Hacienda de Cortés — Restaurant in Mexico City

El restaurante tiene varias áreas, algunas como terrazas, bajo techo o en el patio; a su vez tiene distintos espacios que rentan para eventos o reuniones. Elegimos sentarnos en el patio, la Hacienda de Cortes, es una finca llena de detalles y una variedad de colorido que alucina y enamora al visitante; desde su fachada un rosado intenso que al interior empieza a mezclarse con otros colores de acuerdo a la moldura que acompaña; el patio, además, se encuentra cobijado por grandes árboles por dónde juegan las ardillas mientras se filtran los rayos solares que dan mayor viveza al lugar. El menú es vasto aunque hay pastas, el predominio de los platos son los regionales mexicanos. En la última sección de los platos fuertes, las comidas van acompañadas de algún caldo o sopa, además de un postre. Pedimos: Filete de Pescado al Limón bañado en salsa cremosa acompañado de vegetales (5/5); Arrachera arriera con papas fritas corte grueso de carnes, se pidió termino bien cocido, llegó menos de 3/4 en cuanto a cocción, quizás el menos vistozo y buen sabor aunque algo común (3/5); Cecina de Yecapixtla acompañada de chilaquiles con frijoles, chorizo y queso, el sabor de la carne excelente, la mejor de todas, textura suave y jugosa, corte fino perfectamente sazonado de acuerdo a su región, los chilaquiles suficientes buenos bien preparados, un trozo de queso blanco y un chorizo a mi gusto muy grasoso, en su propio aceite, que resta a la preparación del plato aún así es un excelente plato (5/5); por último, Filete a la Tampiqueña acompañado de una enchilada poblana, rajas de chile verde, guacamole, arroz rojo y frijoles refritos negros, el más equilibrado en cuanto a sabor, carne gruesa excelentemente sazonada, suave al corte, por otro lado la enchilada bañada en mole, debajo del corte (5/5). En cuanto a los caldos de entrada pedimos sopa de lima, sopa azteca y crema de cilantro todos muy buenos como entrada; los postres fueron helados napolitanos y arroz con leche, por igual cumplen como remate a una gran comida... hasta el pan en la sobremesa es fresco, excelente. En cuanto al servicio, realmente unos de los mejores que he recibido en México (y han sido todos los demás excelentes) los meseros están al tanto de las mesas y servir a tiempo los platos, muy serviciales, amables, sin caras, además de que trabajan en buena coordinación. Algo inesperado, de ir en domingo, es que a partir de las 3 pm se presenta un trío musical, con canciones añejas (boleros) a solicitud de los comensales, canciones de Armando Manzanero, Trío los Panchos entre otros, muy buenos musicos. Recomiendo ampliamente este lugar que de seguro desde su entrada empezará a impresionarte, es un lugar para la familia, la pareja y...

Pues como bien dicen las demás opiniones, el lugar si está muy bonito, bellísimo, no es para menos estando en Coyoacán, creo que antes era una quinta y ahora ya es nombrada hacienda, es algo amplio, hay excelentes vistas, su vegetación y jardín lindos, una arquitectura simplemente hermosa, con una mezcla de distintos colores llamativos, parece entre folclórico y colonial pero entona a la perfección, se ve cuidado y todo en orden, el problema es el servicio, si deja mucho que desear, a mí me tocó ir para una comida de celebración, ya había una reservación, pero desde que llegué sentí que la chica de la entrada no tenía tanta paciencia, si llegaban a tardar en traer la comida, además se equivocaron en una de nuestras ordenes, y no es que sea inaceptable pero si deben de tener cuidado en eso, la comida no es la gran cosa, hay algunos platillos sin chiste, sin sabor, otros mejores, más sustanciales, como la sopa de tortilla, es muy buena, pero son porciones pequeñas y precios elevados en mi opinión, no conviene en relación precio-calidad; la presentación de los platillos es regular y siento que les falta más variedad de opciones.

En cuanto a los sanitarios no puedo opinar ya que no tuve que usarlos, me parece que si hay opciones de acceso para discapacitados en general, creo que de verdad lo que más vale la pena es ir a conocer la belleza del lugar, pasear por sus instalaciones, el ambiente es agradable, para eventos está genial, ya que la experiencia es única, incluso van algunos imitadores a rendir tributo a varios artistas musicales, se hace muy ameno. El mayor punto a mejorar es su servicio de restaurante, lo único rescatable es que te ofrecen paquetes que incluyen sopa, agua, plato fuerte y postre, las aguas de sabor están ricas. El lugar no está muy cerca que dígamos caminando de algún metro, ya que es más allá del centro de Coyoacán, se llegan a hacer más de 40 min caminando, hay que tomar un camión si se quiere ahorrar tiempo, el metro de Coyoacán, Viveros de Coyoacán y Miguel Ángel de Quevedo están casi a la misma distancia, salen unos camiones que te dejan cerca de ahí, en carro es más fácil y me parece que si tienen valet parking dentro del lugar; el día que fuí entre semana no había mucha gente, estaba tranquilo, y se pudo disfrutar de un buen rato en compañía...

Enorme lugar en el corazón de Coyoacán. No me gustan los lugares en el centro de Coyoacán porque a los que he ido, me parecen sobre valuados, como si todos los que vamos viniéramos del extranjero. Partiendo de esa idea... Fuimos a una comida familiar, la señorita de la recepción, muy amable y atenta. Nos pasó a la mesa que ya estaba reservada, en un rinconcito de uno de los patios. Llegó el resto de la familia y nos atendió una mesera, pero no todos sabían que pedir, así que le pidieron que regresara en 5 minutos. Cabe mencionar que en otro patio, se estaba celebrando una boda. Como a los 20 minutos, ya que todos estábamos inquietos por pedir los alimentos, llamamos a la mesera, pero demoró un poco más. Lo que los comensales de los lados comían era milanesa empanizada con espagueti. Que se me hace demasiado "lo de todos los días"; por ello pedí un Ceviche de pescado.

La comida estaba muy pero muy rica, al menos mi ceviche; pues tenía un sabor muy bueno, muy condimentado, como cocina mi mamá, déjenme decirles que no en cualquier restaurante le dan ese toque; pero también probé milanesa empanizada con pasta, filete de pescado a la plancha y filete al limón. El filete a la plancha, no tenía especias, ajito, cebolla, algo que le dé un sabor distintivo, sabemos que es a la plancha pero no por eso debe pelearse con el sabor. La milanesa con espagueti, como creí, es el platillo más pedido porque tememos a probar algo nuevo, así que ni fu ni fa, X. El filete al limón se veía, UFFFFFF, súper bueno, pues estaba cubierto de una salsa o crema blanca, muy bien presentado; peeeeerooooooo... las que pidieron ese platillo dijeron que la carne estaba cruda, así que dejaron medio platillo, gracias a eso pude probarlo; a mi me pareció buen platillo, algo para variarle; pero si hubiera tenido que escoger, me quedaba con el ceviche.

El servicio siguió como desganado, quiero creer que es porque medio atendían a los no invitados y medio atendían a los no invitados de la boda. Por eso, les quito 2 estrellas.

El ambiente, como dice mi má: el ambiente lo pone uno. Tranquilo, se puede platicar agusto, el clima estuvo perfecto, y como la boda recién comenzaba, no había escándalo ni borrachos...