No entres acá / Avoid this place: Íbamos caminando por la calle Arístides Villanueva observando la movida y buscando un lugar para cenar. Nos llamó la atención un restaurant que tenía la clásica parrilla redonda al frente del local donde se podían ver los clásicos costillares a la cruz. El dueño que está en la vereda te aborda enseguida, e intenta entablar conversación. Generalmente preguntando de dónde sos. La idea es no dejarte ir y que te quedes a cenar ahí. Finalmente nos prometió un descuento del 10% pagando en efectivo con lo que nos terminó de convencer para que nos quedáramos.
Eramos un grupo de catorce personas. Nos ubicamos afuera en unas mesas redondas de hierro que no se adaptan al numeroso grupo. Alguno quedó ubicado entre las dos mesas. Viene el mozo a tomar el pedido y nos ofrece gran variedad de cervezas y otras bebidas. Cuando fuimos a pedir, no tenían varias de las cervezas que nos habían prometido. Yo opté por cambiarla, otro amigo del grupo, solicitó autorización y fue a comprar la cerveza prometida al boliche de al lado.
Ya en este punto los mozos empezaron a marearse y mostrar su falta de experiencia. Empiezan a tomar los pedidos, pero en determinado momento se van, al rato vuelve otro mozo diferente, luego vienen los dos. En fin, se empieza a notar desorganización.
Demoran bastante hasta que finalmente empiezan a llegar los platos a destiempo, incluso las guarniciones: Las milanesas eran dos suelas de zapato, las papas fritas enchumbadas con gusto a grasa, los fideos cortados a cuchillo no destacan, las costillas secas y super grasosas. La entraña “Entera” para dos, no era otra cosa que un minúsculo churrasquito. Lo único que zafó fue el ojo de bife que vino a en el punto solicitado, pero fue opacado por la llegada de la guarnición mucho rato después. En determinado momento, un mozo intenta llevarse el plato de la ensalada, cuando aún estaba comiendo. La experiencia es tan mala que desistimos de pedir postre.
Pedimos la cuenta y para nuestro asombro, surgen más problemas. Un ojo de bife que no se había pedido, espárragos que ordenamos y nunca trajeron y alguna cosa más que no recuerdo. La cuenta vuelve para la caja para ser corregida. Como es de imaginar, en un grupo de catorce personas, algunos pagan con tarjeta de débito y otros en efectivo. Cada uno calcula cuanto gastó y los que pagamos en efectivo juntamos los pesos argentinos y el resto tenía su tarjeta de débito. Como ya habíamos hecho en otros lugares, decidimos pagar parte de la cuenta con tarjeta y al saldo que pagaríamos en pesos, aplicarle el 10% prometido. El adicionista se niega diciendo que no puede dividir los platos, haciendo referencia a que una persona que pagó con tarjeta compartió un plato con una que pagó en efectivo por un tema de facturación. Esto no es real, ya que nunca trajo una factura, sino una suma hecha en una calculadora de rollo de papel. Le pedimos que llame al dueño para que se haga cargo del problema, pero se esconde detrás de la barra. Ya no da la cara como cuando llegamos. Ya había pasado media hora desde que habían traído la cuenta. El adicionista seguía diciendo que el se ocupaba. Finalmente uno de los compañeros del grupo pierde la paciencia y le dice que le va a pagar el saldo de la cuenta de lo que ya se había pagado con tarjeta en efectivo, con el 10% y que ahí se terminaba el asunto. El dueño sigue sin aparecer. El cajero acepta y nos vamos habiendo vivido una mala experiencia. Por último dos perlitas más para el collar: 1) Uno de los integrantes del grupo cumplía años y le prometieron una atención que nunca vino. 2) Cuando nos retirábamos, algunos fueron al baño y como no podía ser de otra manera estaban peor de los baños de la Amsterdam() un día de clásico. Inodoro tapado, sin agua y el corcho que mencionan otros comentarios que parece ser una solución definitiva (asqueroso). La factura que quedaron en mandar nunca llegó. En resumen eviten este lugar. () Tribuna del estadio Centenario...
Read moreFirst of all, we were a group of 7. So I understand that we’re not easy to fit in a crowded place. But when we arrived, they said they would have a table ready for in 5 minutes. 10 minutes passed and then they said 2 minutes, another 10 minutes passed. We waited in the end like 25 minutes for a table. But the food was definitely worth the wait. The meat was really good, I ordered a piece of rib and I can’t remember the last time I had such a good rib. The rest of the group also really enjoyed their pieces of meat. The service though was not great, they did take long to bring the things, and they did forget many things of which never arrived and were added to the bill. They didn’t make it a hassle to remove them, but it sucks that they didn’t care enough if the items got here or not. In general it was good, wine was good, plates were great but only the service was “ok”. I would still...
Read moreI strongly advise against this place. I knew when the man in the colorful shirt was getting paid to flag down gullible tourists like me that the food might not speak for itself but I fell for the window dressing. I’ll just say that if you’re used to asado being delicious, this is not your place. I was in a wrestling match for 30 minutes trying to harvest flavorless meat off the bone while I watched man in colorful shirt con more tourists into sitting down. Avoid the Caesar salad at all costs unless you want a plate of croutons and dressing for $15. Also, they offered a 2-for-1 gin and tonic special that I turned down in favor of the single gin and tonic I wanted (it was gross) and then they tried to charge me for two! A 1-for-2 special, amazing! Please learn from my mistakes and try some of the other amazing restaurants in Mendoza instead, there are many that deserve...
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