La Mafia se sienta a la mesa — Restaurant in Madrid

Fuimos anoche a cenar mi pareja y yo, ya de por sí desde que entramos tanto Santiago como Victoria nos atendieron de maravilla. Soy alérgica a algunos frutos secos y generalmente siempre tengo cuidado y pregunto para evitar brotes, estando allí me empecé a encontrar mal por una salsa pesto que llevaba cáscaras y yo no tuve en cuenta, les pregunté por curiosidad lo que llevaba para asegurarme de la gravedad del brote y enseguida me lo buscaron, me pidieron disculpas al respecto, me preguntaban cómo iba cada vez que pasaban por delante de mi mesa y me trajeron hasta un vaso de agua sin pedirlo para que me sintiera mejor. Me gusta recalcarlo porque voy a muchos restaurantes y cuando les comentas tema alergias suelen ponerte mala cara o reaccionar con rechazo, ellos, Santiago y Victoria, fueron lo más empatico que yo me he encontrado en mucho tiempo. Les felicito por la gran atención que brindan....

Hemos llegado y la atención ha sido muy buena de principio a fin. Tienen muchos detalles con los niños, lo que es de agradecer. Mi pequeña ha estado feliz. La atención de Vicky ha sido inmejorable. En cuanto a la comida hemos pedido pasta rellena de cordero y salsa con setas que estaba espectacular, nos ha encantado. De segundo hemos pedido un tataki de carne madurada, la verdad es que no sania a maduración y la carne estaba algo dura. Sin más. Hemos tomado dos tintos de verano, el precio nos ha parecido desorbitado. Un vaso pequeño 4,60. Está muy bien la idea de medio día, pero contando con que el tinto no entraba y de postre solo tienen helados quedamos un poco decepcionados con la "oferta" podrían tener un par de postres aunque sean más pequeños. El cartel dice postre o café, debería decir helado o café. Volveremos para repetir la pasta y quizá probar...

Una experiencia gastronómica de altísimo nivel, donde no solo brillan los sabores, sino también el trato humano. Este restaurante deslumbra por su cocina exquisita, pero lo que verdaderamente eleva la velada es la calidad del servicio: atento, discreto y profundamente cordial.

Cada miembro del equipo demuestra una profesionalidad impecable, pero quisiera destacar especialmente a una camarera argentina cuya amabilidad, cercanía y elegancia en el trato hicieron que la noche fuera aún más memorable. Su manera de explicar los platos, recomendar maridajes y anticiparse a nuestras necesidades fue sencillamente ejemplar.

En un mundo donde la excelencia suele limitarse a lo técnico, este restaurante recuerda que la hospitalidad auténtica sigue siendo insustituible. Volveré sin duda, no solo por la cocina, sino por el calor humano que...