He ido bastantes veces al restaurante, desde antes de la pandemia, con amigos, familiares, con mi pareja y también he organizado cenas de empresa (y tenía planeada hacer otra este diciembre), siempre recomendado por mí de forma personal, tanto a la gente con la que he ido como a otra a la que he sugerido la visita al restaurante.
Los menús siempre me han gustado —los tres que ofrecen, que han ido variando algunos platos con el tiempo— y el servicio siempre ha sido y servicial. La intención del restaurante es estar un poco por encima de un restaurante convencional en esos aspectos, elevándolos un poco más.
Aquí es donde llega mi decepción. Siempre que he ido he reservado con antelación, ya que si no es complicado tener mesa. En otras ocasiones, o en fechas más señaladas como Navidad, no me han podido dar la reserva, cosa que he entendido perfectamente. Por eso, en esta última ocasión decidí reservar en el restaurante con un mes de antelación para celebrar una fecha importante, contando con cenar en Mirall de Tres con la confianza con la que siempre he acudido al restaurante para disfrutar de una ocasión especial para mí.
La sorpresa fue que, al llegar al restaurante, nos atienden, nos preguntan si teníamos reserva y cuando les decimos el nombre nos dicen que fue anulada, según explicaron, porque nos llamaron para confirmarla y no contestamos. Nos enseñaron en su tablet mi nombre y, al lado, un teléfono que no era el mío. Les comento que ese número no es el mío; además, les enseño que la reserva la hice por texto en WhatsApp (donde pueden, además, ver mi número si lo necesitan o simplemente enviarme un mensaje) y ellos mismos me contestaron confirmando la reserva, incluso una segunda vez confirmando la hora.
Puedo entender un error humano, aunque sinceramente me pareció más una negligencia (o quizás querer dar la mesa a una cena con más comensales, nunca lo sabremos). Lo que más me sorprendió fue la falta de una solución por parte del maître del restaurante, que siguió en las mismas, como si la culpa fuera nuestra o ajena a ellos, un motivo de fuerza mayor del cual no nos podían ofrecer solución alguna.
En cualquier restaurante al que vayas, del rango de precio que sea, si se da una situación parecida, lo normal es que te acomoden una mesa la mayoría de las veces y, si no se puede, se ofrezca al cliente un aperitivo y se le pida si puede esperar un rato hasta que una mesa quede libre. Una pequeña solución, qué menos, cuando le das una reserva a un cliente y, por un error tuyo, no se la puedes brindar.
Pues en Mirall de Tres, restaurante que yo tenía en mi percepción como más refinado y de mejor trato, no es así. Prácticamente te abren la puerta para que salgas y no les hagas perder el tiempo, arruinándote completamente esa cena que tenías reservada y planeada para tu ocasión especial...
Read moreAntes de hacer la reseña señalar que en este sitio es casi necesario reservar antes de venir. Si queréis venir de manera espontánea mejor que llaméis previamente. Dicho esto, he de decir que íbamos un grupo de 8 personas. El resultado de satisfacción fue dispar. Elegimos la mayoría el menú degustación de 37€. Hubieron dos platillos que destacan para mí gusto: 1. carme Angus, muy bueno. 2 Arroz meloso, muy conseguido y excelente de sabor. El resto de creaciones del chef tampoco creo que sea para echar cohetes aunque sí que se detecta un intento en innovar pero con desigual resultado. Me pareció algo caro los 37€ por lo ofrecido, aunque claro, hay que añadirle el servicio, la cantidad de cubiertos, la explicación de cada plato, la atención individualizada, etc. Los postres tampoco para echar cohetes. Los camareros amables y atentos. Hubieron también otros puntos algo negativos como que te ofrecen chupitos al finalizar la comida y los cafés. Piensas que son gentileza de la casa y resulta que te los cobran cada uno entre 3,5 y 4 €. No te avisan que te los van a cobrar y me parece un gesto que debería de ser más transparente y claro para el cliente. Otro aspecto que deben corregir es que cuando ya han comido todas las mesas y quedan pocas, todo y que ya sea hora de ir recogiendo, te ponen una canción fuerte para decir, ¡hasta aquí hemos llegado!. Aunque la canción es agradable, ¿No sería más correcto decirle a los comensales que tienen que ir recogiendo y cerrar el local o prepararlo para el siguiente servicio? Con amabilidad y buenas palabras creo que sería más apropiado que poner la música fuerte sin más. Y un apunte más. Recordarles que si un cliente les pide agua del grifo se le debe ofrecer sin coste añadido. Que está muy bien que dentro del menú te incluyan el agua o que en vez de darte agua del grifo te digan que te dan agua embotellada, pero no deben negar la posibilidad de que te ofrezcan agua del grifo. No lo digo solamente por este Restaurante sino por cualquiera de España. Es...
Read moreUtterly superb culinary experience. We had the weekly-changing tasting menu, arrived with high expectations due to numerous recommendations we'd received and I can honestly say that our expectations were exceeded. Dishes had an impressive balance of flavour, baby squid was cooked to perfection and creamy sauce with hints of orange that came with prawns was delightful. Waiters were friendly and very professional. Chapeau to passionate chef Manuel Hidalgo! We'll be...
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