Restaurante Recreo Peral — Restaurant in Cuenca

• Interior: nice, has style, glass roof adds the presence of nature • Place: near the river under the old town on the walking route — really good • View: on the nature, threes, river, banks • Attitude: very friendly and very professional • Speed: quite fast • Look: all dressed in specific uniform, all accurate • Taste: the meat was really tasty, very good. The desserts were OK... but not 5 (-: • Price: we left €80 for 4 people with dessert and no alcohol • Feature: they have half portions in the menu with the price of -40%! And that’s great... because their half portions are just a bit smaller, not 40% definitely.

• Interior: bonito, tiene estilo, el techo de cristal agrega la presencia de la naturaleza • Lugar: cerca del río debajo del casco antiguo en la ruta a pie - realmente bueno • Vista: sobre la naturaleza, tres, río, orillas • Actitud: muy amable y muy profesional. • Velocidad: bastante rápida • Aspecto: todos vestidos con un uniforme específico, todos precisos • Sabor: la carne estaba muy sabrosa, muy buena. Los postres estaban bien ... pero no 5 (-: • Precio: dejamos 80 € para 4 personas con postre y sin alcohol. • Característica: ¡tienen medias porciones en el menú con el precio de -40%! Y eso es genial ... porque sus medias porciones son un poco más pequeñas, no un 40%...

Tengo que reseñar este sitio tras una mala experiencia y bastante disgusto ya que traje a un grupo de amigos precisamente porque pensaba que aquí saldría todo bien y parece que el servicio se lució. Llegamos y el restaurante estaba lleno, por lo que vi lógico que la comida y la bebida tardase un tiempo en llegar al principio. Sin embargo, el tiempo pasaba, la comida se alargaba y el restaurante se iba quedando vacío. Todo empeoró con los postres. Pedimos el coulan y el camarero nos avisó de que tardaría en llegar. En la carta concretamente pone que tardaba 6 minutos su preparación. No nos pareció mucho tiempo ya que el restaurante, después de llevar casi 3 horas desde que nos sentamos, estaba prácticamente vacío. Tras esperar 23 minutos me levanté para preguntar por los postres y el camarero, con bastante desagrado, me contestó que nos había dicho que tardaría en llegar... Vaya! si hubiese puesto en la carta que serían más de 20 minutos la espera habríamos elegido otro postre... Llegó nuestro coulan y, lo siento, pero es que tengo que subir la foto para que se vea que no es fluido por dentro como debe ser un coulan. Está pasado. Ese coulan llevaba esperando ser servido bastante tiempo y se habían olvidado de él. La torrija tampoco es que estuviera muy allá dijeron mis amigos. El único postre que merece la pena en este sitio es la tarta de queso, eso es un hecho y tenedlo en cuenta los que me estéis leyendo... Además que las tienen ya hechas, es solo partir la porción. No hay que esperar. Entiendo que ser camarero es un trabajo estresante pero eso no justifica que cuando el restaurante se va quedando vacío se descuide al resto de las mesas. Eso sí, para traer la nota y el datáfono ahí sí que estuvieron rápidos... En fin, lo siento pero creo que no vamos a volver. La comida está bien, tampoco es algo que digas "Oh, maravilloso!" hay muchos restaurantes buenos en Cuenca con muchísimo mejor servicio. La pena fue que mis amigos salieron disgustados y yo también por haber elegido...

La comida estaba muy buena, típica de la tierra. Aunque los huevos con jamón y patatas tenían muchísimo aceite, se veía como una sopa de aceite abajo del plato y las patatas estaban demasiado cocinadas.

Aunque la experiencia se vio eclipsada por un muy mal servicio, no nos gustó en absoluto, nada más entrar a pedir mesa, un camarero jovencito, me dijo de una manera categórica y alarmista que sería imposible sentarnos en una mesa (de dos personas), le dije que había visto varias mesas vacías, se quedó mudo y dijo "pues habla con mi compañera", muy pocas ganas de trabajar se le veía al chico por lo tanto, un punto muy negativo.

Pero la cosa no quedó ahí, la camarera que nos atendió, trabajaba con muy pocas ganas, tardó muchísimo en traernos las cartas, lo que significa que si hace eso con todas las mesas el efecto dominó con los retrasos es abismal. Nos trajo los cubiertos minutos después de traernos el primer entrante y en lugar de venir con los cubiertos y los platos , dejó los cubiertos y fue a por los platos, mil viajes para hacer una cosa que se podía hacer solo en uno. Vimos como otras mesas se impacientaban al pedir varias veces la cuenta y platos. Tardaron mucho en traernos los segundos, por lo visto habían estado un tiempo largo en cocina esperando a ser recogidos ya que llegaron fríos, y no sería por tener el restaurante lleno porque ya eran las 16:30 y se estaba vaciando, nos sentaron a las 15:15 y nos llegaron los segundos a las 16:30, muy lentos... como excepción, un camarero joven, moreno y delgado siempre estuvo atento y fue rápido en las únicas dos veces que le pedimos algo.

Volvería otra vez si supiera que esto no me vuelve a ocurrir, porque la comida estaba bastante buena. Una pena que el trabajo de una buena cocina se vea chafada por el equipo de camareros, no hay que olvidar que...