Fuimos a cenar con ilusión por recomendación del hotel donde nos hospedamos. Buscamos el restaurante por TripAdvisor y los comentarios nos acabaron de ganar. Reservamos y a las 10 en punto peripuestados, nos presentamos con ganas de pasar una buena velada y comer rico. El restaurante al entrar, llamaba la atención por ser bastante bonito. Ya sólo con el gusto de la sala y la terraza, daba la sensación de ser un sitio en el que comerías bien. Después de echar un vistazo a la carta y pedir valoración al camarero (que por cierto más que afán de recomendar, denotaba más ganas de que pidieses rápidamente para pasar a la siguiente mesa), pedimos 4 platos. Crujiente de langostinos, rico y langostino fresco. Pulpo a la brasa ( por recomendación del camarero) estaba algo tieso y desaborido. Ensalada tibia de langostinos y vieiras, escasa y sin gracia. Las zamburiñas de poca calidad, estando en la zona en la que estamos, parecían más sacadas del congelador y sacadas a propósito por ser Semana Santa, que por alegrar al comensal. Postre: gofre con crema de avellanas con helado. Gofre que no era casero. Crema de avellanas que era Nocilla. Conclusión: sitio muy pretencioso, en el que cenas pero sales con la sensación de que te la han metido una clavada después de pagar 92 eur por dos personas. Para finalizar con un café que tenía más espuma que contenido. Estando en Galicia con las múltiples opciones que hay, no es un sitio que recomendaría.