola destaca la figura del obispo Alonso de Madrigal, "El Tostado". Se trata de uno de los mejores conjuntos escultóricos del Renacimiento español, obra del escultor Vasco de la Zarza. La entrada a la catedral cuesta 8 euros/pax con una audioguía que te dan en la taquilla o con un QR con el que puedes descargarlo en el móvil. La subida a la torre es independiente de la catedral y opcional, con un coste de 3 euros/pax. De todas formas, si vas a estar más de un día en Ávila merece la pena comprar la tarjeta ÁvilaCard, con la que se puede entrar en los monumentos más importantes de la ciudad, como las murallas, la basílica de san Vicente, el palacio de Superunda o la propia catedral. Ésta tarjeta tiene un coste de 15 euros/pax y se puede adquirir en el centro de recepción de visitantes, que se encuentra extramuros, muy cerca de la basílica de san Vicente. A pesar del elevado coste de la entrada, es una de las visitas imprescindibles de Ávila que no puedes dejar de ver. Merece la pena ya que es una de las catedrales más grandiosas y bonitas de España.