¡¡Cómo podría alguien poner sólo tres estrellas al famosísimo Casa Carola!! Pues bien, todo es una ecuación de percepciones, contexto, sensibilidades y suerte. Que nadie se ofenda. Que a nadie le de un ictus, plis.
Tenemos la reserva desde diciembre. Nos han escrito y nos han llamado para confirmar y reconfirmar. Todo ok aunque un poco "insistentes".. creo que deberían cobrar algo por adelantado y si uno no aparece... pues listo!. Pero vamos, sólo un detalle que contacten tanto por mail y teléfono. Supongo que al ser un local tan pequeño no pueden permitirse una sola falta: ok pues.
Llegamos al local al turno asignado y encontramos unas 25? personas ahí fuera esperando peladas de frío. Ancianos, niños en carritos, etc... sale un tipo muy simpático y grita que "ya pueden ir pasandoooooo"---- igualito que cuando iba al colegio Sagrados Corazones a la hora de la comida cuando tenía 11 años. Pues nada, vamos entrando por la portezuela, la gente de bien. De repente todo se para, gritos, voces altas, confusión!!! parece que alguna madre inconsciente ha traído al niño en sillita y no lo había dicho. "No hay sitio", "esto había que saberlo"..... bueno, tras un minuto de caos, el flujo de gente ha seguido entrando. Respiramos hondo. Mesa para tres. Estamos en una mesita, perfectamente encajados al subir unos escaloncitos a la parte alta del comedor. No estamos incómodos, pero tampoco cómodos ni amplios. Cada vez que pasa alguien, su cul. pasa a 2 cms de mi cara. Las conversaciones inundan el pequeño comedor de tal modo que mantener una conversación "normal" es ABSOLUTAMENTE imposible. Varios grupos de gente y lastimosamente siempre tienen cosas que contarse los que se encuentran sentados en los extremos opuestos a lo que se agrega la eterna chica con voz chillona a quien nadie hace caso pero como buen disco rallado pone un fondo sonoro delicioso.... Así que el ambiente, como verá el lector, es incómodo y desagradable.... no obstante, ya lo advierten en su folleto "somos una Taberna y tenemos poco espacio, disculpas", pues aquí no ha pasado más que seguimos estando apretados, incómodos y con los tímpanos perforados.
Te ponen pan caliente, jarra de agua (con hielo que ya no tiene hielo) platillo con las piparras y unas cebolletas. Se piden las bebidas.... el vino es correcto, sin más, no hay crítica posible. Muy bien lo del agua. Traen un croqueta, que está tan rica como fría.
Tras un ratito traen el perolo de barro con sopa y fideos. Preguntamos cómo debemos actuar... si esperar al resto de comida, empezar ya.... (cosas de la primera vez puesto que es la primera vez en mi vida que como cocido que no fuese de mi madre o en el colegio). Casi sorprendido me dice un tipo muy simpático que lo que nos dé la gana. Que podemos empezar con la sopa que podemos tomar toda la que queramos pero que si queremos mezclar con garbanzos, verduras, carne, morcilla, chorizo... pues que lo irán trayendo y así podemos hacerlo a nuestro gusto. Yo, particularmente soy de todo mezclado, al menos la sopa con garbanzos y zanahoria y patata... Pero parece que lo que se impone es tomar la sopa. Nos llenamos los platos y comemos. La sopa con fideos es agradable y está templada. Mejora infinitamente si la alegras con piparra y cebolleta... pero algo plana sin esos condimentos. Para gustos...... Ya nos hemos metido un platazo de sopa, fideos, pipara, cebolleta.... y el segundo ya será con la "chicha"... esperemos.
Esperemos algo más....Sigamos esperando....A los grupos parece que les llevan garbanzos..... esperemos. Devorado el pan vamos por la tercera copa de vino casi. Sigamos esperando.
PUes casi que tomo algo más de sopa, que me aburro y me estalla cabeza del jolgorio.... ¡vaya, que mala pata, está casi fría! Con dos platos estoy bastante lleno....
Esperamos un poco más.... y finalmente aparecen los garbanzos, las verduras (dos trozos de zanahoria para tres, aunque bien gordos) y luego la carne.... nuevamente platos de sopa tirando a fría ahora con garbanzos y/o carne.... una pena estar comiendo frío y aburrido de esperar... to be...
Read moreEn este restaurante te reciben con una copa de cava y una croqueta de cocido por persona, un detalle que de verdad mola un montón. La croqueta estaba deliciosa: crujiente por fuera y cremosa por dentro.
