Forastera — Restaurant in Valencia

We had been looking forward to dining at Forastera for days, but unfortunately, our experience fell far short of expectations. Despite arriving just 15 minutes late and offering sincere apologies, we were met with a cold reception and no effort to make us feel welcome. There was no explanation of the menu or how the service worked, which left us confused from the start.

The atmosphere felt tense, and service was both rushed and visibly annoyed. We had hoped to enjoy the extensive surprise menu, but we were told, without a clear or consistent explanation, that it was not possible. The reasoning given was vague and contradictory, and when we tried to clarify or even lighten the mood, our efforts were met with silence and indifference.

After a single glass of wine, we decided to cut the evening short and leave. We chose not to ask for a refund of our €40 deposit, which also wasn't offered, effectively making this one of the most expensive glasses of wine we’ve ever had. Though admittedly, it was okay.

It’s a shame, as we came with genuine excitement and open minds, but left feeling unwelcome and...

Antes que nada, he visto que el restaurante tiende a responder a malas reseñas diciendo que la culpa la tiene el cliente porque “no está a la altura de una mesa michelín”, así que si por algún acaso tienen la desfachatez de responder de mala gana y de forma altiva, tendréis un ejemplo perfecto del trato del local y de su capacidad de autocrítica y gestión humana.

Dicho eso, lo siento, pero nunca he comido tan mal, poco y me he quedado tan decepcionada con una cena. He ido a un par más de restaurantes michelín, es decir, no soy una “experta” pero no era mi primera vez. No sé si es que tuve “mala suerte” con el menú primavera 2024, pero es que era horrible, insípido, todos los platos eran exactamente iguales: una sopita de algo sin gusto con un trozo de verdura encima. Sopa de x con un espárrago, sopa de Y con medio corazón de alcachofa. 55 euros para que no incluyan NI UN carbohidrato en toda la cena, y la única proteína en 9 platos fue un trozo de pescado que seguía crudo por dentro y un trocito de carne no especialmente jugosa, ni tierna, ni bien cocinada. Lo peor de todo es que reservas a las 9 y da igual lo rápido que comas, te obligan a esperar muchísimo por cada plato, salimos a las DOCE de la noche pese a haber dejado varios platos sin comer e intentando ir rápido para huir de ahí. El cocinero con una pachanga impresionante, no le vi intentar esfuerzo alguno, ni una gota de sudor, literalmente nos veía esperando durante 20 min por cada nuevo plato pero le daba igual. Sé que van a justificar todo esto con excusas sobre la naturaleza de ese tipo de cocina pero vaya, menú absurdo, tiempos de espera brutales y te vas a dormir con las tripas rugiendo. Yo de hecho estaba deseando que me dejaran acabar en un tiempo prudencial para poder ir a cenar a algún otro sitio decente, pero no, encima tuvimos que llegar tardísimo a casa y dormir con hambre. La “experiencia” no va por encima del sentido común. Veo que Google indica platos suyos como conejo, arroces, helado… pues que sepáis que si venís en primavera no vais a tener nada de eso, solo purés de verduras con más verduras por encima. Es que me río por...

Me habían recomendado Forastera en repetidas ocasiones. Finalmente, decidí probar este restaurante y, sinceramente, solo puedo dedicar palabras positivas hacia este lugar.

Se trata de un espacio pequeño, que cuenta con pocas mesas en su interior. El ambiente resulta hogareño y personal. Ciertamente, puedes llegar a sentirte recogido durante toda la estancia.

Laura y Txisku (sala y cocina), pueden parecer algo introvertidos, pero son realmente muy dedicados en su trabajo. Se nota el cariño y la profesionalidad, tanto en la comida que sirven como en el servicio que ofrecen. Me ubicaron en una mesa muy próxima al pase, donde pude observar al chef en acción. Su manera, aparentemente calmada y delicada de emplatar, denota una gran sensibilidad y finura, que se ve reflejada en el resultado final de sus platos. En la sala, Laura es la encargada de dirigir todo el servicio. Es una persona tranquila, aunque, muy atenta a los detalles, explicando de forma concisa cualquier aspecto relacionado con el menú o la bodega. De hecho, me recomendó un vino tinto de la zona del Vesubio para acompañar el plato de codorniz, y acertó plenamente.

En cuanto a la propuesta gastronómica, se trata de una cocina basada en el producto de temporada, mayormente local. Las elaboraciones son muy naturales, respetando mucho los sabores originales de los alimentos. En mi caso, elegí el menú DEGUSTACIÓN, que consta de un par de aperitivos, cuatro platos principales y un postre. Además, el menú estaba muy bien planteado, tanto en la cantidad de las raciones, que fueron generosas, pero sin llegar a saturar; como en el desarrollo y estructura del mismo, el cual mantuvo una progresión suave. Es decir, comenzó con un aperitivo templado para ir dando paso a elaboraciones más calientes (ideal para esta época del año), de tal forma que estimuló mi apetito hasta el final de la comida, proporcionando, asimismo, una sensación muy agradable.

En conclusión, ha sido una experiencia bastante notable. Espero volver pronto para probar otros menús.

¡Gracias, y...