La Clandestina — Restaurant in Zaragoza

Careful research today yielded an extraordinary culinary experience.

After having read many reviews we were excited at celebrating a special event at this restaurant.

The food is astonishingly good and to top it off the service was exemplary. The owners and staff are very attentive, very personal and great care is shown to their guests.

The restaurant itself is in a lively part of the city, the decor and the ambiance inside the restaurant is casual comfortable and very refreshing. The tables, the chairs and the decorations were carefully selected by very attentive owners and you can see that they have a passion.

The food was an absolute delight. We enjoyed, Albóndigas de Ternasco, Brochetas de Pollo con Satay and Cordilleras to die for. The flavors were lively and food was fresh.

Overall the dining experience was very pleasant, it's a good mixture of people and it was not too loud or too quiet. Soft lively music was playing in the background, lights were dimmed and a comfortable air-conditioned restaurant.

One of the owners speaks English which made ordering a little less difficult though since I do speak Spanish it was not much of a problem.

We will go back I'm sure many times because the service was absolutely a breath of fresh air and the food was...

Decepcionante, mediocre, superficial. Estuve el domingo haciendo el brunch con unos amigos. Lo mejor de todo fue el servicio de los camareros que además fueron super amables con mi hijo pequeño. Del resto, nada destacable salvo que no volveré jamás, sinceramente un McDonald tiene más que ofrecer.

Para empezar diré que se trata de un menú cerrado de 19€ con algunas opciones donde elegir (ninguna memorable) y donde elegir suele suponer un suplemento exagerado de euros. Comienzas con café o te, un mal zumo de naranja que se han inventado (ojalá fuera un simple zumo exprimido) y una bandeja con dos tostadas de pan de pueblo sin ninguna gracia, un pequeño yogurt espolvoreado de muesli sin ninguna gracia y un vasito de frutas en almíbar sin ninguna gracia. Si quieres una foto para Instagram, aquí tienes la primera. Prepárate para seguir llenándote de pan. A continuación eliges entre una copa de cava o una limonada que no sabe a limón sino a mojito... Alguien puede explicarmelo? Cuando esperas el plato fuerte (la parte de "unch") viene una cazoleta con dos huevos pochados, patatas hervidas y unos trozos enormes de jamón tirados encima sin ninguna gracia, otra vez. Ah! Y dos trozos más de pan esta vez sin tostar (pan que no falte). Para terminar elijas el cake que elijas estará seco e insípido, garantizado.

Fuimos a este sitio porque parecía haber recibido premios, pues el jurado debía estar borracho porque el lugar es para irte sin pagar. No es que sea caro, pero la comida es tan, tan, tan, tan mejorable que sales indignado.

El local está repleto, la publicidad sí que la controlan los gerentes del local. Un local sin gracia, oscuro y ruidoso a más no poder, sin espacio apenas para moverte y que luego me dijeron que abre hasta tarde dando cocktails... acabáramos estamos ante el típico local de copas que de cocina no tienen ni idea y que se pone de moda y que, pongo la mano en el fuego, dentro de 1 año ya no trabajará como hoy en día.

Estoy harto de ir a sitios de brunch en Barcelona, buenos y malos, pero La Clandestina... apunten mejoras si es que quieren sobrevivir, cosas que no pueden faltar: huevos pochados con salsa holandesa, tostadita de aguacate, pavo o salmón a elegir, unaa buenas patatas fritas o asadas, caseras, todo bien presentado, con pan brioche tostado con mantequilla... Y todo esto sin suplementos cuando cobras 19€ que es el precio de un buen menú al menos en Zaragoza. Si algo tienen los locales de brunch es una carta de cakes de calidad, para acabar con un dulce casi siempre, aquí no sucede... tartas hechas hace días, secas y sin ninguna gracia.

Los platos no son innovadores, así que cuando haces unos huevos rotos, al menos hazlos perfectos, si haces unas tostadas con mantequilla y mermelada, hazlas que me hagan llorar, de otro modo, me estas tomando el pelo.

Mucho a mejorar, pero oye, tienen según mis cálculos 1 año para cambiar...

Me sabe mal porque si leéis mis aportaciones no suelen ser tipo "hater" pero es que de este local salí pensando "vaaaya engaño" y pienso que he sido generoso aportando al menos claves para que el local mejore y para que hasta que no lo haga, la gente no caiga en la trampa de los titulares de prensa de "local...

Llegamos sin reserva y sin ningunas expectativas por lo que estábamos abierto a lo que hubiese de oferta gastronómica sin ni siquiera fijarnos en los precios. Craso error. De primero unas alcachofas de bote con una salsa insípida presumidamente de foie y virutas de trufa, 17€. Cuando ves en la carta una ensaladilla de 16€ esperas algo más que una ensaladilla de atún normal con un pan carasau negro y rancio, uno intenta buscar la razón del precio que por supuesto no encontramos. Pero el colofón del los platos fue los huevos clandestina que me dispongo a describir. Unas papas cocinada en rodajas en agua sin ningún tipo de sabor y puestas en el fondo, dos huevos mollets encima y desde la cocina y de manera precipitada sale un muchacho con una trufa “presumiblemente” fresca metida en un recipiente y que le acompaña un rebanador de trufa y ralla sobre este plato. Se va con los bártulos y en 1 minuto llega un joven con un ticket que dice que son 5gr lo que nos han puesto sobre el plato. La trufa no tenía aroma ninguno ni sabor, por lo que me imagino que sería congelada, de ahí ese sabor como a plastilina que se le queda una vez que se descongela. El chancho viajero era un pan que no es brioche ni por asomo con un cerdo desmenuzado y cebolla frita de paquete. La fideuá en cierta manera después de todo lo anterior nos pareció aceptable al menos a uno de los que estábamos en la mesa. Los postres estuvieron muy bien, de sabor aunque no de cantidad, el cremoso es ridículamente pequeño para el precio que tenía. El servicio en general fue normal ( sin tener ni pajorera idea de lo que ofrecían ni siquiera en vinos) pero hubo un camarero que realmente se esforzó por hacer la experiencia más llevadera. Su atención y amabilidad fueron lo único que salvó la noche. Si no fuera por él hubiese tocado fondo. La conclusión es que es un desperdicio de tiempo y de dinero en un local con ínfulas de algo que el dueño creer que representa y que cualquier bareto de alrededor tiene más idea de lo que hace que él. Lo de inflar los precios con una luz tenue de una lámpara de Temu no va a hacer que vuelvan los clientes ni si quiera que hablen bien del local y mucho menos de la oferta...