El Bodegón del Anti — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

My family and I arrived around 7:30 pm, with a good feeling about the food and drinks, which we didn’t get the chance to try. First, we were repeatedly ignored by our waiters, since they just kept talking with each other instead of serving us. Many minutes after, when ordering, we were rapidly disappointed by the fact that they had less than 1/4 of the menu. They claimed that they just got back from vacations and there was a miscommunication with the suppliers. The restaurant didn’t have any “picadas” or sandwiches which was exactly what we wanted. Then for drinks, they only had coke and water as their non-alcoholic drinks, no juices or what so ever. We were forced to order some main dishes, a cider and a coke, something we weren’t happy about. Minutes after, we were informed that they also didn’t had the cider; and repeated to excuse them.This is just unacceptable. This lead my family and I to leave. We kindly asked if we could cancel our order and leave, in which they agreed to. The only good thing about this experience was that they...

Como los Antigourmet no se van a hacer su propia reseña, aca va la nuestra. Fuimos el Jueves a las noche cinco amigos luego de una joranada laboral, con el hambre que eso implica. Obvio que conocemos la historia de los antigourmet y es por eso que despues de un mes de haer abierto el local decidimos experimentar la comilona antigourmeteana. Llegamos caminando desde diferentes puntos de la provincia y viendo los locales de la zona donde no creo que Doña Rosa se siente a comer. Pero!...alli a lejos estaban ellos. Una isla en el medio del desierto gourmetero. Entramos y nos sentamos adentro con un buen aire acondicionado y con toda la sed. Quien habia llegado primero ya había visto pasar los platos enormes con milangas mas grandes que las zapatillas de Ginobilli y picadas para chuparse los 20 dedos. Decidimos entonces mirar la carta, corta pero de sobra para saciar los 5 estomagos. Pedimos 2 sanguches de milanga enormes completas (hasta huevo frito tenia), unas papas a caballo increibles y una picada con quesos regionales, fiambres y salamines que ni Don Braulio lo podría creer. Aparte unas pintas artesanales bien frias, acompañadas hasta las 22hs con unos pancitos al escabeche. Por todo esto cada estomago abonó la modica suma de $230. Asi es...para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero. Pero eso no es todo, luego de estar con la panza llena el broche de oro, mientras disfrutábamos otra ronda de cervezas fue que se sentó en nuestra mesa uno de los antigourmet. Nos quedamos mirándolo y escuchando sus anécdotas como si estaría una estrella de rock al lado. Nos reimos y nos enteramos de algunas cosas que están por venir que nos obligan desde ya a volver al lugar. Aparte hablamos con el Master of Birras que nos contó la variedad que había y algunos ingredientes que las identifican. Todo esto hizo de nuestra noche de amigos, una comilona increible! El huevo frito está en Palermo y llegó...

No sé por dónde empezar. Llegamos y la señora que te busca mesa, que es muy simpática, nos dijo que teníamos que esperar a que se liberara una mesa de 2, pero que seríamos los primeros anotados. Así que decidimos esperar afuera...con el frío que hacía y con que no se cumplió con eso de que la primer mesa de dos que se liberase sería nuestra (vimos como 2 mesas para 2 no nos eran adjudicadas), pasamos una hora afuera y nos congelamos. Entramos y el frío era casi el mismo (no había calefacción). En el baño solo agua fría, así que mis manos siguieron muertas varios minutos más. Quisimos pedir la fiat600 a la fugazzeta y la chica que nos atendió dijo que fuga ya no le quedaba, así que no nos quedó otra que elegir la versión a caballo. Empanadas de osobuco tampoco tenían ya. En el pedido, también le encargamos una tortilla obni rellena de jamón y queso. Pasó una hora, muertos de hambre ya (2hs teníamos esperando) y nos traen la milanesa sola. Se nos acerca un chico y dice: "no sé si les avisaron pero la guarnición (papas fritas) sale en 15 minutos porque están terminando de sellar las papas"...nuestra disconformidad iba en aumento, pero, no sé si fue que escucharon que dije que el lugar era pésimo o fue casualidad, pero al toque trajeron las papas fritas. La tortilla NUNCA la trajeron. Ni nos quejamos, sólo queríamos irnos de ese lugar. Ah!! La carta no tiene precios, así que cuando te traen el "ticket" ves cuánto te fajaron por una milanesa que, si bien era rica, no vale lo que te la cobran. Gastamos 6580$ en una milanesa a caballo, una botellita de aquarius y una botellita de coca zero. Por esa plata, hubiésemos comido mucho mejor, más rápido y mejor atendidos...