Experiencia nefasta, no se por donde empezar, fui para una celebración familiar y no volveré a repetir en la vida. El camarero que nos atendió era muy educado pero el pobre no se enteraba de nada, perdido, nervioso, despistado, olvidadizo, supongo que era su 1er día, porque no era normal, para tomar nota se hizo un auténtico lío con la máquina digital, le tuvieron que venir a ayudar. Es más, nos entregó una sola carta del menú para que la pudiesemos leer, y estabamos muchas personas, ya nos ves haciendo fotos con el movil de la carta para así poder leer cada uno el menú. Para los postres y cafés, visto los continuos despistes del camarero, tuvimos que apuntarlo nosotros mismos en un papel y dárselo todo preparado para que así no tuviese dudas, fue de chiste. El que parecía un camarero joven responsable de sala tenía un carácter altivo, seco y prepotente, sin pedir disculpas en ningún momento, le aconsejaría un curso de empatía y trato hacia al cliente, y que sonría más que no hacen pagar por ello, y después estaba el encargado del local, y de más edad, sirviendo por las mesas haciéndose el gracioso y bufón con los comensales, haciendo malabarismos con las botellas vacías, era muy ridículo la verdad, alguien se lo tiene que decir, esto es un restaurante y no un show de circo. Después habían camareros que se equivocaban y nos traían bebidas que eran de otras mesas, después nos indica otro camarero que el vino blanco del menú que habíamos pedido se les ha acabado (incompresible), y en otras mesas de al lado se les indicaba que se les había acabado un plato y que sintiéndolo mucho tenían que escoger otra cosa..., y ya para mayor despropósito en un momento dado, al servir el plato de mejillones al vapor, al camarero se le vuelca levemente el plato, cayendo una gran cantidad de líquido a un familiar, vamos un desastre. Local muy bonito pero con luz muy tenue donde hay comensales que según la zona casi comen a oscuras. Menú de 14,95 de calidad y cantidad pobre, arroz sin sabor, mejillones resecos, etc., no entran cafés, y muchos platos con precio extra de suplemento, todo muy caro para lo que es. Al final se les pide la cuenta, pasan 15 minutos y allí nadie respira y no traen nada, un comensal se levanta y lo vuelve a reclamar ya que al parecer se les había olvidado, vamos una detrás de otra. Ya para remate final en la cuenta nos intentan cobrar una bebida de más, se les indica de buenas maneras que eso no es así, pero nada, que el supuesto responsable de sala no bajaba del burro, que según ellos estaba correcto, al final a regañadientes me lo restan de la cuenta, y evidentemente sin pedir disculpas y con cara de vinagre. Restaurante que no volveré en la vida, y que no voy a recomendar, parece muy bonito en decoración pero no se dejen engañar eso es lo único bueno que tiene, no entiendo tanta buena puntuación y reseñas, una experiencia desastrosa y penosa, nos fastidió completamente la celebración familiar, acabamos asqueados...
Read moreWe visited this restaurant for lunch after a long walk through Tarragona. My aunt and I both ordered the daily menu, which included chicken breast. She requested hers poco hecho (rare), but it arrived fully cooked. After sending it back and clearly restating her preference, the second plate came out even more cooked than the first. She sent it back again and, having lost her appetite, asked for the bill.
Unfortunately, the maître d’ handled the situation poorly. Despite her not having eaten any of the dish—only cutting into it to check—he insisted she pay for the full meal. He later provided complaint forms, which she filled out. However, he added his own version of events, inaccurately claiming she had eaten most of the dish and that multiple solutions had been offered.
On a positive note, my own meal (arroz a la cubana and chicken breast) was enjoyable, and our waitress was kind and attentive. The issue lay entirely with the maître d’s dismissive and...
Read moreVamos al grano: Id al Tagliatella que hay al lado.
La comida en Casa Carmen desde luego pinta mejor en la carta que no en la mesa. Unos huevos revueltos con jamón que pedían clemencia, unas gambitas de cristal que no sabían nada, unos pimientos del padrón sin padrón y sin sal, la ensalada de queso de cabra con mezclum de bolsa de 2€ y te lo venden a precio de oro, las tiras de pollo.. suerte de la salsa que las acompaña pero las alcachofas rebozadas estaban buenas. Algo es algo.
En un intento de querer salvar la situación pedimos postres.. pero fue un deseo utópico como parar las balas. El coulan era una magdalena, el pastel de queso… en fin. Y lo de las texturas de chocolate.. cemento armado. Mi suegra mientras pueda comer chocolate es feliz y le da igual ir después al dentista pero el coulan lo reclamamos y nos vino una camarera a informarnos de que el horno no funciona y que pidiéramos otra cosa así que pedimos el pastel de manzana que era más parecido a un granizado ya que nos lo dieron completamente congelado. Entiendo que por culpa del horno. Una pena.
Por lo demás… un sitio muy bonito, unas 50 mesas vacías y el pan lo dan gratis (en nuestro caso). Quiero recalcar que el servicio estuvo bien. El chico que nos atendió todo el rato era muy amable y agradable.
Es verdad que fuimos en domingo y que la gente debe estar en el chiringuito de turno comiendo ganchitos.
En fin, resumen: el hilo musical del restaurante...
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