Muy Rico.

Primera visita: 3,4/5 Ordenamos el Cevichón, pero no tenían la cola de langosta en el momento. Decidimos ordenar otro plato.

La chicha morada demasiado dulce.

La sangría la habían acabado de hacer, así que los sabores del vino y la fruta estaban totalmente separados. No estaba buena.

La Parihuela de mariscos estaba deliciosa. Delicada, generosa. Un poco engorroso de comerla pues los mejillones estaban sin abrir y la mazorca había que sacarla directamente de la sopa con las manos para poderla comer.

El Ají de Gallina estaba muy bueno, aunque un sabor muy plano y sin picos. Éste llegó frío. No fue un plato hecho desde cero, como lo dice la carta. Se nota que fue medio recalentado y ya estaba hecho desde mucho antes.

El Suspiro a la Limeña estaba rico. No era el mejor.

Los precios son un poco por encima de ser justos. Tampoco demasiado.

Por el tipo de restaurante y la espectativa que teníamos, le faltó más mano por parte del chef y más detalles en sabores.

El servicio fue rápido y bueno.

El baño de hombres, para un restaurante de este tipo, estaba sin toallas para las manos, ni papel higiénico.

Segunda prueba: 4,4/5

Quisimos experimentar el menú de Medellín Gourmet. Quedamos impresionados gratamente con el sabor y preparación de la comida, a pesar de ser un domicilio que normalmente no está todo tan fresco.

Los tallarines y el Suspiro Limeño la sacaron del estadio.

¡Estaba delicioso!