La Piccola Stanza — Restaurant in León

El pasado sábado decidí celebrar mi cumpleaños con mis amigos en este precioso local. Hice la reserva de una mesa para siete personas con veinte días de antelación, especificando que la quería dentro del local, no fuera. Cuál sería mi sorpresa cuando, llegado el día, mis amigos y yo vimos que nos habían preparado la mesa fuera, en la terraza. Por supuesto, no dudé en decírselo a la camarera y en recordarle que le había especificado que nos pusiera la mesa dentro del local. Quiero apuntar a este respecto que ya he celebrado otros cumpleaños aquí con la misma cantidad de personas y que siempre me han hecho la reserva donde yo he querido, es decir, dentro y no fuera del local. La camarera, con malas formas, me explicó que siempre especifican que, para ese número de personas, reservan fuera, en la terraza, pero no ocurrió esto durante la llamada. Es más, yo especifiqué (varias veces) que quería la mesa dentro del local y no fuera, y la camarera me aseguró que así lo harían. Como digo, ella no dejaba de insistir en que eso no era cierto y, finalmente, acabamos cediendo y nos quedamos a cenar. A día de hoy, dos de mis amigos están acatarrados. Así que gracias al local por ello. Además de todo esto, quería añadir que, a la hora de tomarnos la comanda, otro de los camareros no nos aconsejó en ningún momento la cantidad de pizzas que debíamos pedir siendo 6 personas las que finalmente acudimos al cumpleaños. Así que, como pedimos solo tres al principio, tuvimos que hacer la comanda de una cuarta pizza una vez acabadas las primeras. El camarero nos dijo que ya tendríamos que haber pedido cuatro o cinco pizzas desde el principio y que él nos podría haber traído la comida en diferentes tandas, pero yo pregunto: si nadie nos aconseja, ¿por qué tenemos que saber esto? Como colofón al respecto, queda la nota. ¿95€ por cuatro pizzas, dos botellas de verdejo y una caña? ¿Será broma, no? Estoy muy disgustada porque era (y lo digo en pasado con conocimiento de causa porque no pienso volver) uno de mis sitios favoritos para...

La verdad que no entiendo las buenas reseñas de este sitio. Me da pena que la gente no haya probado una pizza rica en su vida, si ponen a esto 5 estrellas 😪😪

Para empezar el servicio pésimo, había pedido y especificado una mesa, la más cercana a las vistas el día de mi reserva ( que hice en persona) Llegamos allí, y esa mesa no se puede nos dan otra, ya que dicen que está ocupada por una familia. Mesa en la que una de las dos no mira a la catedral, (servicio de terraza por el que pagas un 10% más, como dato) Primera sensación mala, pero se convierte aún peor , pasa la hora y pico que seguimos en el restaurante y nadie viene ni a esa mesa ni al resto del restaurante. A la gente que preguntan les dicen que están llenos, con solo 3 mesas ocupadas. Y a nosotras ni una disculpa nos ofrece el chico ni por no darnos la mesa que había acordado ni por la familia que dice que va a venir y no viene.

Todas las mesas con un reservado de mentira, espero que esto lo sepa el dueño, la verdad. Porque vaya forma de hacer negocios , echando s la gente que quiere sentarse.

En fin, la cosa no mejora con la comida, incluso yo me hago pizzas más ricas, una pena.

Teniendo la ubicación que tienen, desde luego que podría ser un sitio genial, pero yo desde luego no vuelvo, ni recomendaré ir a nadie de mis amigos.

Edito por el tema que me ha contestado de los horarios - terminamos de cenar casi a las 10:30, al pasar a la media hora solo había 2 mesas ocupadas en terraza, así que bueno… lo dejo a la interpretación...

Pedimos mesa para cenar tres personas ya que en las mesas libres de la terraza ponía que estaba reservadas, nos indican que si y nos dan una de las mesas en las que pone el cartel de reservada. Después de pedir, les preguntamos si pueden ponernos otro plato en la mesa ya que finalmente seríamos cuatro, nos indican que no porque la mesa es de tres y para poder cenar cuatro tendrían que juntar dos mesas ( las cuales estaban libres y aún sin recoger) y estaban reservadas. Nos sirven tres botellas de agua por las que cobran 7,20. Finalmente ante la negativa de poder cenar cuatro pedimos la comida para llevar y nos indican que tendremos que esperar más. Durante el tiempo de espera en ningún momento llega ningún comensal a las dos mesas supuestamente reservadas ( siendo más de las 23:30) Nada recomendable el provolone de orégano, una enorme capa de grasa, muy fino y pegado completamente. Las pizzas dejan mucho que desear. Dos pizzas, un provolone y tres botellines de agua 47 euros.

Destaca la buena atención recibida por el camarero joven, amable y en todo momento se preocupó por la opción de añadir un plato más a la mesa, sin poder decir lo mismo del resto...