Una experiencia lamentable, y no por el café. Paso a relatar lo ocurrido hoy en este establecimiento para que cada cual saque sus conclusiones. No voy a hablar de la comida porque solo me detuve un instante —a las 12 del mediodía— a tomar un simple café. Teníamos algo de prisa, así que entré a la barra, se lo pedí a la señora que es la propietaria de nacionalidad china y lo pagué como todo hijo de vecino, y me lo llevé yo mismo a la terraza. Aclaro ante todo "que no soy racista", por si algún iluminado intenta ir por ahí. Es más, me acompañaba mi mujer, que es china. Ella tenía cita en el dentista justo en la esquina con Carlos III y, por indicaciones médicas, no podía tomar nada. Así que nos sentamos un momento —repito, un momento— en la terraza, que por cierto, estaba vacía, solo había otra persona. Entonces sale la propietaria y de muy malas formas le suelta a mi mujer que si no va a consumir, que se levante y se marche. Que yo, si quiero, entre dentro a tomar el café. Mira, uno tiene educación, y sobre todo no le gusta discutir, menos aún con una mujer (aunque algunas se lo ganen a pulso). Así que sin decir nada, me levanté, entré, y dejé el café intacto sobre la barra. Luego llevé a mi mujer al dentista y me fui directo a la Guardia Urbana a comentar lo sucedido, por si acaso. Vamos a dejar las cosas claras: si nos hubiéramos sentado a tomar el sol (es un decir, esa terraza no tiene sol para tomar) durante media hora como si fuera un parque público, entendería que se pidiera consumir. Pero esto fueron dos minutos. Dos. Y mi mujer le explicó en chino —para que no hubiera excusas— por qué no podía tomar nada. Aun así, la señora insistió con un tono arrogante, que por lo que he leído en otras reseñas, parece ser su forma habitual de tratar a la clientela. Me han dicho que su marido es todo lo contrario, amable y correcto. Lástima que no estuviera él hoy, porque estoy convencido de que esto no habría pasado de ninguna manera. No pongo denuncia porque es cierto que en una terraza se debe consumir, pero todos sabemos que hay formas y formas. Lo que yo viví fue prepotencia, mal carácter y una actitud impropia de alguien que está cara al público. Y para colmo, mientras me hacía el café, estaba con el móvil pegado a la oreja, probablemente con su querido WeChat, y me lo tuve que servir yo. Servicio nefasto. Acto seguida, sin espera nos levantamos y yo devolví el café a la barra, sin probar. Reconozco que me contuve, porque lo fácil habría sido derramarlo "accidentalmente" y decir: uy, perdón, se me ha caído. Y créanme, se lo merecía. Pero no pasa nada, señora. Otro día pasaré sin mi mujer y se lo contaré todo esto a la cara, con educación, pero sin pelos en la lengua. Tengo educación, pero sin perdón. Dejo esta reseña como queja formal y advertencia para quien valore la atención tanto como el café. Veo que hay quienes hablan de simpatía de esa señora ... Claro, cuando te dejas dinero en comida, aparecen las conocidas sonrisas falsas chinas. Pero si solo pides un café, aflora la verdadera cara. Y la suya, señora, es la de...
Read more一次令人失望的经历——并不是因为咖啡。
我想讲述一下今天在这家店里发生的事情,大家可以自己判断。我不谈食物,因为我只是中午12点左右,匆匆停下来喝杯咖啡。我们有些赶时间,于是我走进吧台,向那位中国籍老板娘点了咖啡,像所有正常顾客一样付款,然后自己端到了露台。
首先我要声明:“我不是种族主义者”,以防某些人想往这方面引申。更何况,我的妻子就是中国人。她在Carlos...
Read moreSólo tenía que matar un par de horas y aproveché de llevarme el portátil para trabajar. Nada más entrar en el bar, casi que tuve que pedir permiso porque por poco la propietaria no me deja entrar. Trato desagradable, maleducado y seco. Sólo me contestaba con monosílabos y con mala cara. Pero en cuanto entraban otros clientes (hombres) ella de deshacía en atenciones y rebosaba simpatía (sobre todo si eran policías locales), que desaparecía de su rostro en cuanto le pedía un café. Ya ni qué decir de la cara que puso cuando le pregunté si tenía wifi. Para...
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