Lo siguiente es la sopa: una ración abundante con un sabor suave y delicado, aunque los fideos tipo cabello de ángel eran escasos y estaban algo pasados. Puedes ajustar el caldo a tu gusto metiendo el cazo hasta el fondo para sacar más fideos. Se acompaña tradicionalmente con piparras y cebolletas.
Luego llegan los dos vuelcos:
Garbanzos con verduras: los garbanzos estaban en su punto perfecto de cocción pero algo insípidos. El repollo hervido pierde gracia; hubiera sido mejor rehogado. El resto de las verduras necesitaban el “empuje” de un chorro de aceite de oliva.
Las carnes: en general buenas, aunque el chorizo desentonaba por ser fresco en lugar del típico chorizo de sarta que se espera (al menos yo me lo espero) en un cocido.
El postre fue una tarta Carlota que estaba deliciosa y venía en una ración generosa. Para cerrar, ofrecen chupitos y café opcional. Todo esto por €32 (precio al momento de escribir esta reseña), aunque el vino no está incluido.
La carta de vinos es amplia y tradicional, con precios razonables tirando a económicos. Entre la copa de cava y el agua observé que muchos optaban por cerveza o refrescos en lugar de vino. Para gustos, colores.
Conclusiones Como no vivo en Madrid, cuando visito me gusta probar cosas diferentes. No puedo comparar este cocido directamente con otros competidores, pero aquí os dejo una página web que hace reseñas honestas: Ranking Cocina Tradicional.
Independientemente de lo rico que esté el cocido, me entristece ver cómo este plato tradicional se está transformando en una especie de fast food. Los turnos ajustados priorizan acabar rápido sobre disfrutar una comida larga acompañada de buena tertulia. Algunos restaurantes incluso tienen tres turnos… ¡comer como gallinas! A mí personalmente me da mucha pena.
Sobre el cocido de Casa Carola le doy cuatro estrellas (el que hacemos en casa está mejor para mi gusto, por supuesto). Sin embargo, por el precio, la amabilidad del servicio, la calidad de lo servido y lo que incluye, si visitas Madrid y te apetece un cocido, creo que no saldrás decepcionado.
Más cosas en las aficiones de...
Read moreHablar de cocido madrileño es hablar de tradición, y Casa Carola es uno de esos templos donde el ritual de los tres vuelcos se vive con mimo y autenticidad. Situado en el barrio de Salamanca, conserva la esencia de la casa de comidas de siempre, con ambiente castizo y servicio cercano.
Encontramos sitio en barra llamando el mismo día (domingo), algo poco habitual en un restaurante donde lo normal es reservar con antelación.
Antes de empezar con el cocido, te reciben con una copa de cava y una croqueta de cocido por persona. Un detalle que marca la diferencia y que ya anticipa lo que está por venir. La croqueta estaba deliciosa: crujiente por fuera, cremosa por dentro y llena de sabor.
La experiencia del cocido, paso a paso: • Primer vuelco – La sopa 🍲: caldo intenso, servido con fideos finos, sabroso y reconfortante, con el punto justo de grasa. • Segundo vuelco – Garbanzos y verduras 🧄🥬: garbanzos tiernos, repollo rehogado con ajo y comino, patata y zanahoria en su punto. Todo con sabor auténtico, de guiso de casa. • Tercer vuelco – Las carnes 🥩🍗🥓: morcillo, tocino, gallina, chorizo y morcilla, en abundancia y con calidad, redondeando la experiencia.
Todo acompañado con pan generoso y una salsa de tomate con comino que aporta un contrapunto fresco y distinto.
Por no olvidarnos de detalles únicos a destacar: • Te ofrecen un babero de tela, guiño simpático y práctico para disfrutar sin preocuparse. • Lo que sobra del último vuelco puedes pedir que te lo preparen en tupper para llevar a casa, otro detalle que redondea la experiencia.
De postres pedimos: • Tiramisú: cremoso, equilibrado, nada empalagoso. • Tarta artesana de cookies: fresca, ligera, perfecta para cerrar un menú tan contundente. • Tarta de queso: estándar, acompañada con mermelada de fresa.
En conjunto, la experiencia se completa con un servicio atento, que explica cada vuelco, y con raciones generosas que permiten repetir sin problema.
Es un menú a precio cerrado por persona, más que razonable teniendo en cuenta la calidad, la abundancia y los detalles incluidos.
En resumen, Casa Carola no solo sirve un gran cocido, sino que lo convierte en un ritual gastronómico divertido, generoso y memorable. Un clásico imprescindible en Madrid para los amantes de la tradición...
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