Sentimientos encontrados... Hacía tiempo que quería venir a probar este restaurante y por fin, una noche de julio con unos amigos que reservaron por sorpresa y sin antelación, conseguimos ir. Éramos siete. Pedimos unos entrantes para compartir y luego un principal cada uno, botella de tinto Mencia gallego muy bueno y para terminar una torrija y cafés. Pero vayamos por partes... He de reconocer que no miré la carta de platos, fui directamente a los pescados, elegí el que quería y luego a la de vinos. Ni vi qué había de entrantes ni nada. Nos pusieron un aperitivo que era una crema de atún para untar con chips de yuka. Las espectativas crecían. Y luego llegó el primer entrante: las croquetas. Me comentaba un amigo de los que estábamos en la mesa que es la receta de la abuela de chef... Hechas con huevo y jamón (a mí el jamón me supo a bacon, pero repito que no miré lo que ponía en la carta y nadie me lo corroboró), super cremosas. Super difíciles de bolear y freír. Deliciosas por dentro, demasiado rebozado por fuera y fritas en un aceite muy caliente. Aceptable. Siguiente entrante: tartare de langostinos (y foie). Plano. Pongo el foie entre paréntesis porque o no tenía o lo habían escondido muy bien porque no sabía absolutamente nada a foie. Y no lo digo porque igual no me tocó un trozo, de los tres que comí, sino porque ninguno de los siete de la mesa sacamos su característico sabor. Magia potagia. Los langostinos... Sabían a langostino, correcto. Thumbs up. Último entrante: mollejas con guindilla y mostaza? No sé el nombre del plato, lo siento. Buenísimas. El punto correcto, el de picante también, la mostaza le iba genial. Top. Principales. Yo pedí el arroz meloso con almejas. Muy sabroso, en su punto de sal, las almejas muy ricas y el Ali oli verde le daba un sabor más intenso. Pero (oh nooooo que viene en pero!!!) de meloso tenía poco, parecía una ración de paella, de la falta de "melosidad" y una de las almejas tenía la concha rota, así que cada bocado fue una ruleta "crunchy" rusa. No me voy a quejar por algo así, ni nadie debería. Son cosas que pasan hasta en las mejores familias; y esto no es una queja, ni una opinión, es un hecho. El resto pidieron carne: la presa perfecta en el punto aunque en vez de soja le habría puesto una reducción de PX para redondearlo con un toque dulce; la hamburguesa es la que te gustaría que te pusiesen en el Macdonald's, como la de la foto pero de verdad, un 10, jugosa, con su pepinillo, queso, pan bueno, muy rica; la ternera no la probé pero tenía muy buena pinta y los maganos, por último, muy tiernos y sabrosos. De postre la torrija muy rica. La compartimos entre tres y nos gustó a todos. En total con dos botellas de vino, más los cafés salimos a unos 35€/pax. Ni tan mal. Sí merece la pena ir a Umma. Un mal día lo tiene cualquiera. Muchas espectativas, falta...
