Desde fuera puedes ver los viveros. Rapidamente te das cuenta de que tienen buen producto. Pescaderias Adelaida tiene muchos años de experiencia en mercabilbao y el puerto. Conocen bien el mercado. Lo que no sabiamos era si sabian como ejecutar ese producto. Fuimos a descubrirlo y salimos encantados. Para repetir, sin duda!
Reservamos mesa para 2 con tiempo. Cuando entramos al restaurante vimos lubinas de anzuelo, itxaskabra, rape... pero el que nos llamo la atencion fue un lenguado de unos 600gr con pinta de que acababa de salir del agua. Lo teníamos claro... ese, íba a ser nuestro... Seguro!
Nos sentamos a la mesa y la atencion por parte de los 2 chicos que nos atendieron fue amable y cercana. (David y el otro no sabemos). Si bien tras ver la carta, teníamos claro qué era lo que queríamos comer, a la hora de tomarnos el pedido, el chico nos guió de una manera profesional; mostrando tener conocimiento del producto del que disponían.
Arrancamos con una ración de quisquillon a la sarten que estaba perfecto en cuanto a producto y ejecucion. Seguimos con una de percebes que estaban buenos pero por ponernos un pelin quisquillosos, estaban un pelin salados. Aunque en este caso mejor salado que soso. El ultimo entrante fueron 2 necoras repletas, perfectas de sal y de coccion. Terminamos con el lenguado que era un productazo perfectamente cocinado, bañado de un refrito de ajo que lo acompañaba de una manera exquisita. Realmente nos encantó! Muy sabroso.
Lo regamos todo con un buen ribeiro.
Para finalizar, no podía faltar el postre. Pedimos sin dudarlo, la tarta de queso... Estaba increíble, muy recomendada! El sabor del queso era delicioso, y la textura muy cremosa. La base era de una galleta que nos resultó familiar... pero que aún no sabemos si llegamos a identificar correctamente: Bajo nuestro paladar se trataba de la galleta chiquilín. Pero esto será un misterio, ya que al preguntar nos dijeron que era secreto de la casa!
Pagamos unos 50e cada uno.
Quisimos pedir café, pero no tenían. Aún así, David nos aconsejó ir a una cafetería cercana llamada "Nokora". Dónde venden café de especialidad. Muy bueno.
Nos fuimos con la sensación de que en Mariskea la calidad-precio que te encuentras en cuanto a marisquerias nos parece que tiene mucha categoria. El lugar, el ambiente y la atención son...
Read moreLa experiencia ha sido totalmente nefasta, tanto por la ínfima calidad del producto servido, como por la falta de profesionalidad de quien lo gestiona. Fuimos dos parejas a cenar con ganas de probar este sitio. Pedimos quisquillón, nécoras, centollo y bogavante. El quisquillón estaba bien, pero el centollo no tenía carne y el txangurro era un caldillo insípido. Las patas tenían algo de carne pero era todo cáscara. Se lo comentamos a quien nos había tomado la comanda y nos había aconsejado y nos trajo otro centollo igual, totalmente vacío. Nos dijo que ahora no estaban saliendo con carne y que estaba mejor la centolla. De hecho nos enseñó una que estaba bien llena y desde luego, si nos hubiera dicho eso desde el principio, le hubiéramos pedido la centolla sin dudar. Las nécoras nunca llegaron (sólo estaban en la cuenta final) y el bogavante que supuestamente era de 2 kilos, me imagino que serían en su mayor parte agua porque era primo hermano del centollo. Expresamos nuestras quejas sobre la calidad del producto al gerente del local y lo único que nos dio fueron malas excusas: 1- que no es época de centollo (¿diciembre no es época?), 2-que a los de la mesa de al lado les había salido bueno el centollo; fuera aparte de que voy a pagar lo mismo que los de la mesa de al lado, no voy a un restaurante a jugar a la lotería a ver si me toca el género bueno o el malo…. Todo una serie de despropósitos que se resumen en mala calidad y mala gestión. Pagamos 229 € para 4 y salimos sin cenar. Para terminar de retratarse, el gerente del local alude a que bebimos vino e insinúa que estábamos pasados de alcohol. Increíble su desfachatez y falta de recursos. Si su único argumento es el insulto, no tengo nada...
Read moreMi experiencia en este restaurante fue simplemente desastrosa. Desde el inicio, quedó claro que la calidad del servicio y la atención al cliente estaban muy por debajo de lo esperado.
Optamos por probar diversos platos, pero la realidad fue decepcionante. El quisquillón estuvo aceptable, sin embargo, las necoras nunca llegaron a la mesa, y el centollo servido estaba prácticamente vacío. La respuesta del personal fue igual de desalentadora; en lugar de abordar el problema, nos ofrecieron otra porción igualmente escasa y hasta insinuaron que deberíamos haber elegido centolla para obtener más carne.
Además, también pedimos un bogavante de 2 kilos a la plancha, que, al igual que los demás platos, resultó ser otra decepción. Las patas grandes estaban completamente vacías, creando una experiencia aún más frustrante y poco satisfactoria.
La falta de elementos básicos como servilletas, mantel o utensilios en la mesa creó un ambiente incómodo y poco higiénico. Incluso después de expresar nuestro disgusto a los propietarios, su actitud indiferente y la inclusión incorrecta de las nécoras en la cuenta dejaron claro que la prioridad del restaurante no es la satisfacción del cliente.
En conclusión, este lugar no solo falla en ofrecer una experiencia gastronómica de calidad, sino que también carece de un servicio al cliente respetuoso. Recomiendo encarecidamente buscar alternativas que valoren a sus comensales y ofrezcan una experiencia más positiva. Este restaurante, lamentablemente, no cumple con esas expectativas.
El peor...
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