Sinceramente, me es bastante difícil recomendar este lugar. No puedo comentar por más de un plato, ya que después de un pollo con champiñones, mis ganas de comer en este lugar desaparecieron por completo. El plato venía cubierto en una salsa de un sabor tan fuerte que completamente ocultaba el sabor del plato. Sinceramente sentí que demostraba una carencia de confianza en las habilidades culinarias del lugar. No estaba comiendo pollo, no estaba comiendo champiñones, no estaba comiendo papas, estaba comiendo salsa, y un poco de carbón, ya que la parte quemada del pollo era lo único que resaltaba en el plato, y tampoco es que la salsa estuviera muy buena para compensar. Como aperitivo te dan un par de panes que eran completamente miserables, y un insulto al nombre alemán elegido para el restaurante. Además de eso eres ofrecido un shot de vino blanco, que peor sabor no podría tener. Todo esto, es supuestamente gratis, y "en la casa" pero una vez te llega la cuenta, ves que te cobran un "servicio de mesa por unidad", básicamente, te cobran 1500 por cada persona que entre en el restaurante, así que eso gratis te lo están cobrando. Sí, 1500 no es nada, pero el tema de esos 1500 no es tanto el precio, pero el insulto que te lo encajen para cubrir los costos de su supuesto aperitivo gratis. La comida, además de no saber a nada más que salsa, y tener las papas completamente humedecidas, tenía precios completamente disparatados. 14 dólares por el pollo, que, a principio no suena como tanto, hasta que te das cuenta que cualquier otro lugar es más barato y de mayor calidad, y no te están cobrando 1.50 por ATENDERTE que es lo mínimo que se espera de un restaurante. Sinceramente la calidad de la comida es extremadamente pobre, por un precio exhuberante. Un completo insulto al nombre alemán elegido para el restaurante, y al salir y caminar frente a un mcdonald's a un par de cuadras, no podía dejar de pensar que hubiese sido una mejor experiencia a una fracción del precio