Peñafiel es una pequeña localidad que merece la pena visitar con calma, una villa que ha jugado un gran papel en la historia de España. Aquí, por ejemplo, nació Carlos de Navarra, príncipe de Viana, hijo de Blanca I de Navarra y Juan II de Aragón y, por tanto, hermanastro de Fernando el Católico. Carlos de Viana era, por tanto, el heredero natural a las Coronas de Navarra y Aragón. En Peñafiel se pueden ver, también, algunas de las mejores bodegas de vinos de Rueda, una de las plazas de toros más antiguas de España o importantes monumentos, como su castillo o la iglesia de san Pablo, ambos en un excelente estado de conservación. La iglesia conventual de san Pablo fue mandada construir en 1324 por el infante don Juan Manuel, nieto de Fernando III y sobrino de Alfonso X El Sabio. El convento se levantó sobre un antiguo alcázar que había sido mandado construir por el rey Alfonso X a finales del siglo XIII y que quedó destruido por un incendio a principios del siglo XIV. Don Juan Manuel fue Príncipe de Villena y Señor de Peñafiel, además de ser un importante escritor en lengua castellana que dejó diversos escritos sobre conducta caballeresca o historia, siendo su obra más conocida 'El Conde Lucanor'. Ordenó la construcción de un convento de monjes dominicos con la idea de realizar en su interior una capilla funeraria, en la cual fuera enterrado tras su muerte. Se trata de una iglesia grande, de tres naves y ábside poligonal, construida con muros y basamento de sillerías de granito regulares. Destaca, especialmente, por su magnífico y exuberante ábside construido en ladrillo con arcos mudéjares sobre arquerías y ventanales en forma de arcos de herradura lobulados abiertos en los contrafuertes, siguiendo el modelo clásico del mudéjar de Castilla, no tan profusamente decorado como el mudéjar aragonés. En el interior de la iglesia cabe destacar la capilla funeraria de la familia de los Manuel, descendientes del rey Fernando III de Castilla y León. Esta capilla fue mandada construir en 1536, dos siglos después de la muerte de don Juan Manuel, por su bisnieto. La capilla es de estilo plateresco, que ya deja ver la estética del estilo renacentista, decorada con unas preciosas yeserías con diversos escudos heráldicos que le dan majestuosidad al conjunto. La capilla se encuentra junto al altar mayor con una estatua yacente del propio don Juan Manuel sobre una gran urna de piedra. El conjunto presenta como motivo central una ventana de tracería gótica enmarcada por dos pilastras y un arco. A los lados hay dos escudos de la familia de los Manuel. La entrada a la iglesia es libre y gratuita, aunque siempre respetando los horarios de misas y a las personas que asisten a rezar. Existe la posibilidad de una visita guiada por 1,50 euros/pax que se paga en la oficina de turismo en la cercana plaza del Coso. Hay, también, una visita guiada combinada de esta iglesia y la plaza del Coso con un coste de 3 euros/pax. La iglesia conventual fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931. Una joya única del gótico mudéjar que bien merece la pena visitar con tranquilidad.