OKONOMI SAN — Restaurant in Madrid

Didn't manage to eat in this place as I left the restaurant after ordering a glass of water. The waitress was so pushing to make me order food as they were closing the kitchen at 22:15 a Thursday in Madrid!!! Never seen this in a city like Madrid! She also ordered to the chef a dish for me that had to be chuck in the bin as I didn't manage to even start to order. What a waste of money for the owner. After the following reply of manager you have it all explained! How can the staff treat you correctly if the boss share their views. If you want to work 9 to 5 get a job in the public sector! Restaurant is one of the hardest work possible with unreliable hours and conditions. This is such a slap in the face of the restaurant community that I fully support and that my 173k followers knows about your reply. Please be certain that I...

Fuimos a cenar a Okonomi San, un lugar que se presenta como la primera Izakaya en España, pero que, en esencia, no deja de ser un sitio de fritanga con precios abusivos. Desde el principio, te ofrecen sentarte en la barra, lo cual no es recomendable debido a que el sistema de extracción de humos deja mucho que desear. Optamos por una mesa, pero incluso ahí nuestra ropa quedó impregnada de olor. En un lugar más económico, podría entenderlo, pero en este, esperaba más atención a esos detalles.

Pedimos kimchi, que fue lo mejor de la noche. También ordenamos dos brochetas: una de salchicha ahumada, cuya carne resultó ser bastante dura, y otra de abanico duroc, que fue aceptable. Para finalizar, probamos el plato estrella de la casa, el okonomiyaki, que en realidad era un kilo de col con salsa por 19 euros.

Hasta ese punto, la experiencia ya apuntaba a ser de esas que no te animan a volver. Sin embargo, lo peor llegó cuando, tras leer una reseña del mismo día, descubrimos que la fecha de consumo preferente de la cerveza Mori que habíamos pedido estaba expirada. Al revisar la nuestra, confirmamos que también tenía la fecha de consumo preferente vencida (según ellos el formato de la fecha era americano, aún así seguía estando vencida). Entiendo que beber una cerveza pasada de fecha no es peligroso, pero sí afecta su calidad. Lo mínimo que esperábamos era que nos informaran antes para decidir si la queríamos. Al reclamar, solo recibimos excusas y ninguna disculpa. El trato fue altivo y soberbio.

Todo se hubiera resuelto con una disculpa sincera y un buen servicio, pero parece que este comportamiento es habitual en los locales de este chef, ya que habíamos vivido una experiencia similar en Don Panko. Decidimos pedir una hoja de reclamaciones, que nos entregaron mal impresa y no completada de antemano por su parte, tal y como indican las instrucciones, la completamos y esperamos a que la encargada hablara con el “chef” para ver cómo procederían.

Al final, nos trajeron la cuenta y, sorprendentemente, querían cobrarnos la cerveza con fecha vencida. El sentido común brilla por su ausencia en este lugar. Al ir a pagar en efectivo, se nos dijo que no aceptaban efectivo a menos que fuera el importe exacto, con la excusa de mantener “buenos precios” (recordemos: 19€ por un kilo de col con salsa).

En resumen, una experiencia lamentable. Pocos lugares he visitado donde me hayan tratado tan mal. Sin duda, no...

Grandes expectativas para un sitio de ambiente frío y comida sobrevalorada. Caro para la calidad y servicio. Están Especializados en sake y okonomiyaki. Para empezar el nombre deriva de la palabra okonomi, que significa ‘como a ti te gusta’. En mi experiencia en Japón y en otros restaurantes japoneses en Londres es como funciona te lo hacen al gusto y delante tuyo en una plancha en la misma mesa. O en barra. En este caso NO TE DEJAN MODIFICAR NADA DE LOS 4 tipos que ofrecen. 4 variedades que van desde 17,95€ en adelante un poco sobre precio para todo el relleno de fideos que lleva en lugar de verdura o pescado en los que he probado anteriormente. Especialmente el opción vegetal que solo lleva algunos cebollinos y brotes de soja y no añaden ninguna verdura más ni tofu y todo lo q lleva es fideo por dentro. Le faltan los detalles de las algas por encima como suelen hacer. Bastante insulso. La camarera parecía un robot porque le pedimos que si se podía quitar la panceta de algún otro y nos dijo que la política de empresa no lo permitía. Para ser un local nuevo y supuestamente pequeño y familiar no los vi muy flexibles ni abiertos al cliente a modificar cosas que pueden ser normales si alguien no puede comer panceta de cerdo por la causa q sea. Incluso si estás embarazada. Incluida en la receta del de mariscos. Y alegó que es como se hace en Japón. Y sabiendo que eso no es así nos ahorramos discutir con ella viendo que era bastante estirada con la respuesta que le hicimos 3 veces de diferentes maneras. Así que solo compartimos una brocheta de vieira, okonomiyaki vegetal con poca consistencia, y una cerveza y agua del grifo que parecía contarla porque le costaba traerla. nos fuimos pagando 33€ por persona y con hambre. No volvería y espero que modifiquen sus formas porque él le da más frialdad a un local nuevo y recién reformado en modo industrial cuando las tabernas de Japón son lo más acogedor del mundo.

Ah se me olvidaba decir que si reservas te cobran 12€ si no vas. Entiendo que cuiden las reservas pero 12€ me parece excesivo y todavía el encargado o dueño no sé bien hablando con la mesa de al lado se extrañaba que la gente no reservara y solo hubiese 4 mesas ocupadas en un local de 12. Un poco de escucha al cliente les...