Tras meses yendo a probar suerte, por fin nos decidimos a hacer una reserva con bastante antelación y probar el Restaurante Jesús Carrión que, por las referencias y por su lleno completo sea el día que sea, prometía bastante.
El local es pequeño pero con estilo: no pierde el punto rural aunque ha sabido modernizarse y adecuarse a un estilo que funciona genial con el tipo de cocina que trabajan.
El servicio por parte de quien, entiendo, es jefa de sala es realmente fantástico; muy personalizado y adecuado a cada visitante. Haciendo las recomendaciones precisas que, al menos en mi caso, servían para decantarme rápidamente.
Respecto a la carta, poco tiene que ver con los locales de alrededor, ya que se refleja en ella un claro esfuerzo en trabajar el producto de proximidad de forma diferente y creativa, aunque sin perder el respeto por el mismo. Este trabajo hace que sea casi imposible decantarse por una pequeña selección y nos deja con ganas de volver en el siguiente turno a probar más cosas...
Pequeños detalles como que el pan del servicio sea casero y que, por ejemplo, tengan vino propio, deja claro el nivel al que trabajan.
Nosotros nos decantamos por comenzar con un Ajoblanco con vieira y wakame que, sencillamente, era magnífico: El ajoblanco intenso y potente y la viera realmente suave y con un sabor ahumado de brasa estupendo.
Lo siguió un Carpaccio de ternera que tenían fuera de carta que no tenía nada que envidiarle al primer plato. La carne suave, con un toque ligeramente cítrico y el queso con un sabor muy profundo. De 10.
Por último, pedimos el chuletón de vaca de retinto con 40 días de maduración. Una carne suave que se deshace al paso del cuchillo; con un punto perfecto entre el poco hecho y el punto. Tanto que, siendo a la brasa, demuestra una maestría tremenda si se concina sin el uso de sonda.
El broche de oro fue, sin duda, la bola de helado de vainilla y bourbon con fruta de la pasión. Un postre fantástico con un helado ultra cremoso en el justo medio entre lo cítrico y lo dulce sin ser empalagoso. Con un sabor que me ha vuelto loco recordándome al clásico helado Solero. De 11 sobre 10.
Sin...
Read moreSi estás de visita en Aracena y buscas una experiencia gastronómica que combine tradición, calidad y un trato excepcional, Jesús Carrión es una parada obligatoria. Recomendado por una amiga conocedora del pueblo, este restaurante ha superado todas las expectativas. ESO SI, MEJOR RESERVAR!
🫒 Bienvenida con sabor Desde el primer momento, el recibimiento es cálido y generoso: unas aceitunas exquisitas te esperan nada más tomar asiento, marcando el inicio de una experiencia cuidada al detalle.
👩🍳 Atención personalizada Uno de los grandes aciertos del restaurante es su atención al cliente. Una mujer del equipo se encarga de explicar la carta con claridad y pasión, orientando sobre cantidades, tiempos de cocción y origen de los productos. Este gesto no solo facilita la elección, sino que transmite el respeto por la cocina y el producto local.
🍗 Platos que conquistan Parte de perdiz: servida con una mermelada delicada y acompañada de pan de nueces. Una combinación sorprendente y deliciosa, donde cada bocado es una explosión de sabor. Carrilleras: por solo 18 €, se ofrece una ración generosa que se deshace en la boca. Tiernas, sabrosas y perfectamente cocinadas. Presa ibérica a la brasa: la especialidad de la casa. Cocinada al punto perfecto, con unas patatas caseras que completan el plato de forma sublime.
🍰 Postres caseros (pendientes para la próxima) Aunque esta vez no hubo espacio para el postre, la carta de dulces caseros promete ser otro punto fuerte. ¡Una razón más para volver!
🌿 Ambiente y servicio El ambiente es tranquilo, ideal para disfrutar sin prisas. Todo el equipo de camareros es encantador, atento y eficiente, lo que redondea una experiencia gastronómica de primer nivel.
⭐ Valoración final Jesús Carrión no es solo un restaurante, es una muestra de la hospitalidad serrana y del buen hacer culinario. Muy recomendable para quienes visiten Aracena y quieran disfrutar de una comida memorable. ¡Nosotros sin duda...
Read moreA la espera de ver la Gruta disponíamos de tiempo para comer y la gran oferta allí existente nos generó el dilema ¿Dónde?. Pasó un buen rato y seguíamos sin decidirnos, hasta que mi esposa me dice: He visto uno en Pozo de la Nieve, 35 que me ha gustado. Dicho y hecho. Nos reciben 3 camareros (1 chica y 2 chicos, excepcionales los tres), pero el que nos atendió fue Javi. Nada más empezar a "cantarnos" la carta ya se le notó el gran profesional que es, a pesar de su corta edad -22 años-. ¡Como nos trató! Sus recomendaciones nos llevaron a darnos un paseo por esta gran tierra, disfrutando del producto estrella: -Jamón y lomo ibérico / Presa Ibérica y Pluma ibérica, en cantidad suficiente como degustar en plenitud. Bebida: ¿Cómo un chaval tan joven puede preguntarte si te gusta el vino con taninos o no...? Demostró tales conocimientos al respecto que nos dejamos llevar... Nos puso un vino suave de la tierra que iba fenomenal con la contundencia de la carne ¡¡¡Extraordinario!!! Ah... y nos vendió un Beronia que resulta muy difícil de conseguir en comercio. Y de postre: Tarta de queso acompañado de bolas de helado especiales. Me invitó a una copa de Pedro Ximénez uva blanca -Espectacular- Comento todo lo anterior para que pueda ubicar qué clientes son los que se han sentido tan perfectamente atendidos. No quiero extenderme más, no sin antes felicitar al dueño del negocio por disponer de tan excelentes profesionales, además de la gran calidad de sus productos y animar a Javi para que desarrolle y amplíe sus conocimientos para llegar a ser un profesional de gran altura, pues madera tiene. Gente como él engrandece esta profesión tan denostada últimamente en nuestro país. ¡¡¡ Adelante y...
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