Read moreMesa reservada desde hacia un mes, llegamos al local, muy bonito, muy bien decorado y fresquito. No era un día excesivamente caluroso en Santander, 24º. La camarera nos indica que la sigamos a la mesa, sube por unas escaleras a un altillo donde hay 4 o 5 mesas. Al subir la escalera ya notamos un cambio de temperatura, en el altillo hace un calor insoportable, a pesar de haber un aparato de aire acondicionado y dos ventiladores, que poca cosa hacen. Nos acomoda en la mesa, aparte del calor, apenas hay luz, cuesta hasta leer la carta. Mi pareja y yo bajamos las escaleras y hablamos con ella, le pedimos que nos cambia a otra mesa que hay en la planta baja (donde la temperatura es correcta), de las mismas características de la nuestra, para cuatro comensales. Nos dice que no es posible porque esta reservada, como si nosotros no hubiéramos hecho reserva, y con un mes de antelación!!! Nada, lo único que conseguimos es que nos cambie de mesa en el altillo a otra al lado del ventilador (que funcionaba fatal). Bueno, hablar de la comida me parece innecesario, por muy buena que sea, si no estas cómodo no la disfrutas. Pero voy a comentar un poco. De los entrantes, el pincho de anchoa, saladísimo. La ostra con salsa de yogur y lima, te da igual que te pongan una ostra o un boquerón, solo sabe a lima. De primero, la coliflor, esta bien hecha y con un sabor original, pero tampoco es un plato para volverte loco. De segundo, la picaña, buenísima, hecha al punto. Acompañada de medio cogollo con salsa de mostaza y pipas de girasol. Este si que es un plato a resaltar. Los postres, para olvidar, probé el melocotón asado sobre hojaldre (manda huevos que en Santander te puedan servir una cosa así y que le llamen hojaldre). Y el helado de queso tampoco vale la pena pedirlo. El servicio, que decir de el. En los entrantes, de los 8 pinchos, nos sirven 7, la ostra se les olvida. En los segundos, sirven tres platos y el cuarto comensal tiene que esperar algo mas de 5 minutos a que le sirvan el suyo. El precio, bueno nos salió a 57,50€ por comensal, no me parecería caro si hubiera estado a gusto. Pero no repetiría aunque me invitaran. En fin, si vais, que sea en invierno o aseguraros de que os dan mesa en la parte de abajo. Yo no repetiré, no creo que se merezca una segunda oportunidad. Mucha apariencia y mucha decoración modernilla pero les queda mucho para ser un buen restaurante. Ah, y eso si, al propietario: por favor gástate algo de dinero y pon un aire acondicionado en condiciones, o cierra el altillo. No puedes dar de comer en estas...
Read moreUmma: cocina con intención, pero aún en búsqueda de su equilibrio.
Hay restaurantes que no solo quieren dar de comer, sino contar algo con cada plato. Umma apuesta por esa narrativa culinaria que busca reinterpretar el producto local con una mirada asiática. Su carta es breve, cuidada y orientada a lo sensorial. Sin embargo, en algunos momentos, la ejecución no acompaña del todo a la ambición.
Comencé con un entrante de la casa: una sencilla crema de calabacín servida en taza esmaltada, acompañada de pan caliente. La crema, suave y bien emulsionada, cumplía como apertura sin imponerse. El pan, aunque caliente, resultó gomoso y delataba su origen congelado.
El segundo plato fue un tartar de vaca tudanca sobre torto de maíz y mostaza. La carne, cortada a cuchillo, era de gran calidad, con un aliño equilibrado y un picor muy bien medido. Sin embargo, el torto de maíz, demasiado blando y poco hecho, le restaba textura y presencia al conjunto. Una pena, porque el tartar en sí habría sido espectacular.
A continuación, la anchoa con pan de algas, mantequilla pasiega y pesto. El pesto no terminaba de integrarse con la intensidad salina de la anchoa, y ambos sabores acababan compitiendo entre sí. El resultado? Un bocado excesivamente salado y algo caótico.
Como principal, una carrillera de vaca tudanca a baja temperatura con coliflor trufada y pak choi. El producto, de calidad, sin duda. Sin embargo, el primer medallón estaba jugoso y en su punto; el segundo, sorprendentemente seco. La reducción de vino, intensa y dominante, eclipsaba la crema de cacahuete que acompañaba el plato, sin llegar a integrarse ni encajar.
En resumen:
El servicio es excelente. El personal, amable y siempre atento, es sin duda uno de los puntos fuertes del restaurante.
Desde el punto de vista del comensal, la relación calidad-precio resulta elevada. Umma es una propuesta interesante si se busca una cocina diferente en Santander, con buenos productos y un enfoque moderno. Sin embargo, algunas combinaciones no terminan de integrarse y ciertos aspectos técnicos, como el punto de cocción o el equilibrio de sabores, no están siempre a la altura. Aun así, es un sitio que merece una visita si buscas algo distinto, con ambiente agradable y platos que, aunque irregulares, tienen intención y...
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