Rancho Da Picanha - Suc. Perez Ponce

El lugar tiene la magia de una gran casona de Yucatán en un ambiente moderno, hay valet parking, lo que hace accesible elegirlo como opción para una agradable comida.

En servicio rodicio, tiene un flujo constante de espadas, con cortes básicos y de charcutería y sobre todo variados. Sin embargo, hay que saber apreciar los sabores de la carne, pues al entrar, no deja de llamar la atención la amplia barra de ensaladas y complementos fríos y calientes que te atrapa y puedes caer en la tentación de servirte de más y dejar pasar las espadas sin probar.

La carne de avestruz sin lugar a dudas es el mayor atractivo del lugar, pues la cocinan frente a tus ojos y puedes observar cómo el tono intensamente rojo va cambiando a un jugoso marrón, para dejar una carne que se deshace en la boca. Una probada con gran sabor, lo que abre el paladar a nuevas sensaciones.

En cuanto a bebidas hay para todos los gustos, pero no es un lugar en el que recomendaría ir a beber, en cambio sí puedes degustar algún vino, o los deliciosos preparados acompañando tu comida. Para los que no conocemos de bebidas, déjate consentir con las sugerencias del lugar, solo evita el exceso.

Hay que mencionar el atento servicio, desde la recepción hasta que te despides. Los precios del buffet son justos en relación a la calidad precio, hasta puede ser que los consideres un poco altos, sin embargo al final se justifica, sobre todo en aquellas ocasiones dónde quieres comer bien y tal vez consentir a alguien que amas.

La carta de postres es peculiarmente grande en tamaño y no tanto en variedad y no están incluidos en el precio del Buffet, pero vale la pena cerrar con un dulce sabor después de pecar con la carne. A mí acompañante y a mi, nos encantó Crème Brûlée.

Si llegaste leyendo hasta aquí, es porque te interesa la conclusión, y cierro diciendo que, cuando te quedan ganas de volver, significa que fue una buena experiencia, ya sea por el lugar, la atención o la compañía. Yo si regreso.