Braseria La Bolera — Restaurant in Sant Cugat del Vallès

This is THE place for exquisite, unpretentious and authentic Catalan food. Everything prepared in-house, large portions and very reasonable prices. If you happen to be around during calçot season (November to March, or slightly later some years) it is well worth ordering a plate of these to share. Without getting invited to an outdoor calçotada, this is the nearest thing to the sublime flavor of grilled giant onions that is easily accessible to the curious traveler. It is something of an obsession in Catalonia. Flame-roasted giant green onions with romesco sauce is heaven on a plate. The pa amb tomat is obligatory, the butifara with ganxets de rigur, and anything which is typical of authentic Catalan cuisine is well represented. The celerity of service is beyond belief, with waiters and waitresses swiftly delivering dishes at exactly the right moment, everything is so well coordinated by radio and dispatch, and bolsters the tradition of Catalan efficiency, something which is often lacking in the rest of Spain. Easily the best service I have ever experienced. I frequently eat at Michelin starred restaurants, and more than once I have gone to a pub afterwards to actually get some food. This place is the real deal, and one of the best places to eat in all of Catalonia in terms of authenticity and lack of pretensions. Highly...

El pasado sábado día 31 de Mayo, fuimos a comer a La Bolera, hasta la fecha no habíamos tenido ningún problema pero esta vez fue un desastre. Teníamos hora a las 13:15, la mesa asignada la número 25 para 14 comensales, a las 13:05 llegamos 6 comensales y a las 13:13 estábamos los 14 sentados en la mesa. Nos tomaron nota de los primeros platos y a continuación de los segundos, a pesar de indicarlo, no nos tomaron nota de las bebidas, después de avisar un par de veces al camarero, tomaron nota de las bebidas para los niños, los mayores a continuación. Empezaron a llegar los primeros platos y la bebida para los mayores no estaba solicitada, volvimos a avisar al camarero y por fin nos tomó nota, eso sí las bebidas llegaron a la mesa en cuenta gotas, ahora una cerveza, después dos más, etc. Con referencia a los primeros platos, comentar que las alcachofas estaban crudas por dentro y quemadas por fuera, las girgolas prácticamente crudas y sin ningún aliño, algo fuera de lo normal, las berenjenas lo mismo crudas por dentro y quemadas por fuera. El resto de los primeros platos que solicitamos nada que decir, bien como siempre, pero dos platos no llegaron, los caracoles y los riñones a la brasa, después de reclamarlos un par de veces, llegaron con el servicio de los segundos platos. Empezaron a servir los segundos platos, con mucha prisa, la guarnición de dos platos los tiraron por encima de la mesa. Más de una hora después de haber pedido cuixa de anec amb esparrecs verds nos informan de que no queda que lo han servido a otras mesas que lo habían solicitado antes, que solicitara otro plato, dio media vuelta y se fue, tuvimos que llamar al camarero dos veces para que trajera una carta y solicitar otro plato. Tuvimos suerte porque en menos de 5 minutos ya tenía en la mesa el plato solicitado. Con referencia a otro segundo solicitado la cosa no fue mejor, le indicamos a los dos camareros que estaban cerca de nuestra mesa de que todos habían terminado de comer y que faltaba un plato, braons de xai, que no lo habían servido, después de esperar un buen rato lo trajeron prácticamente crudo, se supone lo que había pasado, un olvido de la cocina o servido en otra mesa. La cosa no termina aquí, solicitamos de postre un valencia, es decir zumo de naranja con helado de vainilla, lo sirvieron con chocolate, se lo dijimos al camarero y nos dijo que estaba bien , que es con chocolate, sin más. Nos sirvió los cafés y en el mismo momento nos entregó la nota y nos invitó a irnos porque habíamos llegado tarde, nos habíamos demorado mucho en la comida y había el segundo turno esperando, no le contestamos para no montar un espectáculo, pero teníamos motivo para ello. Espero que la dirección tome nota y no vuelva a realizar un servicio como...

Decoración sencilla, tipo bodega. A la entrada, eso sí, hay fotos de famosos que han pasado por allí —algo que no me esperaba— y que ya deja claro que es un lugar con cierta fama y que merece la pena.

Pensaba que era una franquicia, por la cantidad de mesas y el volumen de clientes, pero no lo tengo claro del todo. Lo que sí es evidente es que el servicio está muy bien coordinado. Se nota que hay una buena logística detrás.

Cuando llegamos, había apenas cuatro mesas ocupadas; al salir, estaba completamente lleno. Ni un hueco libre. Y teniendo en cuenta la cantidad de reseñas y su ubicación, me extraña que no tenga una puntuación más alta. Pero claro, con tanto cliente, es normal. Aun así, la experiencia general fue sobresaliente.

En cuanto a la comida, me sorprendió muy positivamente. Por el modelo de negocio y los precios, esperaba encontrar productos procesados o congelados. Pero no. El pan parecía de panadería tradicional: tostado, crujiente, y acompañado de tomate, ajo y aceite de oliva para que te hagas tu pan tumaca. Como alguien que desayuna eso casi a diario, me pareció un puntazo. Todo de calidad.

El plato de verduras asadas fue espectacular: espárragos, berenjena, calabacín, endivias, setas... todo perfectamente cocinado, con sabor a brasa, y equilibrado en textura y temperatura. El solomillo nos dejó boquiabiertos: tierno, sabroso y de los mejores que hemos probado últimamente. Las setas con salsa verde, deliciosas. El alioli, claramente casero, hecho como debe ser, con ajo y aceite, sin mayonesas ni nada por el estilo.

La rapidez fue otro punto fuerte: el pan llegó al minuto de pedir, y las bebidas y las setas a los dos minutos. Todo salía rápido pero bien hecho, en su punto justo, caliente pero no abrasando, sin nada frío o recalentado. Pedimos bastante porque pensamos que serían raciones pequeñas y acabamos teniendo que llevarnos parte a casa.

El personal fue encantador: cercanos, amables, atentos, sin agobiar. Un trato excelente.

En cuanto a los postres, no supimos si eran caseros o no. Pedimos un helado y un flan. Vimos algunas marcas conocidas, pero por el sabor y la presentación podrían ser caseros perfectamente. Aun así, nada que objetar.

Ahora bien, no estamos hablando de un restaurante Michelin ni de ingredientes de altísima gama. Pero es que tampoco lo pretende. Y por el precio que pagas, la atención, la rapidez, el sabor, y lo bien que tienen medidos los tiempos, de verdad que me parece absolutamente increíble.

Reservar online, es fácil y rápido, y te ahorras complicaciones. Sin duda es un sitio al que volvería sin pensarlo.

Por todo ello: 5 estrellas, sin duda....