Un sitio muy bonito, pero con unas normas muy raras que te descolocan cuando vas con hambre. Hay tres tipos de servicio. "De tapas" donde pides la bebida en la barra y te dan una tapita a elegir a consumir de pie. "De picoteo" solo puedes usar las mesas de la terraza sin mantel, tipo merendero, la comida te la llevan a la mesa, pero la bebida funciona igual que "de tapas" y te dan una carta específica para que pidas al menos una ración por persona. Así, que pagas la bebida por un lado y la comida por otro. "Para comer" en este caso eres cliente de pleno derecho y obtienes los privilegios de un comensal gourmet, mesa con mantel y servicio de comida y bebida a la mesa, con una carta especial de comidas.

Optamos por "de picoteo", en este caso, y ya en nuestra mesa de merendero y desde que llevamos nuestras bebidas desde la barra con sus tapas hasta que nos tomaron nota de la comida, pasaron 10 minutos, tiempo más que suficiente para tomarte las consumiciones e irte...

Las gambas de cristal con cecina y huevos, que a priori, parece una combinación extraña y fuera de lugar, está especialmente rico. En León, la morcilla, no se sirve embutido como el chorizo, o el salchichon, si no que es más como un puré ligeramente picante, estás avisado.

Sitio recomendable, raruno al principio, pero también lo es la pizza de piña y oyes, la gente se la come.