The conveyor belt is an amusing novelty, but better return from a cup of noodles on an airport baggage claim belt.
Had better sushi from grocery store. At least there you choose your sushi and it stays refrigerated instead of hoping it shows up luke warm like this place.
We requested a certain type from the server, and was told to wait for the conveyor. But it never came.
Had some pork ramen. Disappointing as well. Tasted like it was microwaved. Have had better noodles from grocery store for $2 USD.
The dumplings were essentially microwaved frozen dumplings with a poor attempt at seasoning.
Misled by the positive reviews. Waste of money and time. Don't...
Read moreIt’s been a long time since the franchise was introduced to the city. When the branch opened after parque Delta enlargement. The menu was good, the service was fantastic. My last visit I must say was disappointing, from the hostess, to the waitress to the food. The table assigned to me was dirty, there was rice in the couches and the table was sticky, the sushi was thinner than usual and well quite honestly, just not bad, but not enough to say it was good. Since the Company decided to have the Thursdays promotion, the quality has declined considerably. The new menu is not my cup of tea, the good days and the quality back in 2004 lives only in my...
Read moreMoshi Moshi, gracias por recordarme que no todo lo que gira es atención. Después de un buen rato sin visitarlos, decidimos regresar con toda la emoción de ver pasar los platillos por la banda como si fueran promesas de felicidad... pero lo único que giró más que el sushi fue nuestra paciencia.
Desde que llegamos, todo pintaba bien: nos dieron mesa rápido y empezamos a elegir directamente de la banda, como ya sabemos que va el asunto. Pero lo que no sabíamos es que el concepto de “servicio” también era autoservicio. En ningún momento se acercó alguien a preguntar si queríamos algo más, si todo estaba bien, si necesitábamos algo. Literalmente nadie. Fantasmas.
Pasaron los minutos, los platos y casi la digestión, hasta que por fin se dignó a acercarse una mesera, ya casi para cuando habíamos terminado. Nos suelta, sin pena alguna, que estaba “bien tirada” y que por eso no se había acercado. Tirada ¿dónde? ¿En la sala de descanso? Porque en nuestra fila sólo había tres mesas, y honestamente no parecía que estuviera corriendo de un lado a otro. Más bien parecía que el único que se estaba esforzando ahí era el sushi que daba vueltas.
Después de eso, llega a ofrecernos bebida. Ya era tarde. Le dijimos que ya no queríamos nada, y para rematar, ni la cuenta nos trajo. Se la tuve que pedir a la hostess, que por lo menos sí tenía idea de lo que es ver a un cliente.
Y la cereza en el pastel (o mejor dicho, el aguacate en el nigiri): cuando por fin llegó a cobrarnos, nos suelta con tono casi irónico “¿cuenta cerrada?”, como si todavía quisiera alargar más la experiencia zen del abandono. Casi le contesto: “Sí, cerradísima. Como las puertas del cielo para ti después de este servicio.”
Y bueno... la comida sí estaba rica, no voy a mentir. Pero ni el mejor maki del mundo justifica que tengas que jugar al escondite con tu mesera. Si regresamos, será con cronómetro en mano y expectativas más bajas que el arroz del sushi...
Read more