Estimados señores:
Nos dirigimos a ustedes para expresar nuestra profunda queja e inconformidad tras nuestra reciente visita a su restaurante.
Reservamos mesa con la intención de disfrutar de una comida tranquila en familia. Sin embargo, desde el mismo momento en que tomamos asiento, sentimos una constante presión por parte del servicio para apresurarnos. No tuvimos oportunidad en ningún momento de estar cómodos ni de disfrutar de una conversación relajada alrededor de la mesa, como es habitual y propio de nuestra cultura.
Llegamos puntualmente a las 13:30 horas, y a las 15:00 horas, de manera abrupta, nos trajeron la cuenta, informándonos que debíamos abandonar la mesa para prepararla para los siguientes clientes. En ningún momento, ni al hacer la reserva ni posteriormente, se nos advirtió de que dispondríamos únicamente de una hora y media para nuestra estancia. De haberlo sabido, les aseguramos que jamás habríamos realizado la reserva.
Nos resulta especialmente incomprensible que un restaurante de vocación latino-hispana imponga semejantes limitaciones de tiempo, dado que nuestra cultura gastronómica se caracteriza precisamente por la sobremesa, el disfrute pausado de la comida, y el compartir sin prisas. Resulta casi una contradicción cultural, y más aún tratándose de platos como el arroz, que requieren de su tiempo para ser disfrutados como es debido.
El vino lo tomamos apresuradamente, el café quedó a medias, y la sobremesa, sencillamente, fue inexistente. Lo que debía haber sido una comida especial en familia acabó por convertirse en una experiencia incómoda y frustrante.
Sinceramente, esperábamos otra cosa de un restaurante que presume de categoría y de ofrecer una experiencia de alto nivel. Tras esta experiencia, no sólo hemos decidido no volver, sino que, lamentablemente, tampoco podríamos recomendarles.
Les trasladamos esta queja esperando que sirva para su reflexión, ya que creemos firmemente que un restaurante de verdadero prestigio no puede tratar a sus comensales de esta manera.
Gracias por una experiencia realmente...
Read moreUna gran decepción. Precios abusivos. Hay que reconocer que el arroz estaba bueno pero es lo único positivo que se puede decir del lugar. El servicio fue bastante regular pero eso no habría tenido excesiva importancia si la relación calidad-precio del restaurante hubiera sido razonable. Nada más lejos de la realidad. Decidimos tomar como entrantes unas anchoas. Se cobran por unidad (4 €) y todos esperábamos una pequeña tosta bien presentada. Primera decepción. Las anchoas estaban buenas pero era una simple anchoa, medio lomo de tamaño pequeño, muy pequeño, y un trocito de pan de cristal con tomate (no se le puede llamar tosta). La ensaladilla rusa breve pero razonable pero eso dio paso a las sardinas ahumadas. Seis nos dijo la camarera que traía la ración. Lo que olvidó decir es que eran seis cuartas partes del lomo de sardinas pequeñas. Sardina y media, vaya. De nuevo un precio desorbitado para lo que servían. Que nadie piense que los productos estaban especialmente elaborados o se presentaban de alguna manera especial que justificara el precio. No. Seguimos con el arroz y eso nos levantó el ánimo, no es que fuera una gran cantidad, la paella era más de dos comensales que de tres que es lo que éramos, pero en fin, estaba bueno. Caro, pero bueno. Lo totalmente indignante fue, cuando pedimos la cuenta, el precio del pan: ¡90 cts por una simple rebanada de pan!, no un bollo, un pan especial o una rebanada de hogaza, no. ¡Una rebanada de pan blanco normal de barra pequeña!, una rebanada como la que te pueden poner con una tapa en cualquier taberna. Y no creáis que fue 90 cts por cubierto, fueron 90 cts por cada rebanada (tres personas, ocho rebanadas). Con seguridad no volveremos. Al que tenga ganas de probarlo le recomiendo que pida exclusivamente el arroz y una...
Read moreTe levantan de la mesa a ti y a toda tu familia con el café en la boca.
Estuvimos el domingo comiendo a las 13:30 con mi familia. Mi primo, su esposa e hija recién nacida, mi madre, mi novia y yo. La cuenta fue de 210 euros sin vino.
Pedimos entrantes, un arroz para tres y varios platos para aquellos que no querían, una ensalada y una carne.
Comimos sin demorarnos, a una velocidad normal, a la que ellos nos traían los platos.
A las 15:00 ya nos avisaron de que iba a venir otra mesa y la necesitaban. Todavía con el arroz sobrando detrás. Sin ni siquiera tiempo para pedir un postre, SIN POSTRE, nos dicen a las 15:15 que nos tenemos que levantar, mi novia aún con el café sin terminar...
Yo me enfrenté levemente, pero prefiero calmadamente hacer la reflexión aquí.
Hay restaurantes que requieren "remontar" las mesas para poder sacar beneficio, pero la cuenta no es de más de 40 euros por persona, y menos una arrocería.
Os prometo que fue una experiencia horrorosa e impotente ver a mi novia beberse el café caliente, a mi primo con el carrito...
Fueron todo lo amables que quisieras y la comida no estaba mal, pero habría que repensar quién hace las reservas y establece los tiempos... ¿A los que os piden el arroz con tiempo les dais más rato?
Yo no hice la reserva; argumentan que te avisan de que tienes 1:30 h. ¿Consideráis eso excusa? En una arrocería donde el cliente ha comido, sin vino, al ritmo que le traíais los platos, por 50-60 euros por cabeza, y no ha pedido postre, que ni le da tiempo de tomarse el café. No es una excusa, es mala planificación y estrategia con el servicio al cliente. Servir hamburguesas y patatas, ya veréis que en 50 min los tenéis a todos fuera.
SERVICIO RENTABILIDAD. Una cosa inequívocamente lleva a la otra...
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