I recently had the pleasure of dining at this Restaurant, and I must say that it was an unforgettable experience. From the moment I stepped through the doors, I was greeted by the friendly staff and immediately taken in by the cozy and inviting ambiance of the restaurant.
The menu at this Restaurant is truly diverse, offering a wide range of dishes that cater to all tastes. I opted for the beef Wellington as my main course and was blown away by the expert execution of the dish. The beef was perfectly cooked and the pastry was flaky and buttery. The accompanying vegetables were also cooked to perfection, making for a truly delectable experience.
But the standout dish of the night was definitely the dessert. The chocolate lava cake was indulgent and rich, with a molten chocolate center that was to die for. It was the perfect end to an already incredible meal.
But the food isn't the only highlight of this Restaurant. The service was impeccable, with staff constantly checking in to ensure that our experience was top-notch. The attention to detail was also notable, with little touches like complimentary bread and butter adding to the overall experience.
Overall, I highly recommend this Restaurant for anyone looking for a high-quality dining experience. The food is truly top-notch and the service is impeccable. Whether you're celebrating a special occasion or just looking for a great meal, this Restaurant is...
Read moreExperiencia Horrible. Nunca más. Desde el año 2020, cuando faltó un ser querido, mi familia y yo tomamos por costumbre comer en este restaurante con la finalidad de juntarse y disfrutar, como lo haría cualquier otra.
Poco sabíamos que este vez sería la última. Nada más entrar a local, sobre las 13.30, indicamos el nombre de la persona por la cual hicimos reserva. Con pocos modales, la persona en la puerta nos recrimina que en su reserva figuran 8 personas cuando éramos 5. Lo cierto es que hicimos reserva para 6 y faltó una persona, pero nos sorprendió mucho que se apuntaran 8. La señora, con pocos dotes de comunicación y muy malos gestos, se limitaba a hacer señas con el bolígrafo hacia su libreta, marcando con intensidad el ocho que se hallaba al lado del nombre.
Tras superar este pequeño, pero feo escollo, nos conducen hasta una sala que parece poco menos que un gallinero. Claramente había una capacidad superior a la que permitía físicamente el espacio de la estancia. Los clientes existentes estaban espalda con espalda y, en los pequeños pasillos improvisados que quedaban entre mesas, no cabían ni dos personas.
Nos sientan en nuestra mesa que, lejos de estar limpia y dispuesta, aún se podía apreciar el calor de los clientes que acababan de marcharse. Tras colocar nosotros mismos los vasos, servilletas y cubiertos, nos sueltan una carta encima de la mesa sin apenas contacto visual ni el más mínimo ápice de amabilidad.
Al cabo de unos 10 minutos, tras aclarar con los míos lo que queremos pedir, transmitimos la comanda a una mujer que estaba al pie de la mesa esperando, pero sin mediar palabra.
Otro se acercó para tomar nota de lo que queríamos beber y todo parecía mejorar, sobretodo tras el primer sobresalto en la puerta.
No obstante, tras dejar bruscamente las botellas de cerveza sobre la mesa, empiezan a llegar los primeros platos. Primero nos lo trae un mozo majo que amablemente deja el plato, pero poco después acude otro camarero que directamente suelta el plato encima de la mesa mientras está de espaldas y marchándose. Aquello se hizo de notar en toda la mesa, restaurando aquel clima del principio. En pocas palabras, aquél camarero, por el motivo que fuese, estaba de mal humor y nos lo hizo saber.
Pero esto fue una constante durante nuestra corta estancia: camareros con muy mal genio lanzándonos los platos, un ruido insoportable por la cantidad de personas acumuladas en poco espacio, por no mencionar la nula ventilación que había dadas las nuevas enfermedades respiratorias que circulan.
Pero lo peor estuvo por llegar. Mientras mis seres queridos seguían pidiendo platos de comida (dado que es un Buffet a la carta), no paraba de acudir un señor a nuestra mesa insistiendo en que si queríamos café o helado. Hasta en tres ocasiones le tuvimos que indicar que aún esperábamos platos y que no queríamos café. Se podría decir que en el término de 15 minutos nos insistió tres veces.
Nosotros obviamente estábamos palpando la situación: nos querían fuera cuanto antes.
A la cuarta vez que acude, decidimos pedir café y helado. Cuando nos lo traen, sueltan encima de la mesa la cuenta, ¡sin haberla pedido!
Con su TPV en la mano, y una apariencia estresada, nos deja caer que le paguemos ya para marchar. Amablemente le indiqué que "todo esto estaba siendo muy rápido" a lo que me contesta que "tiene muchos clientes en la puerta esperando". ¡Como si eso fuera asunto nuestro!
Éramos 5 personas que, lejos de poder disfrutar de una comida relajada y distendida con una buena sobremesa, compañía y conversación, tuvimos que resignarnos a comer unos platos escasos, mal preparados mediocres y no poco gustosos.
Por la broma de ser echados tuve que abonar la friolera de EUR 125,00, lo que clasifico de estafa en toda regla.
Yo particularmente no pienso volver, y si no quieres sufrir estos disgustos, mi consejo es no ir. Desde luego mi familia nos llevaremos nuestra costumbres y tradiciones a otra parte.
Hubiera preferido pagar el doble con tal de estar tranquilo...
Read moreEste fin de semana hemos ido unos amigos (5) a cenar. Ya comenzamos mal ya que no nos dejó reservar a las 9:30 tuvimos que ir a las 9. Y luego descubrimos porqué. Muestras estábamos acabando la última tanda que habíamos pedido nos preguntaron si íbamos a pedir más, al decir que no, la actitud de la dueña cambió totalmente. Comenzó a meternos prisa para que pudiéramos el postre y de hecho nos lo traje cuando aún había gente en la mesa que estaba acabando su plato. Para acto seguido traernos la cuenta con el datáfono insistiendonos en pagar, mientras aún estábamos unos con el postre y otros todavía comiendo, porque como ya he dicho lo trajo a toda prisa. Al poco tiempo y viendo que no nos levantamos volvió a venir a insistirnos en que nos levantaramos. Todo esto medio a gritos y tocándonos el brazo todo el rato. Fue muy muy desagradable. Y todo ello porque tenía cola fuera del establecimiento. Yo no tengo la culpa de que haya cola, he ido a cenar a la hora que he reservado y si después había más gente pues o que no me hubieran dejado reservar o que no den la siguiente cita tan seguido. Porque fuimos a disfrutar de la cena y acabamos de mal humor por el trato recibido. Obviamente ni yo ni mi amigos pensamos volver. Y recomiendo a todo el mundo que no vaya, hay mil sitios mejores que este.
Porque además del mal trato, en cuanto a higiene, esta tampoco es que sea la mejor. Porque en cuanto nos sentamos a la mesa nos dimos cuenta que los palillos de madera, que son de un solo uso, estaban reutilizados. Olían a lejía/desinfectante y en la punta estaban más oscuros de la salsa de soja que evidentemente no se había podido ir el color al lavarlo.
De hecho en la cómoda de delante de los baños tienen muchos de esos palillos lavados, ahí sin ningún tipo de higiene al alcance de cualquiera.
Ah! Y además hubo varias equivocaciones con los platos pedidos, que nos querían hacer ver que sí lo habíamos pedido, pero al tenerlo apuntado en el móvil pudimos enseñarles lo que habíamos pedido y entonces nos dieron la razón. Pero sino nos lo hubieran hecho quedar.
Resumiendo un mal sitio para comer o cenar, mal servicio, poca higiene y un mal trato.
No lo...
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