Restaurante Asador Caracoles Lerma — Restaurant in Lerma

Si te decantas por menú, disponen de dos opciones, nosotros (una pareja acompañada de una niña de tres años) cenamos el compuesto por morcilla y cuarto trasero de lechazo con ensalada, el otro era más "historiado" y lo hubiéramos preferido sino fuera porque habíamos leído en otra crítica del local que no era una buena opción ya que las setas con trufa que lo componían se notaba que eran congeladas y el resultado era un plato poco apetecible. Pues bien, este otro menú nos resultó muy mediocre, 6 trozos de morcilla que asombrosamente estaban secos pero rezumaban aceite lo que, supongo, no significa otra cosa que el que la morcilla llevaba frita desde no se sabe cuándo y al presentárnosla la "refrieron" o calentaron al microondas. El lechazo resultaba igual de asombrosamente insignificante, la piel estaba húmeda, le faltaba ese toque crujiente que se agradece cuando se come lechazo asado al horno de piedra, el interior estaba poco hecho, hasta el punto que la carne que envolvía al hueso presentaba cierto aspecto sanguinolento. Sin embargo aún estando poco hecha la pieza, la carne resultaba seca y estoposa. En esta ocasión no tengo ganas ni de elucubrar a qué tejemanejes habían sometido al pobre cuarto de lechazo. La ensalada, ridículamente pequeña, pecaba de exceso de aceite y las hojas de lechuga estaban lacias y aceitosas. Había también algún trozo de tomate y cebolla. Probamos dos postres, una mousse de chocolate y tarta de queso, tanto el uno como el otro delataban su origen industrial, polvos de "chuchurumé" en ambos casos. He mencionado que nos acompañaba nuestra hija a la que pedimos unas patatas fritas, la sirvieron un plato miniatura con docena y media de patatas, estas no eran de las precocidas y congeladas, aunque, teniendo en cuenta el patético resultado de las que presentaron, no sé qué hubiera sido mejor. Pagamos 54 euros, un precio comedido si la calidad hubiera sido la esperada. Por cierto, sabíamos que la bebida no entraba en el menú, sin embargo, sí lo estaba el pan que advertimos que nos cobraban también y tuvimos que hacérselo saber a la persona que nos había atendido. El dueño del local (lo supimos porque ante nosotros lo dijo otra persona) nos resultó bastante poco agradable. Tras de mi estaba el cajón de los cubiertos, durante la cena tanto él como una compañera tuvieron que aprovisionarse de ellos, ni el uno ni el otro dijeron ni pío al retreparse (y aseguro que no estoy siendo exagerada) sobre el respaldo de mi silla para alcanzar el cajón del extremo. En ambas ocasiones les facilité como pude la maniobra pero ni un "disculpe", ni un "gracias". En fin, ramplón, todo...

Nada recomendable. Última opción dentro de los asadores lermeños. Para más información, pasen y lean.

Estuvimos de comida familiar el domingo de la feria y la ocasión se les presentaba para sacar tajada.

Tajada no en forma de ración, sino de cambio de menú a una reserva que se había realizado el 18 de abril. Por teléfono se nos informó de que el menú de ese día era el 'menú lechazo', con los platos correspondientes. Cual fue nuestra sorpresa al no servirnos el correspondiente plato de chorizo que constaba en dicho menú.

Se lo pedimos a la camarera, que ya nos había plantado la cazuela de lechazo en la mesa. Nos responde que no entra en menú y que no tienen. Media vuelta y a buscar salida, que hay prisa y calor como para que le saquen los colores.

Sube el encargado, bregado en el asunto, y nos dice que no era 'menú lechazo' sino un 'menú feria' del cual no nos había informado por teléfono. En todo momento se muestra infectado y prepotente justificando el cambio y presumiendo de que dicho menú incluye agua y vino. Un Château Latour. Dice que consultará la reserva y que volverá a dar explicaciones. Aún las estamos esperando.

Para rematar, se nos cobra el precio del 'menú feria', más caro que sobre el que se nos había informado en la reserva.

Poco más que añadir a un trato impersonal y desagradable en un asador que tiene bastante competencia en el pueblo. Quien quiera comer lechazo que vaya a cualquiera de los otros asadores, mejor trato, precio y...

Esperaba más por el precio. Previamente nos acercamos para reservar la mesa y todo correcto. A las dos horas entramos y pedimos el menú de la casa que contiene cordero lechal como plato estrella y principal y nos indican que ya no les queda, qué tiene que ser chuletitas de cordero. Total, no nos íbamos a ir a otro sitio a las nueve y media de un viernes por la noche y aceptamos, pero pienso que nos deberían haber avisado que no había cordero lechal en el momento de reservar. El cordero lechal era asado y las chuletitas eran a la brasa acompañadas de unas patatas congeladas que a los 2 minutos estaban más duras que las del McDonald's. En mi pueblo de Alicante como cordero la brasa similar al que me ofrecieron y bastante más barato. Cierto es que no sacaron una sinfonía de setas cortesía de la casa pero a mí particularmente las setas no me gustan con lo cual me sirvió de poca compensación. El servicio es bastante lento y en la mesa de al lado estuvieron 40 minutos esperando el primer plato. Nuestro primer plato fueron unas morcillas que aunque estaban ricas la cantidad que será bastante escasa: ni una morcilla por persona. En muchos otros restaurantes de supuesto caché inferior me ha limpiado las migas y han cambiado los platos entre plato y plato, cosa que aquí no ha ocurrido. La verdad que por 25 euros el menú sin agua un poco...