La Originale Corazón de María — Restaurant in Madrid

fuimos a probar este lugar por el que pasamos de casualidad, la verdad, a pesar de las buenisimas resenas, me quede bastante decepcionado. Supuestamente es una taberna italiana, pero en la realidad no lo es, es simplemente un restaurante con algun producto italiano y pretendiendo hacer pinsa y pasta. La pasta con albondiga, que deberia ser con salsa de tomate (soy italiano) estaba hecha "al seco" y por lo tanto la albondiga estaba dura (mi acompanante dejo el plato), la pinsa con porchetta (embutido riquisimo de cerdo con especias) era simple jamon york (rico pero nada que ver con la porchetta) y ademas estaba toda cubierta con mayonesa (cuando ponia que llevaria queso crema), cosa que hizo la pinsa pesadisima. Y finalmente la mortadella trufada (que tambien suele tener un sabor muy fuerte y peculiar, era simple mortadella). No me importa que hagan una pinsa con mortadella normal o con jamon york, pero no las vendan por porchetta y mortadella trufada. Los embutidos italianos son riquisimos y es muy triste ensenar lo que no son...

Ademas el ambiente, aunque bonito, es un local muy muy pequeno donde hacia bastante calor. Como italiano me da mucha pena ver como supuestamente se venden unos productos y al final se ofrecen otros. A ver que pasaria si un espanol ofrece croquetas de jamon serrano y las da de york...o te ofrece rabo de toro y te da cerdo

Post-respuesta... Siento decir que la porchetta es porchetta, no hay varias formas, yo soy un apasionado de este embutido, y la que estaba en la pinsa era Jamon de toda la vida, lo he destripado y mirado bien. Otra cosa es que les vendan porchetta por jamon... Relacionado al queso, no digo nada porque no soy un experto aunque sabia mucho a mayonesa (mi acompanante lo probo y confirmo tambien), pero repito, no puedo opinar...

Espíritu italiano 🇮🇹100% Recomendado 5⭐️

Desde el primer momento la experiencia fue excelente. Llamé casi a la hora de cierre y el chico que me atendió por teléfono —no sé si era el encargado o el gerente— fue súper amable, educado y atento. Me dijo que, si llegaba a tiempo, me esperaban sin problema. Llegué en tiempo y, desde que entramos, la atención fue impecable: todo con respeto, explicándonos la carta con paciencia y amabilidad.

Un detalle que nos sorprendió gratamente fue que, mientras esperábamos que llegara la pasta, nos sirvieron de cortesía un plato con un poco de embutido y palitos crujientes para picar, totalmente gratis. Ese gesto marcó la diferencia y nos hizo sentir muy bien atendidos.

La comida fue una maravilla. Tanto las pastas como las pizzas en cualquiera de sus variaciones son muy recomendables: sabor auténtico, buena textura y ese toque casero que marca la diferencia. Pedimos una pasta muy parecida a la carbonara que estaba deliciosa y las pizzas tenían una pinta espectacular. De postre, probamos unos rollitos de queso dulce que estaban para chuparse los dedos.

Un detalle extra que me encantó: me quedé sin batería y el cocinero me ofreció poner a cargar mi teléfono, algo que agradecí un montón. Por eso no pude sacar muchas fotos del lugar, pero realmente la experiencia habla por sí sola.

En cuanto a calidad-precio, es excelente: los platos principales no superan casi ninguno los 16 €, con pizzas y pastas entre 12 y 16 €, y postres caseros que varían según el día. Todo esto en un ambiente con un espíritu auténticamente italiano, que se nota tanto en la comida como en la atención.

Recomiendo este restaurante 100% a cualquiera que quiera disfrutar de comida italiana auténtica, a muy buen precio y con un servicio...

Hice una reserva para cenar 20 personas el día 23 de diciembre con más de un mes de antelación, confirmada ese mismo día nuevamente. Cuando llegamos nos habían preparado una mesa en el sótano en un mínimo espacio en el paso a los baños y al almacén. Eran unas mesas altas con 20 taburetes alrededor pegados, en donde apenas podíamos sentarnos, mucho menos comer pues era imposible poner el servicio de cubiertos y comida para los 20. Ante la inviabilidad de tal despropósito improvisaron unas mesas bajas para cinco al lado, pegadas a la pared, con la incomodidad que supuso el continuo paso de clientes y trabajadores al baño y al almacén pues no existía apenas hueco. Decidimos quedarnos pues no teníamos otra opción a las diez de la noche 20 personas pero no puedo más que reseñar la pésima gestión de la reserva que arruinó por completo la única reunión del año que hacemos el grupo familiar que reservamos. Nada recomendable para grupos aunque así lo oferten en su página. Si no pueden encontrar una ubicación apropiada para grupos grandes no deberían ofrecerlo pero hecha la reserva, al menos deberían avisar que no se va a poder acoger en unas condiciones mínimas de confort (menos mal que no llevamos a los abuelos) lo que evidenció una gestión lamentable...