We had a family lunch at Restaurante Víctor Gutiérrez during the Easter holidays upon recommendation of a friend. We all took the 13 courses menu and we absolutely loved it.
Everything was delicious, very flavourful and prepared with great precision and balance. The courses were presented in a very artful manner. We liked we could taste the Chef Peruvian roots in the plates. We've got well recommended on the wine that was pairing great with the dishes.
The staff have been very professional, while nice and friendly considering we came with a 1y old baby and they've been very understanding and patient. Special mention to them 👌
It was a great experience overall and we definitely...
Read morePara poner la opinión en contexto, estamos en un restaurante Estrella Michelin y optamos por el menú degustación de 160 euros. Dicho esto, debo decir que nuestra experiencia fue muy negativa. No creo que sea un restaurante, ni mucho menos, de Estrella Michelin, y hubo fallos realmente impropios de un establecimiento de esta categoría. Es cierto que había leído muy buenas opiniones, pero en nuestro caso fue un auténtico desastre.
El menú en sí fue regular, con algunos fallos importantes. Lo más destacable fueron los entrantes iniciales, que estaban a buen nivel. Sin embargo, a partir de ahí, el menú fue claramente de más a menos. Considerando el precio —160 euros por persona—, se espera una propuesta mucho más cuidada y redonda. Hubo dos errores sumamente graves relacionados con el pescado: en dos platos distintos mi acompañante encontró espinas. En uno de ellos era una espina pequeña, pero en el otro había dos espinas, una de ellas de gran tamaño. Este tipo de errores no pueden permitirse en un restaurante de esta categoría.
El servicio en sala también fue muy mejorable. Para empezar, la mesa estaba mal distribuida, de manera que al sentarse era fácil dar con los pies en una pata central, lo que resulta incómodo y poco pensado. Por otro lado, el servicio del vino fue de lo peor que he visto en un restaurante Michelin. En particular, una de las botellas —vino tinto— se sirvió caliente. Al comentarlo al personal, me dijeron que estaba a 12 grados en la cámara. Les respondí que era imposible, y más tarde me explicaron que la botella había llegado al restaurante a las 20:00 y se sirvió hacia las 22:00, sin comprobar su temperatura. Una actuación muy poco profesional, más aún en un restaurante de esta categoría. Es cierto que tuvieron el detalle de no cobrar el vino, aunque rehusé el gesto e insistí en incluir el importe en la factura, por una cuestión de principios.
Desde mi punto de vista, es un restaurante muy mejorable y que no recomendaría en absoluto. Y lo siento mucho, pero así fue mi...
Read moreEn la víspera de la Nochebuena, con la niebla difuminando el perfil de Salamanca, entramos en un lugar donde da un giro la perspectiva; ya en la entrada hay una bicicleta colgada del revés, y ese camino de madera que tantas veces nos libra de la ardiente arena de la playa, recorre el techo hasta llegar a la cocina. Un entramado de retorcido metal corta en vertical un espacio cálido, de colores neutros, donde se alternan cuadros de gran formato. Una familia con niños educados, una pareja que celebra un cumpleaños y tres amigos que festejan eso: su amistad. Y comienza un viaje del valle a la cumbre, de Soria al Perú. Entre caza, caldos, vapor, pétalos de flores, nidos, mar, quesos y ceniza, frutos rojos, helado, azúcar, fruta y licor. Sabores, texturas, aromas, colores. Un sendero gastronómico por el que el avezado servicio nos guía para que la experiencia sea más cuidada e intensa. Del gueridón a la mesa, frente al útero/ bodega con su permanente olor a madera. Y termina la cena y el chef, amigo de dos comensales, se sienta a la mesa a compartir un cava. Percibes el cansancio de la jornada, el amor por los detalles, la modestia del maestro, la satisfacción del trabajo bien cumplido. Y te vas pensando que has degustado Arte, como cuando sales de un teatro, de un concierto, de un ballet, de un museo. Con los ojos llenos de belleza y una serena sensación en el paladar regresamos a casa en medio de la misma bruma que nos vio llegar. Pero nosotros somos ya un poquito diferentes, porque una experiencia artística siempre transforma. Nos vamos con dos lecciones aprendidas: que los fragmentos pueden construir un cuadro, y que hay estrellas que brillan más...
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