Chiringuito Mansión Alhamar — Restaurant in Mijas

Espectacular la comida. Servicio y atención al cliente de 11 sobre 10. Carlos, Edu y su cocinera atentos en todo momento. Hemos estado un miércoles de septiembre para comer a mediodía. Bacalao frito, boquerones al limón, croquetas de puerro-zanahoria y dátiles, calamar plancha y tomate con ajo. Raciones generosas con una fritura en su punto y en su justo momento, ya que la cocinera estaba atenta a medida que se iban acabando los platos para marchar los siguientes.

Para rematar los postres: tarta de la abuela, gofre y brownie con helado de vainilla. De 10 también.

Y para rematar y detalle de la casa con un Gin-tonic y un descuento generoso en la cuenta.

Y lo mejor de todo y que no está pagado: justo al lado, perteneciente a la urbanización hay zonas ajardinadas con césped y sombra en la que pudimos poner al guerrero a descansar después de comer mientras nosotros disfrutábamos tranquilamente de una sobremesa con vistas al mar y de charla con Carlos y Edu.

Ya tenemos parada obligatoria cada vez que nos escapemos a la zona ya que está justo en la "ruta del colesterol" / paseo marítimo de La Caña de Mijas.

Muchas...

LAMENTABLE!! Creo que es la primera vez que hago una crítica a un bar o restaurante. Pero esto ha sido inevitable. Un día fuimos a comer con la familia, el trato fue regular para la gente que había, la comida normal. Las cervezas calientes. Otro día con la intención de ir a tomar una cerveza y un espeto antes de comer, nos encontramos con las puertas cerradas, eran las 13:50, mesas vacías y sitio en barra. Al intentar abrir la puerta, un camarero se nos acercó para decirnos que "estaban completos". Política del local, absurda pero su política. Al día siguiente a las 22:30 fuimos a cenar, las puertas abiertas, pedimos mesa para cenar, nos dice el mismo camarero que si y nos indica dónde sentarnos, a los 5 minutos viene y nos dice que la cocina ya está cerrada. Lo dicho,...

Son muchas las opciones que existen en la zona y, sin embargo, es difícil que deje de ser la primera para nosotros por varios motivos. El primero es el trato. Carlos es un máquina trabajando y tratando al cliente. «De Jerez capital, no de la provincia», que es como él se define, mantiene el buen humor a lo largo del día. Sonia, su mujer, de Linares, es una mujer atenta y de trato amable. La combinación de ambos, apuesta ganadora segura. La cocina —al punto—, y el producto —de calidad—, aseguran una experiencia gastronómica satisfactoria no sólo en cuestión de calidad, también en cuanto a raciones «bien servidas» se refiere. Sobre el precio, aquí, es el postre que mejor sabe y que dejo para que quien tenga a bien acudir a esta casa se sorprenda....