El Jardín de Anatolia — Restaurant in Mexico City

Actualización:

El lunes 5 de febrero mis papás y yo pasamos un altercado en este restaurante (lo describo aquí abajo y lo dejo como registro). Sin embargo, pude dialogar con el señor Safak Taner, dueño del restaurante, quien reconoció el daño sucedido, aclaro confusiones, tomó medidas y pidió disculpas. Aunque ya no tuve la oportunidad de probar la comida, y deseo que nunca hubiera pasado el altercado del lunes, reconozco la apertura del señor Safak para resolver este conflicto.

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El lunes 5 de febrero llamé e hice una reservación para 7 personas a las 15h. La señorita que me contestó fue muy amable. Mis papás y yo llegamos 15 MINUTOS ANTES, para esperar a las cuatro personas restantes, y la misma señorita nos recibió con muy buena actitud que nos sentáramos en una mesa grande que habían preparado para nuestro grupo. Repito, me sentamos en esa mesa por qué la señorita así nos lo indicó. El problema fue que a las 5 para las 15h, llegó un señor mexicano(como yo y mi familia) de mediana edad, de cabello canoso y que aparentaba ser el gerente. Este señor, sin siquiera saludarnos ni tomar nuestra orden, llegó a reclamarnos por estar en la mesa en la que estábamos sentados. Cuando intenté explicar que había hecho una reservación, me contestó lo siguiente:

Primero me dijo que no manejaban reservaciones. Lo cual es mentira porque aquí mismo en Google Maps tienen sistema de reservas y también se puede reservar por teléfono. Luego se contradijo y confesó que sí tenían reservaciones, pero que no estaba al tanto de la nuestra, y que sólo había tolerancia de 10 minutos. Cuando le dije que aún faltaban 5 minutos para que mi reservación comenzara, entonces me dijo que teníamos que llegar todos los comensales al mismo tiempo porque tenían personas esperando y no podíamos apartar mesas. Esa normativa nunca se nos fue mencionada en ningún momento, y como dije, fue otra mesera la que nos indicó sentarnos en la mesa grande.

Todo esto me lo dijo GRITANDO, subiendo el tono más y más, al punto que todas las personas del restaurante voltearon a nuestra mesa. El hombre me gritó tanto que no me dejaba hablar. Mis padres, también molestos, reclamaron que se nos estaba faltando al respeto. El señor siguió gritando, insistiendo que si no llegaban las otras personas perdíamos la reservación (sí, la misma que dijo primero que no existía). Traté de explicar que no era nuestra culpa que otras personas esperaran, pues hicimos una reservación y llegamos a tiempo. El señor nunca dejo de gritarnos.

Al ver la cara de angustia y coraje de mi mamá, supe que este hombre no nos dejaría en paz hasta sacarnos. Por respeto propio, decidí retirarme, no sin antes dirigirme a la señorita con la que hice la reserva. Ella se disculpó, pero no dijo ni hizo más. Y lo peor… al salir, solo había un grupo pequeño de personas sentadas en una mesas de afuera, y había otra mesa desocupada. Es decir que no le estábamos quitando el lugar a nadie, y nosotros siempre respetamos las instrucciones que nos dieron.

No es justo que este restaurante ponga excusas contradictorias y ridículas para incomodar y así expulsar a ciertos clientes, mientras que otros clientes son privilegiados sin razón "aparente". No es un caso aislado que un hombre, por ser gerente, le grite a una mujer y a personas mayores, para intimidarlos y...

Me enteré de este lugar por un libro con reseñas de diversos restaurantes en Ciudad de México. Me llamó la atención porque siempre escuchamos del famoso café turco pero nunca, al menos yo, escuchamos de comida turca. Ayer, al salir de un concierto, leí un tuit (y muchos más lo hicimos) donde un comensal lo recomendaba y tuvo un alcance de miles de personas en Twitter, por lo que decidí visitarlo. No tiene estacionamiento ni valet parking (al menos, no ese día domingo), por lo que hay que buscar en las calles aledañas. Al llegar, noté que el lugar estaba lleno, a pesar de ser apenas las dos de la tarde. Además, habían tres turnos antes que el mío. No te anotan en ninguna lista, se hace fila conforme vas llegando. Esperé aproximadamente veinte minutos para que me asignaran una mesa. El lugar es sumamente pequeño, no hay más de diez mesas. El chef propietario, apenado, nos comentó lo sucedido: gracias al tuit de la persona que lo recomendó y que muchos leímos, llegaron muchísimas más personas de las que habitualmente reciben en un mismo lapso de tiempo. La fila de espera afuera ya rondaba casi una hora y media, quizá dos. Una locura. En fin, adentro, el lugar es sencillo, casero, austero, del tipo de una fonda mexicana popular. Y así mismo la comida: una verdadera delicia. Todos los platillos que pedimos fueron de nuestro agrado y otros comensales que pidieron cosas distintas, opinaron lo mismo. Dejando del lado el inusual caos que hubo por la saturación de gente, la atención fue buena, el chef siempre está a no más de tres metros de tu mesa recorriendo el lugar para estar al pendiente, brindarte sugerencias y explicarte los platillos. Con toda sinceridad, el café y los postres, sin dejar de ser ricos y bastante diferentes a cualquier postre occidental, no me parecieron tan buenos como el resto de la comida que de verdad es exquisita; es que en serio, la sopa de lentejas rojas o la chimichanga turca son algo que deben de probar. Los precios me parecen correctos. Hay lugares en los que pagas por el lugar más que por la comida; en este es lo contrario, el lugar no dice mucho pero la comida es deliciosa. El costo por persona es aproximadamente de $300 a $350 pesos.

En la reseña del libro "El sabor del mundo en la gran capital" todavía aparece la que era su anterior ubicación en la colonia del Valle, sin embargo, su nueva ubicación es: Avenida México 180, Del Carmen, Coyoacán.

Se pueden hacer reservaciones, pero por la fama que va adquiriendo el lugar y lo reducido del espacio, es preferible llegar antes de las dos de la tarde para no tener que esperar tanto tiempo.

Muy...

Good restaurant, but I wouldn't recommend it for turks as the dishes are not really as turks are used to, especially for that price (it's even more expensive than in Europe.. ), diverse good looking menu but I have the feeling it's more to lure people in, very good storytelling though, pistachio kebab with no pistachio in it, deep fried mücver like kfc chicken, the ayran is too runny, the tea is much too light to be called turkish tea, good service but don't expect them to speak any turkish, nor did I see any turkish employees.. Good place to discover the Turkish cuisine at the other end of the world if you're new to it, (if you know how it should taste like then please lower your expectations if you're going here), kudos to the owner though for pioneering this...