Anhelo Restaurante — Restaurant in Castelló de la Plana

Anhelo, as a Michelin Guide recommended restaurant, has a lot going for it, thanks to Chef-Owner Cristian Granero. His culinary skills are evident in the well-crafted main dishes, showcasing his celebrated baking and pastry expertise. However, the desserts did not quite live up to the hype.

The staff is friendly and warm, enhancing the dining experience with their welcoming attitude. Despite this, there are minor service details that could be improved, such as promptly serving water and picking up wrappers, especially considering there were only six tables for two waiters.

The main drawback is the establishment itself. The ambiance was less than ideal, with the noise level being quite high, which detracted from the overall experience.

Overall, Anhelo has amazing potential, but there are areas that need attention to make the dining experience truly...

We had a great lunch in Angelo. The menu is building up and gets tastier with every new plate. Pretty much based on very local produce which is always a plus. Very nice atmosphere as well despite a bit of an atypical environment, no classic windows or open door when you come to the restaurant. The room is cosy though and has just a few tables which all allow a view on the chef at work. The server speaks pretty well English and is doing his best to translate the menu and the story behind the plates. Very nice local wine recommendations as well that blend in with the dishes served. This place is a very good value for...

Es la segunda vez que visito Anhelo, en ambas ocasiones con el menú Pasado, Presente y Futuro, el primer día para comer y el segundo para cenar, y en ambas, cada plato ha sido diferente al anterior, con sabores fusionados en un mismo plato que nunca pensarías que podrían llegar a potenciarse mutuamente pero de forma sencilla, con producto de calidad y sin excentricidades, lo que hace que podamos disfrutar todas las personas que asistimos independientemente de nuestros gustos. Igualmente, antes de asistir, te preguntan si alguien no quiere o puede comer de algo concretamente y te adaptan los platos de forma perfecta. El local es sencillo, tranquilo. bonito y con una música que acompaña y completa la experiencia junto con la amabilidad y profesionalidad del personal que sobretodo en esta segunda ocasión, fueron encantadores. Tienen una carta de vino muy amplia y a muy buen precio, difícil de encontrar hoy en día. Mi plato preferido en ambas ocasiones ha sido el guiso de calamar, y eso que eran completamente diferentes, en la primera ocasión en su tinta, acompañado de alcachofas y está segunda vez con una bechamel y una espuma, pero la base del guiso es un espectáculo. Se elija el menú que se elija sí o sí hay que pedir el pan bicolor, hecho de masa madre de dos harinas una de ellos de algarrobo, y bañado en aceite picual, un sueño de pan. Para finalizar, el postre lo acompañan de una mistela casera, fresquita, suave y afrutada, que en esta segunda vez, nos la sacaron con un prepostre de fresas y helado que me pareció la combinación perfecta, junto al helado de kéfir del postre. Es una experiencia única a un precio único, seguiré probando sus creaciones, la siguiente vez en su nuevo local que pronto visitaré y en el que deseo que tengan mucho éxito pero mantengan su esencia, aue al fin y al cabo, es lo que los hace únicos....