Primero he de decir que es un sitio al que me gusta ir desde hace mucho tiempo.No obstante llevaba un tiempo sin visitarlo, y ayer después de un concierto, decidimos ir a cenar allí, pues su menú relación calidad-precio es fantástico. Como siempre estaba lleno, pero no tardamos mucho (ya que fuimos temprano 21.00) en encontrar una mesa, el tema es que como novedad hay un DJ pinchando durante todo el servicio de cena. Por un lado, la música he de decir que estaba muy bien, el gran problema es el volumen al que la ponen, que apenas puedes hablar con tu compañero de mesa. En este caso éramos seis y nos costaba entendernos, lo cual limitó mucho la calidad de conversación durante la cena. El servicio siempre ha sido de nuestro agrado, no obstante ayer los camareros estaban desbordados, y encima con el volumen de la música, era complicado que entendieran que querías pedir en cada momento según el lugar donde estuviera sentado. Nos unieron dos mesas éramos seis(como ya dije) y dos de nosotros tuvimos que comer en las esquinas muy justos de espacio para nuestros platos, pese a la lentitud de la comida y la espera de, por ejemplo que te tomasen nuevas comandas o te cambiarán menaje o vaciaran el ya utilizado, el personal fue ENCANTADOR, intentando darnos el mejor servicio pese a lo desbordados que estaban, siempre sonriendo, muy amables y aportando sugerencias. Cómo siempre repetiré una y mil veces más, pero tengo claro que no en sábado o festivos, porque algunos de nosotros salimos con un leve dolor de cabeza y zumbido de oídos. Y ojo que la musica estaba genial, pero un sábado con el local a reventar y el ruido que eso supone, no es la opción más adecuada meter la música a según que decibelios. Critica constructiva que conste.