RESTAURANTE TERETE — Restaurant in Haro

Disappointed... We saw a YouTube video about the restaurant so we went with enthusiasm and expectations for a place with long tradition for cooking lamb. The first disappointment comes from the salad we ordered asparagus and tomato both half portion. We got 2 asparagus and 5 half slides of tomato, both served with only olive oil and vinegar. I would expect a restaurant of this kind of level to provide dishes which are a bit more elaborated than this... Then the lamb... In my opinion, it was not cooked long enough and I am not sure that they search for the best supplier. When the waitress was cutting the meat, we can already see her 'fighting' with the meat. So it was not the soft, 'falling of the bone' result that we were expecting. It was also not seasoned. A pack of salt was given to us to season it. However, lamb is a meat that should have proper seasoning during the cooking to bring out it's flavour. Again, very surprised about this for a restaurant which cooks lamb since 1877... We also ordered lechecillas and stuffed peppers. Both were good but...

Fuimos de vuelta a Zaragoza desde Cantabria, aunque yo vivo en Valencia, mis compañeros de viaje son de Zaragoza. Comida sabrosa y bien elaborada. Lo que dista ,mucho de el trato de la persona que se encuentra a la entrada. Vimos una persona pidiendo comida para llevar y pasamos hacia la puerta del restaurante, la persona de detrás del mostrador con muy malas formas, elevando la voz, carente de educación y nula orientación-atención al cliente, nos vociferó exigiendo que saliésemos y nos situásemos detrás de la persona que estaba atendiendo. Nuestra respuesta fue informar que teníamos reserva para el restaurante, a lo que nos dijo "oigan que se salgan fuera y si no les parece bien, márchense". Salimos a la calle a esperar y cuando ya habían atendido a las personas que iban a por la comida para llevar entramos.... entre nosotros 3 íbamos comentando lo sucedido sorprendidos y disgustados. Nos situaron en una mesa individual para 3 con espacio suficiente y correcto. Las camareras fueron muy amables. Pedimos la asadurilla, menestra para 2 y cordero para 2.... todo muy sabroso y rico. Antes de sacarnos el cordero el camarero no trajo unos pobrecitos de sal informando que el cordero lo hacían sin sal por si la necesitábamos, a lo que mi padre (jocosamente, sin ánimo de ofender y muy educadamente) comento que para su gusto la comida tenía poca sal. El camarero en cuestión nos increpó que llevábamos todo el rato quejándonos, que habíamos entrado renegando, comentando que la comida estaba mala y que íbamos a poner comentarios negativos, etc, etc, a lo cual le respondí que nuestra única queja era por el trato recibido al entrar. Desconozco la vinculación-relación-parentesco que tienen el personaje de la entrada y este camarero, pero lo único que les diferencia es que el primero vocifera y el segundo no. En definitiva, nos fastidiaron la comida y de haber podido pasar un rato muy agradable nos supuso un agravio (nos sentábamos en la mesa a las 13:30 y poco más de una hora después ya nos habíamos ido). Una pena. Al salir vimos que tenían una cola inmensa de gente esperando y llegamos a la conclusión que se permiten ser insolentes porque les sobran clientes. Por nuestra parte ni volveremos ni por supuesto lo recomendaremos. Somos personas acostumbradas a ir a buenos restaurantes a comer, siempre tratamos a la gente con respeto y cariño y exigimos, como...

Básicamente, se paga la decoración del local, ya que los salones son preciosos, aunque nosotros estuvimos en la terraza con otras tres mesas (dentro sólo había una mesa, a pesar de que Haro estaba a rebosar en pleno agosto). Por cierto, todos éramos foráneos, algo muy indicativo.

Los precios son excesivamente altos para las cantidades que sirven y su nula presentación. Una ración de "espárragos D.O." servidos con aceite por encima y mayonesa (aparentemente comercial) aparte por 13,5€, es decir, a 3,37€ el espárrago, que no tenía mayor mérito que el de no tener ni una hebra (menos mal).

Los pimientos rellenos de boletus (sólo tres, siendo dos, vaya detalle) por 14,2€, es decir, a 4,73€ el pimiento, que venían con un triste rebozado, sin más. A pesar de haber pedido cerveza sin gluten, no se tomaron la molestia de avisarme de que los pimientos venían así (siempre los he conocido bañados en salsa), lo que denota falta de atención y empatía por parte del servicio en este sentido, que se centraba en simplemente atender (aunque con toda la educación del mundo, eso sí). Por suerte, sólo soy intolerante al gluten y pude retirarles el rebozado, pero me sentí muy desatendida por ello. Los pimientos eran muy finos y pequeños, el relleno de sabor aceptable, sin más, por lo que el precio acorde a lo degustado era la mitad (si no menos).

El cordero (27,3€ una ración) era mayorcito, pues la carne estaba algo dura y costaba un poco masticarla, además, estaba soso (te dan un pequeño sobre de sal para que le eches a tu gusto, nunca he visto esto al servir un cordero o cochinillo al horno) y el caldo parecía agua con un mínimo de sabor, no se parecía en nada a la reducción que queda en la bandeja tras asar un cordero.

Siendo de origen castellano-leonés, me he sentido ofendida, pero fue culpa mía por pedir un asado fuera de su lugar típico.

Visto lo visto, no nos arriesgamos a pedir postre ni café.

Entiendo perfectamente que en cada lugar se cocine de manera diferente (para mí es uno de los encantos de viajar), pero dada la relación calidad-precio observada, nos hemos sentido caer en una trampa para turistas.

No volveremos y no lo...