Torreón de Lozoya (ss. XIV-XVI), en la Plaza San Martín, en Segovia (Castilla). Original casa-fuerte del alto linaje segoviano de los Cuéllar. En 1520 don Alonso de Cuéllar y don Álvaro de Daza la venden a don Jerónimo de Mercado, cuyos hijos la revenden 1563 a doña María de Peralta, esposa del madrileño -de padres navarros- don Francisco de Eraso y Hermoso-Guevara (1507-70), secretario de cámara de los reyes Carlos I y Felipe II de España y consejero de Hacienda e Indias de éste último, comendador de Moratalaz de la orden de Calatrava -en 1564 se valoraba su patrimonio en 47 millones de maravedíes-. La torre-palacio conserva los restos de un caldarium romano. El torreón -con cuerpo superior volado sobre ménsulas-, un patio y otra torre menor siguen trazas tardogóticas con influencia mudéjar; otros dos patios, la gran escalera y la portada adovelada de entrada de caballerizas -con escudo de Aguilar- son renacentistas de la reforma de Eraso de 1563-68. En 1626 los hijos del matrimonio Eraso Peralta lo venden a don Juan Alonso de Aguilar, caballero de San Juan. Y, finalmente, en 1687 pasó al linaje Contreras por casamiento de doña Francisca Ortega Lara y Aguilar con don Juan de Contreras Girón y Tapia, II marqués de Lozoya. Si bien estuvo en manos de las familias nobles: Cuéllar, Daza, Eraso, Aguilar y Contreras, recibe el nombre del último propietario, el marqués de Lozoya, de la casa de Contreras, -título concedido en 1686 por el rey Carlos II de España a don Luis de Contreras Girón y Suárez de la Concha, caballero de Calatrava, regidor y alférez mayor de Segovia-. En el s. XX fue colegio, primero de los hermanos maristas y luego de las madres concepcionistas. Pasaron unos años de abandono. Fue rehabilitado (1968), tras la compra por parte de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia, por el arquitecto asturiano Joaquín Vaquero Palacios (1900-98), como sede de la fundación del banco. Tras la rehabilitación (1999) de los arquitectos Teresa Martín Rodríguez y Carlos Sanz Velasco, más recientemente cumple con el nombre 'Museo Torreón de Lozoya' como aula didáctica, sala polivalente de actos y...
Read moreEl Torreón de Lozoya está situado en la Plaza de San Marín, nº 5 de la ciudad de Segovia.
Se trata de un torreón defensivo a principios del s.XIV, sobre un antiguo calefactorio romano, para servir de fortificación debido a los distintos bandos nobiliarios que cohabitaban entonces.
Presenta una altiva torre rectangular de tipo defensivo con troneras y galería en lo alto, de sillería de granito en su parte baja y el resto mampostería de granito con labores de esgrafiado. Su portada tiene un arco de medio punto con el escudo de los Aguilar, y su interior cuenta con dos patios renacentistas con columnas y amplias galerías.
El Palacio, o más concretamente su ampliación, se produce detrás de la Torre a mediados del s.XVI (1564). El conjunto se organiza en torno a un primer patio cuadrado y otro tras él ajardinado; ambos presentan pórticos de doble orden, en los costados sur y este el primero, y sólo en el frente oriental el segundo. Ambos son de cantería de granito, con esbeltas columnas y robustas zapatas soportando los dinteles, las balaustradas en el piso superior y esmerada decoración escultórica a base de medallones esculpidos en caliza e incrustados en los arquitrabes, motivos florales estilizados y friso de rombos bajo las cornisas.
En la parte posterior, en la calle Grabador Espinosa, hay una segunda torre de mampostería y ladrillo, así como una columnata ( en el jardín) procedente de otro palacio segoviano demolido. Tras unos años de abandono, es adquirido por Caja Segovia en 1968, procediéndose a su restauración, de mano del arquitecto Joaquín Vaquero Palacios. En la actualidad acoge el Centro Cultural y Sala de Exposiciones de la Obra Social de Caja Segovia, por lo que la visita a su interior puede verse premiada con alguna interesante...
Read moreFundación Torreón de Lozoya, AKA Torreón de Lozoya Museo, is one of Segovia's hidden treasures. It has a great collection of works of art celebrating Segovia and a tower with great views of the center of city and the countryside beyond. At times, the museum feels like a private residence of an eccentric art collector. This intimacy adds to its already...
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