Restaurante Mercado de Ibiza

Esta es mi experiencia. Fuimos a comer a deshora, lunes a las 17:30 de la tarde y elegimos el sitio por tener la cocina non stop. Llamamos para reservar, el local vacío y nos dieron una mesa alta junto a la cocina. Creo que es el la mesa menos agradaxiada por decirlo de algún modo y nos hubiera encantado que vista la ocupación del local nos permitieran elegir, máxime cuando hay mesas bajas: padezco de la espalda y agradezco comer en una mesa baja si es posible. Pedimos: croquetas de chipirones, tartar de atún -que no había y lo cambiamos por steak tartar y fideua. Expresamos que uno de los comensales es alérgico al ajo crudo y que no incluyeran este producto en ninguna de sus variables de antemano. Solicitamos que la comida sería al centro para compartir y establecimos con el camarero que nos comando un orden concreto que le pareció excelente: primero las croquetas, luego el steak y por último la fideua. Llegan las croquetas: con alioli por encima. Las mandamos retirar, sin problema lo hacen pero nos comemos en la mesa al lado de la cocina vista, la discusión entre camarero y cocinero. No nos gusta ver discusiones por leves que sean en un restaurante porque no vamos a esto. Rato después nos traen la fideua, el orden es incorrecto pero además también lleva alioli por encima. Al estar junto a la cocina vemos como el cocinero, retira el alioli con una comucharilla: hombre no! Una persona tiene alergia no queremos acabar ni por asomo visitando urgencias. De nuevo discusión leve entre el personal pero discusión. Solicitamos que repitan el plato y si tienen la amabilidad de hacer caso al orden propuesto y acordado. Llega el steak tartar, frío de nevera con las patatas fritas por encima del steak. El resultado es que donde no hay patatas el steak está congelado y donde hay patatas está caliente al límite de comenzar a cocinarse. Las croquetas también adolecían de temperatura correcta y el centro estaba frío. Bueno, seguimos con una segunda copa de vino, a 3,80 la copa. La primera escasa que tuvimos que pedir -y detesto hacerlo- que fuera más cumplida… pero claro quedaba poco y no vaya a ser que hubiera que abrir otra. La segunda copa de vino correcta en cantidad. Llega la fideua en las fotos se ve el derroche de aceite. Nos la comemos porque ya había hambre y poca gana de discutir. 2 horas después sigo digiriendo la fritanga. Las croquetas de chipirón estaban buenas? Si, pero frías. El steak tartar estaba rico? Si, pero caliente -frío con lo que en ambos casos la experiencia no fue grata. La fideua, pues esta cantidad de aceite no es de mi agrado y apuesto a decir que no es saludable a no ser que se busque la lubricación del tránsito intestinal. El servicio tuvo la gentileza de invitarnos a las croquetas y ofrecernos un postre de regalo que rechazamos. Agradecemos el detalle. Sobre el servicio pues nos sirvieron desde un lado de la mesa y vimos estupefactos como 2 camareros diferentes paseaban su manga por el centro de nuestra mesa: no es de recibo y objetivamente no es profesional. El local estaba vacío, pero mientras recogían la cocina cuyo Office a la vista estaba cuajado de cacerolas sucias hizo tanto ruido con el cacharreo como los Acdc en un concierto. Con la invitación de las croquetas a 26 por barba, pues hombre no es caro pero me lo podía ahorrar.