Hoy tuve la oportunidad de visitar el Museo del Juguete de Lerma junto a un grupo de 50 personas, y debo decir que la experiencia superó todas nuestras expectativas. Desde el momento en que llegamos, fuimos recibidos con una atención excepcional y una calidez que nos hizo sentir bienvenidos de inmediato.
El personal del museo fue amable, atento y dedicado. A pesar de nuestro gran grupo, lograron asegurarse de que todos estuviéramos disfrutando al máximo nuestra visita.
La colección de juguetes en el museo es simplemente impresionante, la sala estaba llena de nostalgia y recuerdos de la infancia. Fue emocionante ver juguetes que solíamos amar y jugar cuando éramos pequeños, y compartir esas experiencias con nuestros compañeros de viaje.
Una de las cosas que más me gustó del museo fue la forma en que estaba organizado. La exhibición estaba cuidadosamente diseñada, con información clara. Fue una experiencia verdaderamente inmersiva que nos permitió conectarnos con nuestra niñez de una manera especial.
Además, el ambiente en el museo era acogedor y encantador. La iluminación y la decoración creaban una atmósfera mágica, y cada rincón estaba lleno de detalles que hacían que la visita fuera aún más memorable.
En conclusión, el Museo del Juguete de Lerma es un lugar que todos deberían visitar, ya sea en grupos grandes o en una visita individual. La atención excepcional que recibimos y la increíble colección de juguetes nos transportaron a un viaje nostálgico y lleno de emociones. Es un testimonio del amor y la dedicación que el personal pone en la preservación de nuestra cultura y en la creación de una experiencia inolvidable para sus visitantes. No puedo recomendar este museo lo suficiente, y estoy seguro de que dejará una huella duradera en todos aquellos...
Read moreUn sitio muy recomendable para niños y mayores, tanto por su contenido (más de 800 piezas de ayer y de hoy, de aquí y de allá), como por su creador, un hombre cercano y sensible que, según dice, ha jugado con casi todos los juguetes que expone y que sabe hacer de su museo un lugar cálido y entrañable. Un lugar que te trasporta a tu infancia sin esfuerzo o que recuerda a tus adultos que tu juego es, sin duda, algo muy importante para tu desarrollo.
Mientras escuchas 'El patio de mi casa', 'Estaba el señor don gato' o 'Dónde están las llaves', puedes conocer el 'árbol genealógico' de la industria juguetera de España, ver cómo conviven un carro de hoja de lata de principios del siglo pasado con un coche teledirigido de los 70, contemplar de cerca a la mítica Mariquita Pérez o descubrir que los articulados de Playmobil siguen siendo un éxito hoy en día.
Y todo esto con la ayuda, si quieres, de Toni, que responderá amablemente a tus dudas y necesidades. Digo esto con conocimiento de causa, porque tengo discapacidad visual y fui al museo con amigos también ciegos que, como yo, salieron encantados de la visita. Toni sacó de las vitrinas una muestra de juguetes que tocamos todos (niños y adultos) y atendió a nuestras sugerencias con paciencia y entusiasmo. Gracias, Toni, por poner en nuestras manos tantos recuerdos y por ser tan cercano y natural con nosotros.
En resumen, que si vais a Lerma no podéis dejar de visitar su museo del juguete, o, ¿por qué no?, id al Museo del Juguete y, de paso, conoced Lerma y sus alrededores, una tierra con muchos atractivos para los...
Read moreEste precioso museo apareció en nuestro camino, mientras paseábamos por Lerma. Lo vemos?... venga. Y nuevamente se repite la frase de "Un viaje al pasado". Ése es el sentimiento que te produce al entrar y ver juguetes de tan diversas épocas. Y tan perfectos!! Algunos de los cuales fueron nuestros compañeros de juegos en nuestra infancia y verlos allí... al principio me pareció extraño. "Pero si con ésto he jugado yo..." Si yo tenía esta muñeca, o este juguete"... Cómo es que están en un museo? y claro. Llega la respuesta en tu cabeza y te das cuenta de la edad que tienes. Claro, hace 50 ó 60 años que jugué con ellos. Ya son de museo y yo... de asilo, jajajaja.
Este museo de juguetes pertenece a una colección privada, cuyos dueños, Toni y su familia, los cuidan con mucho mimo. Perfectamente ordenados y protegidos, te ofrecen un viaje al pasado donde afloran los recuerdos y momentos vividos con ellos. También te hacen reflexionar... y te das cuenta del valor que antes se les daba a las cosas y de cómo se cuidaban, tan diferente a los tiempos de ahora... Pero voy a dejar ya de divagar. Agradecerle a Toni todas las historias que nos ofreció y que amenizaron nuestro recorrido. Y para que recuerde quien soy, le diré que mi "Remilgos" le manda un abrazo y que seguiré buscando su cuchara de espinacas. Si tengo la ocasión de volver otra vez, espero ver una Remilgos en su colección.
Muchas gracias por...
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