La Boutique Trattoria Viajera — Restaurant in Alcorcón

Estuvimos un domingo para comer. Ibamos dos adultos con un niño de 6 años. Al pedir la comida y no tener todos los platos decididos, le dijimos a la camarera que nos atendió (que era la única camarera, lo demás eran camareros) que le podiamos decir lo del niño para que saliera antes. Nos contesto con desidia, que no, que debiamos pedir todo a la vez. El restaurante NO estaba lleno, si bien es verdad, que en el interior casi, pero fuera, ninguna mesa ocupada. Una vez habiamos pedido todos los platos y pasados más de 45 minutos, nos sacan una ensalada. Entonces le preguntamos de nuevo a la camarera que cuanto iba a tardar el resto de platos, entre los cuales estaba el del niño. Nos dice que tiene que preguntarlo, de una manera brusca. Tras atender varias mesas, por fin lo pregunta en cocina (ya habia pasado casi una hora desde que pedimos), nos dice que 12 minutos. Decimos que es mucho tiempo que si no puede salir antes y nos dice que no. Acto seguido, y viendo que otras mesas que habían pedido después que nosotros ya tenian la comida, le decimos a la camarera que pagamos la bebida y nos vamos. Nos discutió de mala manera el que algunas mesas hubieran sido atentidas antes que nosotros y nos ofreció hablar con el encargado, siempre de malas formas. El encargado, que estaba detras de la barra, nos pidió disculpas, (por primera vez desde que preguntamos por el retraso) e insistió en que la comida salia en breve, pero al decirle que nos habian dicho que 12 minutos, no pudo asegurarnos que fuera antes y el niño estaba ya muerto de hambre. El encargado si fue amable. No nos cobraron las dos aguas que pedimos y nos fuimos. Si vais con niños, ojo, porque no hay ninguna sensibilidad con ellos. ya conocereis que lo más habitual es que sirvan primero a ellos, como es lógico de cara a fidelizar y ser amable con la clientela. En un restaurante de al lado nos sirvieron...

Lo primero, la comida ha sido correcta. No hay queja por este lado, pero nos hemos quedado un poco sorprendidos por las siguientes razones:

El restaurante es un follón. Se supone que es Italiano pero luego hacen Poke y mezclan comida Italiana, con Poke con helados, batidos y guacamole. Tiene una personalidad bastante dispersa.

Es un italiano, pero a la hora de pedir café es de Nespresso. En esto fallan. Además es un poco contradictorio que promocionen su comida Fresh and healthy (ambos mensajes están en las paredes del restaurante) pero luego el café sea industrial y de cápsula

En esta línea de Fresh and Healthy. A ver, podrá ser Fresh, pero no es necesariamente healthy. Los postres están cargados de azúcar, el Salmón está envuelto en panceta y la Pizza Carbonara tiene su nata de toda la vida. Realmente no entras aquí para comer Healthy ya que hay alguna opción pero la mayoría de los platos están especialmente cargados de carbohidratos.

El diseño y estilo del restaurante es extraño y entra dentro de esta extraña personalidad que respiras todo el rato. Hay carteles y mensajes varios (y algo incoherentes) por las paredes, algunos en grandes letras muy luminosas que terminan siendo molestos al cabo de un rato, demasiado variado y apabullante, con colores y formas sin harmonía. Es abrumador estar ahí dentro porque no sientes que estés en un restaurante Italiano, no es acogedor y tiene una falta de personalidad, o una indefinición de personalidad muy extraña.

Dicho esto, NO hemos comido mal, pero con la cantidad de restaurantes que hay en este centro con una personalidad y unos productos muy marcados, este deja una sensación muy extraña de no saber muy bien dónde te has metido y qué...

Una pena, con las buenas críticas que tiene este sitio y nos quedamos sin comer. Nos apetecía muchísimo, la carta tiene muy buena pinta, pero la organización y la atención un desastre. La persona que nos atendió no debía tener un buen día o está harta de su trabajo, pero debería replantearse su actitud, al menos ese día, dado que trabaja de cara al público. Pedimos 3 platos para 3 personas (2 adultos y 1 niño). Pasados 3/4 de hora nos sacan sólo uno de ellos y no era el del niño, claro, para eso, tendrían que habernos preguntado si eran para compartir o cual era el del niño, como hacen en muchos sitios, para sacar más rápido el de ellos. Preguntamos por el resto y la camarera nos dice que lo va a preguntar. Atiende 3 mesas antes de hacerlo y nosotros, cual faro, siguiéndole con la mirada, hasta que se digna a informarnos de que todavía faltan 12 minutos. Al decirle que están sacando platos a mesas que han entrado después que nosotros nos responde "muy borde" que esas personas han entrado antes y han pedido antes. No es cuestión de pasar el domingo discutiendo sobre quien tiene razón ni de tener a dos personas mirándome mientras como, así que les pedimos la cuenta de la bebida y nos fuimos a la pizzería de al lado donde nos sirvieron todos nuestros platos al momento. Entiendo que en un restaurante puedan estar desbordados, pero podrían haberlo dicho al entrar, así sabríamos a qué atenernos y decidir si quedarnos o no. Espero que esta crítica sirva para mejorar y a otros clientes no les suceda como a mi. Avisar sobre la posible tardanza, preguntar si es para compartir o no y dar prioridad a los platos de los niños. Y sobre todo, mejorar la actitud...