Belén — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

Acabo de bajar a cenar a Belen. Vivo en el edificio de enfrente. Siempre pido porque me gustan las pizzas individuales y de vez en cuando bajo a comer algo. Durante la pandemia fui uno de los que bancó cuando no iba nadie tanto con pedidos como desayunando cuando ponían las mesas de barrera. Recién bajé a cenar. Me siento en una de las cuatro o cinco mesas dobles que había vacías. En una que me gusta porque se ve todo el salón desde al lado de la puerta de la cocina. Siempre que voy a desayunar me siento ahí. Se acerca el mozo y me pregunta algo, le entendí si quería la carta. Si, traeme la carta. No, me dice: Cuántos van a ser? Yo solo. “Ah, me dice, no te podes sentar acá porque sos vos solo y esta es una mesa de cuatro.” Me señala dos mesas de uno (O sea con dos sillas) que estaban en el medio del salón, encerradas entre otras mesas. Le digo que no me siento cómodo cenando apretado y que preferiría quedarme en esa mesa. LA MESA NO ESTABA RESERVADA Y HABIA VARIAS MESAS MAS DE CUATRO LIBRES. Se negó y se quedó al lado mío a lo patovica. “Si queres cenar tiene que ser en una de esas mesas”. Por supuesto, me levanté y me fui. Tranquilo sin escandalo ni escena. Y me crucé a cenar a La Farola donde me wstoy comiendo una milanga que es una bomba! A Belen nunca más. Qué injusto cuando negocios como Belen que se caxan en la gente sobreviven y otros han quedado en el...

Ayer asistí a este restaurante, me pedí un capuchino y una medialuna, ambos sobresalientes. Hoy volví con la excusa de comprar artículos de ropa por la zona, ya que los locales de alrededor presentan precios realmente accesibles, y este lugar es igual con el precio de sus comidas. Una recomendación es pedir "1/4 de pollo al verdeo", la salsa tiene una mezcla de vino muy rico con papas noisette. Totalmente sobresaliente. Por otro lado, un punto negativo es que ayer tenía ganas de ir al baño, y el único inodoro que estaba disponible encontré lo más feo a la vista y al sentido del olfato que puede ver uno en un baño promedio, además de no haber agua para tirar la cadena ni lavarse la manos, aspecto que me hizo sentir asqueado al no poder desinfectar mis manos que acababan de ser ensuciadas. Sin embargo hoy volví y el baño habia mejorado considerablemente, esperamos que la ocasión anterior no vuelva a ocurrir. De igual manera es un lindo restaurante ubicado muy bien por el barrio "Once" donde después de una tarde de compras podés pasarte a tomar una merienda o cenar...

Las pizzas son de buena calidad y muy sabrosas. La atención es correcta, hasta ahí. El salón es amplio, bastante cómodo y limpio. Has buen espacio entre las mesas, se puede conversar. Los precios están acordé a la calidad y el lugar, no es económico, tampoco caro. El problema que las dos últimas veces que fui no funcionaba el aire acondicionado, se pone muy caluroso, si lo están apagando para ahorrar no les va a ir bien. Concurrí nuevamente una dificultad es que no aceptan tarjetas. Hoy funciona muy bien la calefacción. Les baje la calificación porque me quisieron estafar, pedimos dos menús ejecutivo $ 170,- c/u a los postres yo pedí cambiar el postre por café, mi amigo pidió el postre ( bochita de helado) y un café. Cuando nos traen la cuenta nos quieren cobrar $ 490,- dos menús más el helado $ 150,- una verdadera estafa, le reclamamos y nos dicen por está vez pasa y nos cobran $ 380,- recomendación revisen muy bien la cuenta yo no pienso...