El servicio fue pésimo, en primer lugar entramos y tardaron 5 minutos en atendernos estando de pie en frente de nosotros hablando. En segundo lugar, fuimos solo por un entrante para picar, entramos y cuando nos atendieron nos dijeron “mesa para dos?”, a lo que respondimos que sí, nos sentaron y llegó la camarera, y nos preguntó qué íbamos a pedir, a lo que le contestamos que sería un entrante, seguido nos regaña diciendo que si solo era un entrante y bebidas nos tendríamos que haber sentado en la barra, a lo que le dijimos que no se nos había informado de eso y que lo sentíamos que nos retirábamos si hacía falta, nos respondió “hombre, es que eso es algo que se sabe”, capaz tiene razón, pero no era una respuesta agradable y menos con la acentuación que usaba, además de decirnos de mala manera “ya os habéis sentado aunque os levantaseis ahora me tocaría limpiar la mesa así que ya quedaros aquí”. Comimos lo más rápido que pudimos para salir, en total 10 minutos entrando ahí para no seguir pasando ese ambiente. Por ultimo, la comida (pedimos pulpo) no tenía nada de sabor, parecía que lo habían puesto en el plato ya hecho antes (tardaron menos de 5 minutos en traer el plato), se sentía como agua caliente y nada más. No volvería a un lugar así solo por el trato y el mal ambiente que nos hicieron pasar, el restaurante en sí es bonito y está muy bien iluminado, pero desafortunadamente el servicio no fue lo mejor.