Cali no solo es cuna de grandes deportistas y capital mundial de la salsa, sino también del arte. Si eres de las personas apasionadas por las obras de arte, debes admirar la escultura “El Gato del Río”, la cual demuestra la alegría y originalidad de esta ciudad. ¿Te gustaría saber más sobre este curioso monumento y qué hacer en Cali? Entonces disfruta de la información que te presentamos a continuación.
Tabla de contenidos Todo lo que tienes que saber sobre El Gato del Río Un poco de historia para comprender esta escultura Al iniciar los trabajos de embellecimiento en las cercanías del Río Cali, en 1996, se tuvo la idea de brindar una zona de esparcimiento para propios y visitantes. Fue entonces cuando el pintor y escultor Hernando Tejada donó a la ciudad esta escultura.
El Gato del Río ha sido elaborado en bronce fundido, tiene una altura de 3.5 metros y pesa 3 toneladas. La obra fue inaugurada el 3 de julio de ese mismo año, y desde entonces se ha convertido en uno de los íconos de la ciudad.
Un monumento con gran significado para los caleños El parque del Gato, como cariñosamente es apodado por los lugareños, se ha convertido en un espacio especial. A pesar de que el parque no es de gran tamaño, podrás disfrutar del fresco clima. Asimismo, compartir un momento relajante, ver al Gato, sus novias, y tomarte fotos.
El parque se encuentra muy bien iluminado, áreas verdes mantenidas y con presencia policial a cualquier hora del día. Por eso, se ha convertido en punto de encuentro en Cali, sobre todo para aquellos que disfrutan trotar o caminar alrededor del río.
¿Cómo visitar a El Gato del Río? Este monumento artístico se encuentra ubicado en la Avenida Colombia, en el barrio Normandía. Si bien hay diferentes medios de transporte para llegar, una opción una agencia de viajes podrá ayudarte para no sólo visitar esta gran atracción de manera segura.
El parque del Gato de Tejada es una opción que disfrutarás al máximo. Puedes elegir entre la mañana llena de energía y movimiento, o un plan un poco más tranquilo al caer la tarde para visitar este lugar. Además, podrás disfrutarlo en cualquier época del año.
El Gato del Río está muy bien acompañado Alrededor del encantador gato, se encuentran sus novias. Se trata de esculturas de gatas que complementan el proyecto de embellecimiento del lugar. En 2006, la Cámara de Comercio de Cali convocó un concurso con la finalidad de encontrarle novia a El Gato del Río. Para ello, 15 artistas exhibieron sus creaciones, resultando ganadora la gata apodada “Fogata”, del artista Roberto Molano González.
Sin embargo, cuando llegó el momento de despedir las demás obras, la población pidió que se mantuvieran. Desde entonces, se han ido sumando más gatas. En la actualidad, las gatas han sido distribuidas por diferentes del parque e incluso de la ciudad.
En definitiva, la ciudad de los siete ríos nos ofrece este emblema para resaltar la cultura artística caleña. Así que, si tienes pensado viajar a Cali, El Gato del Río te espera. Desde Numae te invitamos a hacerlo de la mano de expertos, para así no perderte de...
Read moreEn este sitio puedes encontrar la historia del "Gato del Río y sus novias", que surgió para embellecer una parte del rio Cali. Esta escultura es fundida en bronce a gran escala, tiene una altura de 3.5 Metros, un ancho de 3.40 y un espesor de 1.95 Metros. La escultura pesa tres toneladas, fue fundida y transportada a Cali desde Bogotá, La obra fue inaugurada el 3 de julio de 1996. Los atletas y caminantes alrededor del río son sus más asiduos visitantes, pues la avenida Colombia, donde el gato decidió posarse desde hace 19 años, es un corredor verde de varios kilómetros, con vigilancia constante de policía, donde se puede trotar y ejercitarse. El Gato del Río es una obra del pintor y escultor Hernando Tejada la cual donó a la ciudad de Cali y que fue instalada en la ribera del río tutelar de la ciudad, en el sector noroeste de la ciudad, conocido como Normandía. Con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, junto con la estatua de Sebastián de Belalcázar y el Cerro de Cristo Rey. De día, el sol caleño hace que sus bigotes se calienten y busquen refugio en un gigantesco árbol que es su compañero; en la noche, rodeado de luces, permite que la brisa corra por su cola. Diez años después de inaugurado el monumento, en el mes de Octubre de 2006 la Cámara de Comercio de Cali lideró una iniciativa de recuperación no solo del monumento, sino también de sus alrededores.
Para ello promovió la exhibición de una colección de quince esculturas complementarias, todas con la misma base estructural pero pintadas y decoradas por artistas plásticos. La iniciativa llamada 'las gatas del gato' promovía además la adecuación de un parque alrededor del monumento original. Pintadas por artistas como Ómar Rayo, Roberto Molano, Cecilia Coronel, Maripaz Jaramillo, Diego Pombo y Pedro Alcántara, conforman una galería de arte gatuno al aire libre. Coqueta, Presa, Entrañable, Golosa y Fogata están entre las 'novias' de su majestad el gato, quien orgulloso seguirá recibiendo a ritmo de salsa, naturaleza y con el refrescante sabor a cholao y lulada, a los que deseen visitarlo. Testigo de un sinnúmero de besos de aquellos enamorados que en sus pasiones se dejan seducir por el rumor del río Cali, el felino está instalado en un espacio único de la urbe, rodeado de arboledas, de una gran actividad comercial, hotelera y turística. Hasta allí se puede llegar caminando desde la Ermita, la Alcaldía y los puntos más céntricos de la...
Read moreMide 4.50 metros de altura. En su momento, costó $30 millones (rodaba el año de 1996) y fue un regalo del escultor pereirano Hernando Tejada para la ciudad que lo vio crecer. Hoy en día su valor asciende a los $ 400 millones.
7 meses demoró esculpir la escultura. Fue fundida en Bogotá en el taller de Rafael Franco y era tal su porte y tamaño, que para ser transportada tuvo que ser desmontado el techo del taller.
Pero antes de ser el imponente Gato del Río, el felino sufrió varios percances.
Fundido por secciones, que luego fueron soldadas, porque sino resultaba un proceso complicado, carísimo y arriesgado, al quedar ‘listo’, se percataron de que el felino estaba lleno de hundidos. Alguien confesó que, por error, le había aplicado silicona blanda y que al hundirla, había hundido la arcilla. Hubo que conseguir a una persona para que se metiera dentro de la escultura con una porra y protectores auditivos. Los vecinos del taller amenazaron con entutelarlos porque hacían mucho ruido. En dos días se solucionó el problema y ¡gato resuelto!
En la vida real el Gato de Tejada, el de pelos y huesos, tuvo un final trágico, fue herido por otro gato en una riña, y como los veterinarios de la época no eran tan avezados, murió.
De acceso gratis, actualmente el Gato del Río es una de las esculturas más visitada...
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